Sinopsis Seguimos siendo tierra de poetas y el libro Tratado de ornitología, de Antonio Jiménez Paz, es uno de los mejores textos escritos en Canarias en los últimos años. Publicado en 1994, en La calle de la costa, su fuerza se mantiene. “El amor es el hombre inacabado”, verso de Paul Eluard, abre el poemario, ilustrado con imágenes de hombres desnudos en el forcejeo de una lucha. El pájaro y el vuelo, el despegue sobre lo cotidiano, la libertad de sentirse por encima de las normas viejas. Ya lo dice el autor: “Rememoro / el paisaje increíblemente / hermoso. / Ah, los pájaros azules / sobre un rapto de luz enamorada”.
Datos Editorial: Baile del Sol ISBN: 9788415700548 Páginas: 84 Precio: 10 € Fecha de edición: 2013
Hoy vengo con una reseña del último libro de poesía que he leído. En esta ocasión se trata de la reedición del poemario "Tratado de Ornitología" de Antonio Jiménez Paz, casi 20 años después de que se editara por primera vez.
Aunque había leído poemas de Antonio Jiménez Paz, no conocía esta obra. La verdad es que me ha sorprendido gratamente. La he leído un montón de veces y mientras mas la leo mas me gusta. Encontramos una poesía que versa sobre un mismo motivo, los pájaros, aunque no siempre utilice esa palabra para referirse a las aves. Es un poemario lleno de ambigüedad en el que la imaginación del lector tiene un papel importante. Un ejemplo de ello son las fotografías de los distintos momentos de una lucha grecorromana que ha introducido el autor a lo largo del poemario. Con la particularidad de que los luchadores están desnudos. Son 12 las fotografías que encontramos, que según nos dice Ernesto Suárez en el prologo, fueron elegidas por el mismo poeta, llegando incluso a decidir en que lugar del mismo iría cada una. Con ellas la confusión está creada.
Por otro lado, los poemas son cortos, no tienen títulos y son ambiguos. Cuando te encuentras con alguna de las fotografías, intentas encontrar alguna relación con los poemas a los que acompaña. Evidentemente las interpretaciones son múltiples y creo que eso es precisamente lo que el autor ha querido hacer, jugar con el lector. Y que cada uno haga su propia lectura, le encuentre un significado y lo haga suyo.
Lo que no deja duda es que los poemas nos hablan de libertad, de romper las cadenas y volar, de dejar la jaula, de esperanza, de la caída en el intento. Sin olvidar la lucha creada entre los amantes. Para mí, el poema con el que cierra este poemario viene a ser la esencia del mismo y es el único poema con título.
PAJARILLO Yo quería volar
Cuando me enjutó
una energía para batir las alas,
yo batí mis alas.
Se esponjaron todas mis plumas
acelerando el batir de dos aspas
como torbellinos. Y salían de mi cuerpo
como también unas ansias gigantes
por levantar mis pies. Entonces,
yo quería volar.
Así empecé a sentirme levadizo,
amigo íntimo del espacio.
Cuando me hallaste aquel lunes
de bruces contra el suelo,
yo quería volar.
Siempre me gusta poner algunos poemas. Así que si quieren volar, abran las alas y déjense llevar por estos pájaros.
Llegamos por el agua
y alcanzamos el aire como pájaros.
Somos aves,
mas nadie ha volado.
Yo sería pájaro, mi amor.
Tú serías pájaro, tu amor.
Él sería pájaro, su amor.
Nosotros nos desplumaríamos.
Vosotros os desplumaríais.
Ellos se desplumarían.
Como un inocente pájaro
busca descansar sobre mi pecho
el amilanado corazón
siempre asfixiando dentro.
Quiero romper el mundo.
Por eso
me muerdo los pájaros.
Aunque parezca del cielo,
no.
La clave del trino
se esconde en el cuerpecito
del pájaro.
Oh, cielos.