Título original: The Escape Artist
Año: 2013
Duración: 3 episodios de 60 minutos
Creador: David Wolstencroft
Cadena: BBC
Reparto: David Tennant, Toby Kebbell, Sophie Okonedo, Ashley Jensen, Jeany Spark, Tony Gardner, Kate Dickie, Brid Brennan, Monica Dolan, Anton Lesser, Roy Marsden, Alistair Petrie, Patrick Ryecart, Stephen Wight
Género: Drama - Thriller
Carismático y ambicioso, Will Burton es un abogado especializado en que sus clientes se libren gracias a tecnicismos, lagunas y trampas legales. Sin haber perdido jamás un caso, su cartera de clientes criminales creciendo. Pero cuando todos los fiscales se han vuelto contra él, su talento también lo hace: el acusado de su último juicio, un polémico caso de asesinato queda en libertad y empieza a buscar su próxima víctima.
The Escape Artist es otra de esas miniseries de la BBC de corte perfecto que te atrapa durante sus tres episodios. El talentazo de David Tennant se une a un guión de gran complejidad moral que sabes por donde te va a llevar y aún así no sabes si quieres que lo haga o si en verdad lo estás deseando. Unos secundarios muy logrados, una antagonista y un villano que no puede dar más mal rollo, cierran el conjunto de esta miniserie que recomiendo encarecidamente.
La BBC pocas veces defrauda con sus productos, y The Escape Artist está entre lo mejorcito. Tal vez no tiene un guión tan perfecto como otras series, pero gracias a sus tres episodios es completamente redondo y cerrado, sin dejar ni un cabo suelto. El mundo de las leyes, la justicia y el derecho moral se presentan en esta trama de un modo que nos hace realmente llegar a dudar de si realmente nuestra justicia es justa. ¿Equivale la ley a justicia? ¿Todo el mundo merece una defensa? ¿Incluso aún sabiendo que el acusado es culpable?
David Tennant encarna a Will Burton, un abogado que nunca ha perdido un caso, algo que lo ha convertido en la estrella de su generación. Pero un día, un caso de oficio que le llega a las manos y no puede (ni quiere) renunciar, le hará replantearse su visión de la abogacía y la justicia. Porque no es lo mismo sentarse al otro lado de la barrera y sentir en tus carnes la flexibilidad que pueden presentar las leyes en manos de un buen abogado. Y él sabe lo flexibles que pueden ser, puesto que toda su carrera se ha basado en encontrar los agujeros, los dobles entendidos y las dudas para dejar libres a sus clientes. De ahí su apodo "The Escape Artist", porque sólo él puede sacarte del mayor entuerto y librarte de prisión.
El día que Burton defiende a un asesino, aún sabiéndole culpable, es cuando su mundo se empezará a desmoronar a su alrededor. Tennant nos muestra a la perfección al abogado orgulloso al principio de su trabajo, y luego al hombre derrumbado, traicionado por su propia pasión. Es un hombre inteligente, que cuando más necesita confiar en la justicia es precisamente cuando ésta le falla. Y es aquí cuando entra en juego el dilema moral de si cuando la justicia falla es justo ser nuestro propio juez y verdugo.
Todo esto lo completamos con una antagonista, otra abogada Maggie Gardner, a la que da vida Sophie Okonedo, brillante, pero la eterna segundona. Envidiosa del éxito profesional de Burton, que ella busca y él parece despreciar. Que cuando tiene la oportunidad de demostrar que es mejor que él no pierde el tiempo. Sospechando también que no está actuando correctamente, pero ganar a Burton está por encima de eso.
El villano está en manos de Toby Kebbell. El actor interpreta a Liam Foyle, un malo con el que realmente no podemos empatizar. Esa media sonrisa que deja caer a veces te pone los pelos de punta. Él se escuda en que no cae bien a la gente, pero pocos son los que se sienten cómodos en su presencia. Y nosotros como público tampoco somos indiferentes. Sabemos que es culpable por instinto, porque ciertamente nunca se llega a decir de forma clara si él es un asesino o no. Aunque tiene todas las papeletas. Meticuloso y a la vez irascible. Una pequeña ofensa es todo lo que le lleva a reaccionar como lo hace.
Aunque la figura del malvado psicópata de libro, del asesino está en Foyle, en algunos momentos no podemos sentirnos impactados por la forma de actuar de Gardner. Que se muestra calculadora a lo largo de los tres episodios. Al final crees que se redimirá, que lo que busca es justicia. Pero finalmente te das cuenta que no, que su motivación sigue siendo la misma. Vencer a toda costa a Burton, demostrar que ella es mejor abogada.
Volviendo a Tennant es él quien nos vende The Escape Artist. La última media hora, en su cara a cara con Gardner, el actor nos transmite todo sin decir nada. Mucha gente está más acostumbrada a su faceta de actor más cómico, como en Doctor Who. Pero es en el drama cuando saca lo mejor de su trabajo. Igual que en Broadchurch, en esta serie Tennant llena la pantalla. No es tanto lo que dice sino como mira, su actuación física es impresionante. Vemos en él al padre feliz, al abogado de éxito, al marido enamorado, al hombre derrotado, al abogado perdido, e incluso a alguien frío y calculador.
El hecho de que The Escape Artist sea una serie sobre temas legales y judiciales y además británica le da un cariz de peso. Las cortes de justicia británicas guardan todavía parte de la pompa y boato de tiempos pasados con las togas y las pelucas. Son salas pequeñas, de corte antiguo, donde se siente la justicia. A su lado las salas de juicios a las que nos tienen acostumbrados las series americanas se ven frías a impersonales.
En resumen, The Escape Artist es una miniserie de tres capítulos con un guión redondo que nos plantea un gran dilema moral que nos dejará rato pensando qué habríamos hecho nosotros de estar en la situación de Will Burton. Con una interpretación de las grandes de David Tennant, un actor que pasa desapercibido a mucha gente, pero que cuando le conoces y le ves actuar te atrapa sin remedio. Además, son sólo tres horas de serie. Lo que nos permite disfrutar de la historia completa de manera fácil, dándonos tiempo luego a pensar sobre el conjunto global.
En serio, dadle una oportunidad. The Escape Artist es una de las grandes series de la temporada pasada de la BBC que a mucha gente le pasó desapercibida y es una lástima, porque ha sido una gozada disfrutar de ella.