TRANSIRAK
Título: Transirak.
Autor: David Pasual Huertas "Mr. Perfumme" (Valencia, 1981) es escritor, guionista y dibujante. Ha publicado los libros El Satélite Ruso (Ediciones Encendidas). Eso fue lo que pasó (Malatesta), Una pequeña llama en mitad de un terrible incendio y Saber Matar (Chebooks/Contrabando). También ha participado en los libros colectivos La isla revisitada (Flechas desde Atalanta) y Zukerberg, una biografía no oficial (Chebooks/Contrabando). Además fue guionista en el largometraje Pobre Diablo y el documental The Mystery of the pink flamingos y recibió una beca Graners de Creació colaborando con el colectivo teatral Miss Panamá. Así mismo, es profesor del Taller de experimentación narrativa de Lapiscifactoria Laboratorio de Creación. En marzo de este 2021 publicará nueva novela con el sello Temas de Hoy titulada Gordo de Porcelana.
Editorial: niños gratis*.
Idioma: español.
Sinopsis: A Sadam Husseín le diagnosticaron el sida entre 1995 y 1997. Desde el año 93, cuando puso en marcha La Campaña de la Fe, con la que instrumentalizó el Islam para sus propios intereses, en Irak hubo una época de relativa calma. Hasta el 96 no se crearon los primeros fármacos antirretrovirales que lograron convertir el virus en una enfermedad con la que se podía convivir de una manera mínimamente digna. Para cuando Sadam pudo tener acceso a estos tratamientos, su salud ya estaba deteriorada, aunque solo pocos hombres de su círculo más íntimo lo sabían.
Su lectura me ha parecido: extraña, loquísima, inesperada, desconcertante, arriesgada, desternillante, dramática, sesuda, marciana (metafórica y literalmente), deliciosamente extravagante... En honor a la cinematográfica cita con la que el lector se topa nada más abrir el presente libro - de la cual hablaré más adelante - permitidme que haga mía otra gran frase cinéfila cuya correcta pronunciación es vital tanto para dar yuyu como para perturbar un poco el ambiente: "Ya están aquí". Y es que es cierto, ya están aquí, por fin, las y los autores valencianos. En las librerías de barrio, en las de los centros comerciales, en el Corte Inglés, en el quiosco de la esquina, y por supuesto, en nuestras estanterías más personales. Esas que cuidamos como si fueran un miembro más de la familia y que, en ocasiones, nos cuesta desmembrar por miedo a que queden incompletas o se rompa alguna de sus robustas páginas. Sí, lo sé, llevamos siglos rodeados de escritoras y escritores de la terreta. Si no fueran por las machaconas y benditas clases de valenciano en las que, si a la profesora o profesor de turno se enrollaba un poco, dedicaba parte del temario a ahondar en la literatura de nuestro amado como odiado territorio, ninguno de estos nombres nos sonaría, ni siquiera cuando deambulamos por el intrincado callejero. Desde los versos del cetrero real Ausias March - cuyo "veles e vents" lo tengo incrustado en la memoria - a Joanot Martorell - considerado por muchos el padre de la novela moderna y el antecedente más directo del Quijote de Cervantes - sin olvidarnos del misógino Jaume Roig, de las justas poéticas de Calatá de Valeriola o de los textos místicos de sor Isabel de Villena entre otros. Con Vicente Blasco Ibáñez - al que, a pesar de sus rancios gustos, muchos de los que nos dedicamos a la escritura deberíamos rendir pleitesía - cruzamos el charco, nos volvimos internacionales y comenzamos a mirar a la Albufera con una nueva lente. Con Rafael Chirbes - otro al que admirar por los siglos de los siglos - redescubrimos la podredumbre que habita bajo el milagro valenciano, o dicho de otra forma, en los cimientos de los enormes rascacielos de Benidorm. Con Joan Fuster nos sentimos más valencianos que la propia paella. Con Vicent Andrés Estellés aprendimos que la poesía podía emocionarnos más allá del idioma o las formas empleadas. Con Enric Valor me aprendí de cabo a rabo la rondalla del "Mig Pollastre" a la cual le tengo especial cariño. Con Isabel Clara-Simó accedimos a un universo literario plagado de personajes femeninos de gran envergadura en clave juvenil (muchos de los libros que me mandaban leer en el instituto eran precisamente de ella). Y, por supuesto, con Laura Gallego nos convencimos de que no teníamos porque que ser J.K. Rowlling o vivir en Escocia para atrevernos a escribir fantasía made in Valencia. La lista no acaba ahí, de hecho, no ha hecho más que aumentar: Manuel Vicent, Santiago Posteguillo, Elia Barceló, Alberto Torres Blandina, Elisabeth Benavent, Joan Francesc Mira, Bárbara Grau o Elisa Ferrer (ambas merecedoras del prestigioso premio Tusquets de Novela es sus dos últimas ediciones). ¡Casi nada! A esta tira de nombres debemos añadir el de David Pascual Huertas, más conocido por su pseudónimo Mr Perfumme. Un autor que, a pesar de pertenecer a la misma hornada de nuevos talentos valencianos, se revela como el menos heterodoxo en las formas, capaz de explotar la cabeza del lector con propuestas que te obligan a mudarte de la zona de confort o en las que directamente se pasa por el forro las normas no escritas acerca de lo que es o no considerado objeto literario. Ejemplo de lo que os comento es Transirak: la genial rayada monumental protagonizada por dos hermanas, el doble de Sadam Husseín y la Virgen del Casquete.
Antes de meternos de lleno a comentar lo más llamativo de la novela de Mr Perfumme, en esta ocasión debemos detenernos unas líneas (o el párrafo entero si es necesario) en adentrarnos un poco en la editorial que ha hecho posible Transirak, así como en su peculiar edición, la cual acaba jugando un papel fundamental tanto en la lectura como en la comprensión de la obra en cuestión. Es la primera vez en los años que llevo administrando este blog que le dedico este espacio a hablar de una editorial en concreto, y es posible que lo que os vaya a contar o ya lo sepáis o no os interese para nada, pero es que de verdad, es importante, porque este caso es extraordinariamente singular. De buenas a primeras sorprende el nombre escogido - niños gratis* - por no hablar de su carta de presentación que cito textualmente: "niños gratis* es una editorial. Hacemos libros todavía. Todos buenos. Aunque ya no sean más que una extravagancia, aún nos apetece disfrutar de ellos. Hacerlos, leerlos y hablarlos." Una filosofía que, si lo analizamos desde su ironía y su buscada parquedad, tiene todo el sentido del mundo. Sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de personas, por llamarlas de alguna manera, asocian que asocian "lujo superfluo" con el libro y el simple acto de leer. Sí, niños gratis* sigue haciendo libros, muy pocos en comparación con otras editoriales, pero los hace, como si eso significase un acto suicida o algo por el estilo. Algo que, en tiempos pandémicos, no es descabellado pensarlo. Más allá de su sentido del humor, niños gratis* arriesga tanto en sus títulos como en la forma de presentarlos al lector. Para empezar encontramos un catálogo de lo más variopinto. Donde lo costumbrista, lo queer, lo experimental o lo más contemporáneo en cuanto a temáticas y debates se dan la mano. Desconozco si todos los libros que publican, como afirman, son buenos. Pero a juzgar por lo que he podido ir descubriendo, lo cierto es que el factor sorpresa parece entrar entre sus prioridades. Ya sea por la vía del contenido como por sus formas. No obstante, lo que de verdad sorprende y que me ha llevado a dedicarles toda esta segunda parte es su envoltorio. El pequeño formato - estos sí son libros de bolsillo, de los que te caben en cualquier lado - y por supuesto el poster desplegable en el que se convierte su sobre cubierta. El cual, a través de sus distintos elementos, el lector se puede hacer una idea de por donde van los tiros respecto a la novela que está a punto de leer. Eso o enmarcarlo para colgarlo en la pared, pues en el caso de Transirak (diseñado por los Hnos Paadín) es digno de un marco. Así se presenta niños gratis* en un valiente como novedoso equilibrio entre los beneficios de la palabra escrita y la belleza del lenguaje visual.
Tras el pseudónimo Mr Perfumme se esconde el escritor valenciano David Pasual. Un autor con varios libros en su haber - algunos de ellos colectivos - y cuyas inquietudes artísticas, más allá del ámbito literario, han transitado hacia disciplinas tan distintas como el guion, el teatro (escribiendo y codirigiendo), el dibujo o la música. Este polifacético carácter se traslada de una forma muy personal a sus novelas, o al menos a Transirak, donde la fluidez de géneros, temas, personajes, situaciones - cada cual más loquísima que la anterior - tonos y emociones provocadas mantiene al lector en una continua sorpresa. En Transirak, aplicando un surrealismo ilógico pero racional en su disposición, todo es una locura. Ya la cita de Robocop 2 al principio de la novela es chocante. Nada de Oscar Wilde, James Joyce, o Dante Alighieri por nombrar a los más socorridos, no, Robocob 2, para que el lector alucine o se parta de risa nada más empezar. A continuación, como si de un viaje alucinógeno se tratase, Mr Perfumme nos sumerge en dos historias que transcurren en una misma y loca línea argumental. En primer lugar, tenemos la historia de Paula y Candela, dos hermanas en una situación crítica, ya que una de ellas - Candela en concreto - se está muriendo de cáncer. El autor sitúa la acción en la sala de espera del hospital y es a través de los pensamientos de Paula como conocemos la terrible realidad que está teniendo lugar a su alrededor así como los demonios familiares que pueblan sus recuerdos. Al mismo tiempo, y a medida que vamos teniendo más información sobre la difícil vida de las hermanas, esta historia se entrelaza con la de Sadam Husseín - recordemos, dictador iraquí al que Estados Unidos se encargó de demonizar y culpabilizar falsamente tras los atentados del 11S - muerto de sida en los años 90 y sustituido por un doble llamado Mohamed. Una deliciosa y desternillante alteración de la historia para ofrecernos una imposible pero efectiva conexión entre ambos relatos. Casar tramas totalmente diferentes y en las antípodas parece ser la especialidad de Mr Perfumme, eso y su asombrosa capacidad para negarse cualquier tipo de autocensura en lo que a ideas se refiere. Que si la Virgen en realidad es un extraterrestre, que si todos tenemos cáncer y sólo hay que esperar a que se active por medio de los chemtrails (algo que en tiempos de negacionismo y teorías conspirativas no me pudo parecer más acertado), que si Sadam Husseín tuvo más de doce dobles, que si Irak llegó a desarrollar un programa tan descabellado llamado Fuego Devastador... En el universo literario de David Pascual todo vale, por muy loco que resulte, todo acaba encontrando su coherencia dentro del caos. ¿Cuál es entonces la conexión? ¿Lo que hace de esta pequeña novela algo más que un festival surrealista? La respuesta la encontramos en el retrato de lo monstruoso, o las distintas formas en las que éste se manifiesta. El cáncer o el Sida son son, la invisible mano de la muerte que se posa de forma arbitraria sobre los hombros desconocidos, pero también los propios seres humanos que pueblan el libro, las criaturas creadas artificialmente para aterrar o los inminentemente cotidianos que, a través de inofensivas acciones, se están cargando el planeta y envenenando nuestras sociedades (a esos los llamamos ignorancia u odio). Pienso en CharlieBeta Jr., el mono en cuyo interior se creó sin querer el virus del Sida, pero también en ese murciélago - al menos son las sospechas que se tienen por el momento - sin nombre que pasó la enfermedad del Coronavirus al hombre, el primero de todos, el que jamás se imaginaría la que liaría en el ya cancelado 2020. De nuevo el monstruo de la enfermedad arrasando todo a su paso.
Transirak: una historia de vírgenes, hermanas, dictadores iraquíes, dobles, marcianos, teorías de la conspiración, muerte, rezos, robots... Un huracán renovador a punto de extenderse más allá de las fronteras territoriales y mentales.
Frases o párrafos favoritos:
"Nadie lo ve. No ha pasado. Magia. Mi hermana se queda sin habla. Imagino como le tiembla la barbilla y los ojos, imagino el cubo de sangre de Carrie cayéndole sobre los hombros y la cabeza, pero nada de eso ocurre. El cura le hace un gesto con los ojos indicándole que salga de la fila y mi hermana obedece. Un gesto sutil en el que nadie repara. Tachán. Conmigo repite la misma acción paso por paso. Algo que no entendemos nos deja una herida profunda que nos acompañará para siempre."
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Niños Gratis