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Reseña: Tentación al anochecer

Publicado el 09 julio 2016 por Izamari @chaos_angeles

Reseña: Tentación al anochecer

Título: Tentación al anochecer

Poppy Hathaway adora a su poco convencional familia, aunque lo que realmente desea es un poco de normalidad. Pero un día conoce a Harry Rutledge, el enigmático propietario del hotel Rutledge, un hombre con fortuna, poder y una peligrosa vida secreta. Cuando éste compromete la reputación de Poppy, la joven sorprende a todos aceptando su proposición de matrimonio, sólo para descubrir que su flamante esposo le ofrece su pasión pero no su confianza....
Reseña: Tentación al anochecer

La familia Hathaway es una de las familias más ricas de Londres, pero también es la familia más señalada en todos los acontecimientos sociales gracias a sus excentricidades y escándalos. Todos en l a familia ha aceptado este rol que la sociedad les ha impuesto, menos Poppy, una joven

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amable y cariñosa que a pesar de amar a su familia y sus peculiaridades sólo quiere tener una vida vulgar y aburrida sin que la señalen en todos lados.

Los Hathaway no logran entender porque Poppy le da tanta importancia a eso pero aun así al ser una familia amorosa y unida, le brindaran el apoyo que ella necesita en la búsqueda de su aburrida vida.

Jay Harry Rudtledge es un americano dueño del hotel más lujoso de todo Londres. Él es un hombre serio y trabajador al cual sólo le importa ser el mejor, para él esas cosas del amor y el cariño entre familiares no existe, por eso cuando tiene un encuentro furtivo con Poppy, queda maravillado con la pasión con la que la joven habla de su familia.

Harry comienza a sentir un deseo por la joven y sabe que tiene que hacerla suya sin importarle a quien lastima en el camino. Aun si es la misma Poppy quien sale lastima no se detendrá.

-Jamás podré olvidar que me apartaste del hombre que amaba y que ocupaste su lugar. No estoy segura de que alguna vez pueda perdonarte esto. De lo único que estoy absolutamente segura de de que nunca te amaré. ¿Sigues queriendo casarte conmigo a pesar de ello?
-Sí -dijo Harry sin titubear-. Jamás he querido que me amen. Y tampoco importa. Bien sabe Dios que nadie lo ha hecho nunca.

Justo cuando pensaba que no podía amar más a los Hathaway y sus locuras, llega este libro y me hace amarlos aún más y es que después de los Bridgerton, los Hathaway son la familia más divertida que he tenido el placer de leer.

En este tercer libro tenemos como protagonista a Poppy, la hermana que en libros anteriores siempre ha resulta ser la más recatada y tranquila. Poppy es una joven amorosa que mataría por sus hermanos y cuñados pero también es cierto que tanta atención hacia ella y su familia le molesta un poco.

Lo que más disfrute de Poppy fue que a pesar de que comienza siendo una doncella docíl, conforme las hojas van pasando va demostrando que bajo esa apariencia de recato hay una fiera que no tendrá miedo a decir lo que piensa.

Por el otro lado tenemos a Harry, quien a pesar de la gran inteligencia que posee no es capaz de entender el amor. Desde muy pequeño le ha quedado claro que él no sabe cómo amar y por eso ha dedicado su vida a su trabajo. Pero cuando Poppy llega con todas sus sonrisas y cariño, Harry ira aprendiendo poco a poco abrir su corazón, esos sí, antes de lograrlo meterá la pata una y otra vez.

El amor entre Poppy y Harry son de esos amores que tanto disfruto. Esos que inician en odio para irse convirtiendo poco a poquito en algo mucho más cálido. De verdad que disfruté inmensamente ver como esta relación se fue fortaleciendo a través de errores y perdones.

-¿Sabes lo que es un volente de compensación?
Ella negó con la cabeza.
-Cada reloj lleva uno. Gira de un lado a otro sin parar. Es lo que produce el sonido del tictac. Lo que hace que las manecillas se muevan hacia delante para que marquen las horas. Sin él, el reloj no funcionaría. Pues tú eres mi volante de compensación, Poppy. [...]

Y aunque me prometí a mí misma que no iba hablar de los otros hermanos en esta reseña, tendré que contradecirme un poco y hablarles de Leo.

Sip ese hermano que en el primer libro me caía mal se ha redimido en los dos últimos libros. Ya no es más ese joven mimado al cual le importaba un carajo lo que pasara con sus hermanas. Si,

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sigue siendo un bribón de lo peor pero después de una experiencia cercana a la muerte (y un buen regaño de Cam), Leo ha regresado con los vivos y muestra comprensión y cariño hacía sus hermanas y cuñados sin perder ese toque de audaz y grosero que tanto me divierte.

Creo que hasta ahora, a pesar de que he llegado a encariñar mucho con todos en la familia (incluyendo a Merripen y Cam) Leo es sin duda alguna mi favorito.

-Jamás había tenido tantos sentimientos encontrados hacia nadie. No le comprendo. Esta noche en la cama...
-Alto -la interrumpió Leo-. Algunas cosas es mejor comentarlas entre hermanas. Y ésta, desde luego, es una de ellas. Llegaremos a Ramsay House por la mañana y entonces podrás preguntarle a Amelia cualquier duda que tengas.
-No sé si ella sabrá la respuesta.
-¿Y por qué no? Es una mujer casada.
-Si, pero... bueno... se trata de un problema masculino.
Leo palideció.
-Pues tampoco sé nada de eso. No tengo problemas masculinos. De hecho, no me gusta cómo suena eso de "problemas masculinos".
-Oh -dijo Poppy, abatida, cubriéndose el regazo con una manta.
-Maldita sea. ¿A qué le llamas exactamente "problema masculino"? ¿Es que Rutledge tiene problemas para izar la bandera?¿O es que sólo puede izarla a media asta?

Y yap, no me queda hacer otra cosa más que invitarlos a conocer a esta familia, la cual les prometo los cautivará.

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