Desde el amargo divorcio de sus padres, Mclean y su padre se han mudado varias veces; han vivido en cuatro ciudades durante los últimos dos años. Alejada de su madre y de su nueva familia, Mclean ha seguido a su padre dejando el infeliz pasado atrás. Y cada nuevo lugar le da la oportunidad de adoptar una nueva personalidad: pasa de ser animadora a una diva del teatro, hasta que, ahora, por primera vez, descubre el deseo de permanecer en un lugar y simplemente ser ella misma. Tal vez Dave, su vecino, la puede ayudar.
What happened to goodbye · Autoconclusivo · Maeva · 440 páginas · 16,90
OPINIÓN PERSONALNo es la primera vez que leo a Sarah Dessen, de hecho cuando leí Just Listen me quedé bastante chafada y decepcionada porque esperaba algo totalmente distinto. Oía tantísimo hablar de Sarah Dessen que la tenía como la autora romántica juvenil por excelencia, y sinceramente no creo que sea así.
No por la autora, no tengo nada en contra de ella, sino porque creo que no se pueden clasificar sus libros como “románticos”. Es más, este que he leído no creo que pueda ser catalogado así. Creo que lo bueno de Sarah Dessen (que hablo algo a ciegas porque sólo he leído dos libros de ella, pero me da la sensación de que es verdad) es que trata temas muy diferentes, y aunque suele haber un romance de por medio la base del libro es otra totalmente distinta. Eso me gusta, que juegue con tantos papeles, relaciones familiares entre otros.
En este caso tenemos a Mclean, una chica que está en el último curso de instituto y acaba de llegar a su próxima casa. Cuarto destino en dos años, así es la vida de Mclean y su padre. Desde que sus padres se divorciaron (su madre se fue con un personaje público y dejó a su padre totalmente humillado, además de, totalmente roto) su padre quiso empezar de nuevo, dejar su trabajo de chef en el restaurante e irse a trabajar de, bueno, no sé exactamente si hay un nombre. Él lo que hace es ir a restaurantes que están a punto de quebrar, e intentar arreglarlo todo. Cuando Mclean vio que su padre se iba a ir, que no iban a verse, y que ella hubiera tenido que quedarse a vivir con su madre (a la cual ya no entendía), con su nuevo marido y los mellizos en camino, decidió que eso no es lo que quería.
Tras meses luchando por la custodia, finalmente logró irse con su padre y esa es su vida desde entonces. Van moviéndose, Mclean va cambiando de instituto, de aires. Ella siempre que llega a un nuevo sitio, se propone ser alguien diferente. Jugando con las letras de su nombre completo, Mclean Elizabeth, cada vez es alguien nuevo. Y no solo eso, sino que cada vez interpreta un papel. Animadora, del grupo de teatro, organizadora del anuario, fumeta…
Pero de repente Mclean llega a un nuevo sitio, donde su padre se tiene que encargar del Luna Blue, un restaurante que está hecho un desastre. Prácticamente insalvable. Y por primera vez, sin quererlo ni beberlo, Mclean tiene que presentarse por su nombre. Y por primera vez ella empieza a ser ella misma.
Y por primera vez conoce a gente por la que quizás vale la pena quedarse. En primer lugar, en el restaurante, está toda la piña empezando por Opal, la dueña. También están Jason y Leo, cocineros; y Tracey, camerera. Todos forman un grupo muy divertido del que luego os contaré un poco más. Por otra parte, el grupo de amigos del instituto también es genial, empezando con Dave, el vecino de Mclean, y luego están Ellis, Heather y Riley. Un grupo muy diferente y extrovertido al que más tarde se le añadirá Deb, que sumará más variedad aun a los amigos.
«Aquella mañana habían pasado tantas cosas. Pero esa imagen, ese momento, sería el que recordaría horas más tarde, después de haber llegado a salvo a la acera y habernos separado, cada uno en dirección a sus clases: la sensación de que el mundo se movía bajo mis pies, con una mano aferrada a la mía, sabiendo que, si me caía, al menos no caería sola.»
He de decir que la novela me ha gustado más que Just Listen. Sólo por la situación tan insólita y original que nos presentan, que trata el tema del divorcio en primera persona. Creo que una de las cosas que más he disfrutado del libro ha sido esto, el cúmulo de cosas que iban sucediendo que distaban mucho de ser una historia normal.
Pero sin duda, la estrella de todo esto son los protagonistas de la novela. Mclean me ha gustado por la idea de las diferentes personas, porque es algo totalmente comprensible y dentro de la situación por la que pasa, en cierto modo la entiendo. Porque no es un divorcio normal: deja a su madre atrás, comienza una vida totalmente nueva y diferente a la que tenía antes y sobre todo, pierde toda la relación con su madre. Apenas se hablan, y cuando lo hacen es de forma muy incómoda. A pesar de todo esto, como personaje no se sale; sirve de narradora de la historia y los demás son los que destacan. Opal me ha encantado, súper extrovertida y aunque lo que pasa con ella es muy predecible, me ha gustado mucho. Me ha recordado mucho a una persona y la verdad es que creo que le viene al pelo. Luego, a los demás trabajadores del Luna Blue no se les acaba de conocer casi individualmente, pero sí en cuanto a grupo, a conjunto de trabajo y la verdad es que me han encantado. Aunque el restaurante se hunda me ha encantado el humor, el trabajo en equipo que parece que al principio no existe pero poco a poco todo va saliendo bien.
Luego de personajes del colegio, también me han encantado todos. Dave es un chico muy inteligente, que se ha saltado varios cursos y hace poco fue pillado por sus padres haciendo algo malo, así que tiene que cumplir un voluntariado en el Luna Blue. Riley es su mejor amiga desde que eran críos y aunque parezca que vaya a haber relación amorosa entre ellos y demás, me ha encantado que presenten una relación tan íntima entre dos personas del mismo sexo sin llegar a haber romance. Luego está Heather, que está loquísima y me ha encantado, y Ellis, que no se conoce casi pero también genial, y me hubiese gustado conocerlo más. Deb está obsesionadísima con el control, pero de una manera graciosa y esperaba que no me gustara pero ha sido todo lo contrario.«Yo sabía que tenía muchos defectos, e incluso más secretos. Pero no quería estar sola. Ni a las dos de la mañana, ni ahora.»
Sin duda este libro va de todo menos de romance, que está totalmente en segundo plano y tirando hacia las últimas páginas. Se centra en las relaciones amistosas, que han sido llevadas de una manera muy sutil pero muy convincente. Le han dado a Mclean algo que no había sentido antes: un motivo para quedarse. También se desarrollan las relaciones familiares, cosa que me ha encantado aunque sea también tirando hacia el final. El romance es muy ligero, a penas palpable hasta el final (aunque te lo ves venir) y muy sencillito. Pero ha habido detalles muy cucos y muy currados que van apareciendo al final, que me han encantado.
El libro se lee rapidísimo. Lo leí en dos días, y con falta de tiempo. Es una narración muy sencilla, con mucho diálogo y muy ligera. Es una autora que siempre se lee muy fácil aunque no tenga ningún atractivo especial a la hora de narrar.
El final ha sido bonito, el esperado, que acaba con todo resuelto, que se centra en algo familiar más que en algo amoroso. Muy satisfecha con la manera de acabarlo.
Resumiendo, Te vas sin decir adiós dista mucho de ser una novela romántica, elemento que está totalmente en segundo plano y se centra totalmente en las relaciones amistosas y familiares de la protagonista. Mclean no me ha convencido especialmente pero todos los demás personajes de la novela lo han hecho y de sobra, así que no puedo hacer otra cosa que no sea recomendaros este libro, sobre todo si disfrutáis de Dessen y de sus novelas.
3/5
Laura.