Por Patricia O. (Patokata) desde Uruguay
Hola a todos, hoy comenzamos con esta sección nueva. Si les parece bien cada 15 días les estaré dejando la reseña de un libro que haya leído. Creo que lo mejor es ir intercalando autores consagrado, tanto conocidos como desconocidos por nosotros, con autores noveles, que los hay muchos y muy buenos en las diferentes comunidades literarias por donde ando.
Entonces, aquí comenzamos con el libro de hoy:
Sobre el autor:
Haruki Murakami nació en 1949 en Kioto, pero vivió la mayor parte de su juventud en Kōbe. Su padre era hijo de un sacerdote budista. Su madre, hija de un comerciante de Osaka. Ambos enseñaban literatura japonesa.
Estudió literatura y teatro griegos en la Universidad de Waseda (Soudai), en donde conoció a su esposa, Yoko. Su primer trabajo fue en una tienda de discos (tal como uno de sus personajes principales, Toru Watanabe de Norwegian Wood). Antes de terminar sus estudios, Murakami abrió el bar de jazz "Peter Cat" ('El Gato Pedro') en Tokio, que funcionó entre 1974 y 1982.
En 1986, con el enorme éxito de su novela Norwegian Wood, abandonó Japón para vivir en Europa y América, pero regresó a Japón en 1995 tras el terremoto de Kobe, donde pasó su infancia, y el ataque de gas sarín que la secta Aum Shinrikyo ('La Verdad Suprema') perpetró en el metro de Tokio. Más tarde Murakami escribiría sobre ambos sucesos.
La ficción de Murakami, que a menudo es tachada de literatura pop por las autoridades literarias japonesas, es humorística y surreal, y al mismo tiempo refleja la soledad y el ansia de amor en un modo que conmueve a lectores tanto orientales como occidentales. Dibuja un mundo de oscilaciones permanentes, entre lo real y lo onírico, entre el gozo y la obscuridad, que ha seducido a Occidente. Cabe destacar la influencia de los autores que ha traducido, como Raymond Carver, F. Scott Fitzgerald o John Irving, a los que considera sus maestros.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Haruki_Murakami
Autor de: Cronicas del Pájaro que da cuerda al mundo, 1Q84, Kafka en la Orilla, De qué hablo cuando hablo de Correr, entre otras obras.
Reseña:
Luego de 18 años Toru Watanabe, vuelve a recordar a Naoko, la novia de su mejor amigo y con quien llegó a tener una especie de relación amorosa. En uno de sus viajes a Alemania y tras escuchar el tema de los beatles, que le da el nombre a la novela, vuelve a sentir la misma tristeza y desolación de sus épocas de estudiante.
La novela de género dramático está narrada en primera persona y se retrotrae a la época de los años 60-70, la época de los beatles y de grandes cambios no sólo en Japón, país donde transcurre la historia, sino a nivel mundial. Su tópico gira en torno a la muerte, el sexo y el alcohol entre los jóvenes de esa época que buscaban un lugar en el mundo y escapaban de la tan temida soledad.El argumento está narrado en primera persona por Turo Watanabe, uno de los protagonista, y parte de los recuerdos que le provoca una conocida canción de los Beatles y que lo devuelven a la época de su juventud.
Una época marcada por la muerte de su único amigo Kizuki, novio a su vez de Naoko, con quienes conformaba un extraño trio de amigos unidos por la amistad y la soledad; y que se vio fraccionado por el suicidio sin motivo aparente de aquel. A raíz de esto dejan de verse hasta que el azar los vuelve a cruzar en un tren y es allí que retoman la amistada trunca. A pesar de la introversión de Watanabe y de Naoko hay una mutua necesidad de saberse cerca, quizá como forma de compartir la soldad a la que los llevó lo sucedido con Kizuki. El día que Naoko cumplió veinte años fue inevitable que los recuerdos de las desgracias vividas no hicieran mella en el ánimo de la chica, en su intento por consolarla fue inevitable ir más allá y llegar a una intimidad que si bien era deseada no resultó tan placentera como hubieran querido. Luego de esa extraña noche Naoko desapareció y pasó mucho tiempo para que Watanabe volviera a saber de ella.
Ni siquiera la amistad que llegó a entablar con Midori, una compañera de la universidad un tanto alocada y que llegaría a ser importante para él, hizo que se olvidara de la muchacha a quien llegó a escribirle en varias oportunidades en busca de noticias.
Entre su desesperación por saber de ella, sus propios periodos de tristeza y soledad y sus esporádicos encuentros con una Midori que también arrastraba sus propias tragedias familiares y personales, llegó a tener esas noticias anheladas; pero el destino tenía preparada otra jugada.
La trama es fluida, coherente, el autor perfila muy bien las características psicológicas y emocionales de los personajes, nos pasea por esas regiones del Japón revolucionado de los años 60-70 y nos deja parte de sus paisajes grabados en las retinas; lo mismo con las emociones, por momentos desgarradoras y compresibles, de esos jóvenes rodeados por las tragedias, la soledad y la búsqueda incesante de llenar sus vidas y encontrar un sitio propio en el mundo. A pesar del tono melancólico de la narración no faltan los pasajes con tintes burlones y cómicos ni la dosis de erotismo plasmada en una sexualidad abierta por momentos y en otros instantes mal entendida, vivida, e interpretada por los propios personajes.
Aquí pueden ver el trailer de la película basada en el libro:
Conclusión:
Este es el segundo trabajo que leo de Murakami, ya había leído su relato "Por falta de Palabras" y estaba segura que esta novela también la iba a disfrutar. Cuando la terminé me quedé con las sensaciones y la emociones de los personajes, hundida en una especie de dulce desolación. La trama por momentos no solo me resultó cómica sino terriblemente desgarradora, por momentos la palabra esperanza parecía haber desaparecido de la faz de la tierra. Me gustó Watanabe, un joven de buen corazón pero que a veces, apocado por la inercia frente a las situaciones y sus propios traumas y frustraciones, se dejaba arrastrar a los exceso tanto por el alcohol como por el sexo. No entendí muy bien la posición de Naoko, quizá dentro de sus propios problemas mentales distorsionaba el acto en sí de la noche en que estuvo con Watanabe puesto que parecía también sentir cierta atracción sexual hacía él. Me causó curiosidad Midori, una muchacha que a pesar de ser muy fuerte y luchar contra las adversidades y las desgracias que habían acosado a su familia era demasiado desenfadada y hablaba tan sueltamente de la sexualidad con un Watanabe que no se daba cuenta de los sentimientos que inspiraba en ella.
Y definitivamente no me gusto el papel de Reiko, una mujer más de 20 años mayor que oficiaba de intermediaria en la comunicación entre Naoko y Watanabe, y quien llegará a tener algo que ver, aunque muy fugazmente, con él.
El final es abierto; los últimos acontecimientos le harán ver a Watanabe cuáles son sus verdaderos sentimientos hacía Midori, ella dejará una puerta abierta para solucionar la situación entre ambos. El autor sabe adentrarnos en la piel de los personajes y mantenernos expectante queriendo saber que va a suceder a cada paso con cada uno de ellos; nos transmite una extraña melancolía que por unos cuantos días no nos abandona y nos deja pensando.
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Espero que hayan disfrutado de esta reseña. Dentro de 15 días les traeré la reseña de la obra de un escritor novel que va a meter miedo. Aquí les dejo un pequeño adelanto...