Título: Todo valeAutor: Juan Ignacio MontianoEditorial: Ven y te lo cuentoAño: 2010ISBN: 9788493706920Nº de páginas: 134
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RESEÑA:Hacía unos meses que tenía esta novela corta de la editorial Ven y te lo cuento esperando en mi estantería y aprovechando unas horas libres de fin de semana me animé a leerla, ya que había visto algunas reseñas favorables y tenía curiosidad por descubrir su contenido. Es el primer libro que leo de esta editorial y me ha sorprendido la edición, aunque la portada no es muy llamativa la maquetación está cuidada y la letra es bastante grande, por lo que en un par de horas o incluso menos se puede leer perfectamente.
Fernando Blasco es un exitoso locutor de radio cuyo programa, ¡Vete por ahí! de los Treinta y cinco principales, lleva triunfando tres años consecutivos entre la audiencia. Las cosas no le pueden ir mejor, con apenas treinta y cinco años, soltero, famoso y a punto de dar el salto a la televisión. Todo ello gracias a su genial idea para aumentar la audiencia del programa con el test de novios, consistente en poner una trampa telefónicamente a un chico delante de su novia para demostrar que cuando le dice que la quiere solo a ella y le es fiel la está engañando, ya que a la primera insinuación a través de una llamada de teléfono de una auténtica desconocida, no duda en quedar con ella. Cada día realizan bromas de este tipo, riéndose de la gente gratuitamente y consiguiendo un incremento de la audiencia y de la publicidad.
Sin embargo, un día la broma telefónica acaba provocando que el chico que ha caído en ella, viendo roto su compromiso de boda como consecuencia de la llamada, se suicide, dejando una nota en la que acusa a Fernando y su programa de tenderle una trampa. Desde entonces la vida del presentador cambiará totalmente, la investigación se irá complicando poco a poco a medida que vayan apareciendo datos de un pasado común entre el joven y Fernando, dándose cuenta este último de que no tiene a nadie a quien acudir, una vez perdida la fama todos le dan la espalda.
Leyendo este argumento seguramente muchos ya habréis establecido una relación entre el tema que aborda la novela y la vida real y es que Todo vale toma como base un programa que se lleva emitiendo varios años en una exitosa cadena de radio, no hay que pensar demasiado para averiguar de dónde viene el nombre los Treinta y cinco principales. Yo escucho mucho esta cadena, durante mi jornada laboral es lo que suena y la prueba de novios a la que hacen alusión en el libro la he oído cientos de veces porque a lo largo del día siempre están recordando lo que ha ocurrido esa mañana en la prueba. Sin duda es uno de los filones del programa, aunque personalmente no le veo tampoco la gracia. Al leer la novela me he parado a pensar el tiempo que lleva esta prueba en antena y creo que no me equivoco si afirmo que más de diez años, aun así los novios siguen cayendo. Es algo que no entiendo, me parece tan irreal que se puedan creer que han conquistado a alguien en la distancia y que les aborda a través de teléfono, no sé si es que yo soy muy desconfiada o qué, pero me parece que una llamada de ese tipo lo primero que genera es recelo, pero bueno, en la prueba la mayoría de las veces acaban cayendo, aunque hay que decir que muchos creo que por quitarse de encima a la que llama que se pone pesadísima. Y visto desde la otra parte, es decir, la persona que encarga la prueba, pienso que se arriesga a estropear su relación, es como si le estuviese diciendo a la cara que no confía en él y es normal que la pareja se moleste y la relación se acabe deteriorando.
Pero lo que nos interesa aquí no es analizar este programa si no el libro en cuestión. Todo vale es una novela cortita que se lee muy fácilmente, ya que la historia es muy entretenida y engancha desde las primeras páginas. Está escrita utilizando un lenguaje sencillo, incluso coloquial y predominan los diálogos, por lo que el ritmo de lectura es muy ágil más teniendo en cuenta que está dividido en capítulos muy cortos que aumentan este dinamismo. La historia está narrada en tercera persona desde la perspectiva de Fernando, que es el principal protagonista, pasando de verdugo a víctima de sus propias bromas.
A lo largo de sus páginas vemos que se combinan varios elementos que consiguen aumentar su atractivo, tenemos por un lado una parte de misterio y de novela negra, también tiene otras partes en las que predomina el humor llegando a situaciones un tanto absurdas y como no, otras más dramáticas en las que asistimos a la desesperación del protagonista, que ve como su mundo perfecto y exitoso se desmorona sin que pueda hacer nada para evitarlo. Es interesante la evolución que sufre el personaje desde las primeras páginas hasta el final, pasando de ser una persona engreída, prepotente, chulo, arrogante y que se cree el mejor en todo a una persona desesperada, asustada, humillada, angustiada y que se da cuenta que está solo, que todo lo que tenía a su alrededor era una ficción producto de su éxito, para finalmente resurgir cual ave fénix, recomponiéndose y volviendo a ser el miserable ser inicial, para quien lo más importante es él mismo y su éxito sin importarle por encima de quien tenga que pasar para obtenerlo, incluso de él mismo.
A pesar de que la investigación en la que Fernando se ve implicado se va complicando cada vez más y la intención es mantener al lector en suspense hasta el final, he de decir que más o menos hacia la mitad ya me imaginaba cual iba a ser la resolución del caso. Es un buen final, ideal para el cometido que persigue la historia, pero quizás resulta demasiado evidente al exagerar tanto determinadas situaciones, por otra parte necesario para lograr el toque de humor que aparece en determinados momentos de la historia.
Como veis, Todo vale es una novela que aunque podemos leer como un simple entretenimiento, va más allá, ya que detrás de la historia esconde un mensaje de denuncia y crítica social hacia este tipo de programas que tanto éxito tienen en la actualidad, no solo a nivel radiofónico sino también televisivo, lo que se denomina programación basura, que se aprovecha de las personas y de sus desgracias para conseguir las cuotas más altas de audiencia. Y no es de extrañar que cada vez aumente el número de este tipo de programas, ya que si alcanzan estas cuotas es porque a la sociedad le gusta, todos nos quejamos de que son programas sin calidad pero tarde o temprano acabamos sentados frente al televisor o sintonizándolos en la radio, riéndonos de quienes caen en las bromas o accediendo a la vida privada de aquellos que se aventuran a ser famosos gracias a compartir sus problemas durante una temporada.
FUENTES: imagen autorvenytelocuento.com
Gracias a Ven y te lo cuento por el ejemplar