Título: Siempre hemos vivido en el castillo
Autora: Shirley Jackson
Editorial: Minúscula
Número de páginas: 224
ISBN: 9788495587893
Precio: 17,5 €
Puntuación: 5,5
Merricat lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del pueblo. Allí pasa las horas recluida con su bella hermana mayor y su anciano tío Julián. En el hogar de los Blackwood los días discurrían apacibles si no fuera porque los otros miembros de la familia murieron envenenados allí mismo, en el comedor, seis años atrás.Con motivo de Halloween tenía ganas de leer algún libro de terror o por lo menos misterio, y en todas las reseñas que he leído catalogaban a este libro como con cierto grado de terror. No puedo decir que sea un mal libro, pero sí que me ha decepcionado. Tal vez sea que no lo haya leído en el momento adecuado, o que iba esperando otra cosa totalmente diferente, no sé.
En primer lugar, no he visto esa atmósfera terrorífica por ninguna parte. Es cierto que es un relato oscuro, narrado desde un punto de vista un poco tétrico, pero aún así esperaba más, un ambiente más oprimente y más terror psicológico.
Además, por lo menos hasta la mitad del libro estaba como esperando a que pasara algo, a que la historia empezara de verdad. Fue como si estuviera leyendo una introducción durante todo el rato, sin llegar a sumergirnos en el auténtico percal. Era como que no entendía a dónde quería llegar la autora con este libro, si iba a pasar algo más, o si se iba a limitar a narrarnos el peculiar día a día de nuestras protagonistas. No he visto una trama clara, ni nudo, ni desenlace, ni nada.
No todo es malo en Siempre hemos vivido en el castillo, sino que tengo que concederle a la autora el gran trabajo que ha hecho con el personaje principal, Merricat, y su hermana Constance.
El libro está narrado desde el punto de vista de Merricat, una chica de 18 años pero que por su forma de ver el mundo, parece como si tuviera 10. Merricat tiene claros problemas mentales. Es una protagonista única, obsesionada con que nada cambie en su microcosmos, muy supersticiosa, y también cruel, retorcida, la que lleva la voz cantante. Sin duda, leer el libro desde su perspectiva es lo más atrayente de Siempre hemos vivido en el castillo, y una de las pocas cosas que me ha hecho no abandonarlo a los pocos capítulos.
Por último, y un tema también relacionado con que no he visto una trama clara o interesante, es el hecho de que me he aburrido en muchas partes del libro mientras leía. Sí, me he aburrido, a veces incluso soberanamente. Excepto algunas partes en las que pasaban cosas un poco más interesantes,básicamente todo el libro era repetir lo mismo una y otra vez: los pasteles de Constance, la manía de Merricat de enterrar cosas en el suelo para ahuyentar el mal, el libro del tío Julián, la hostilidad de los habitantes del pueblo, el gato Jonás... así capítulo tras capítulo, era como ver repetido el mismo día durante 224 páginas.
También está muy presente el hecho de que toda la familia Blackwood murió envenenada años antes, y todo el mundo piensa que fue Constance la que lo hizo. Se toca constantemente este tema, pero tampoco se explota el misterio o el morbo que lo rodea, así que tampoco podemos decir que sea la trama principal ni nada por el estilo.
En resumen:Siempre hemos vivido en el castillo para mí ha sido una decepción. Esperaba más terror, más misterio, más trama y más todo.Lo único que lo salva son sus personajes.