Will comparte con su padre una afición muy extraña para un chico de catorce años: pasa su tiempo excavando, buscando tesoros perdidos en las entrañas de la tierra. Así descubre que, bajo el mismo Londres, existen túneles que no constan en ningún mapa y puertas olvidadas durante siglos. Pero… ¿adónde llevan? Cuando el padre de Will desaparece misteriosamente, el joven decide aventurarse en su búsqueda, desafiando la oscuridad y el temor a lo desconocido. Con la sola ayuda de su amigo Chester, se dirige hacia un mundo fascinante y a la vez aterrador, un mundo lleno de sorpresas, con sus propias leyes, extraños personajes… y terribles amenazas.
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Por fin compré (y conseguí, porque no estaba por ninguna parte) el libro, por fin lo leí, por fin lo terminé. Empezando con la recomendación del libro por Abbie, conseguí este libro después de un año, por cosas de la importación y bla, bla, bla. Y empecé a leerlo en el peor momento, creo, cuando empecé la facultad y no tenía tiempo disponible para leer. Sin embargo, leyéndolo poquito a poco, lo disfruté como a pocos libros.
En principio, me encantó el tema. Seres bajo la superficie, algo con lo que se fantaseó durante años en nuestro planeta (e incluso a veces salen de nuevo estas olas de creyentes y teorías), ciudades increíbles, una raza como los styx, a los cuales al principio los imaginé tipo slenderman...
Digamos que me enganchó desde un principio. Tenía un poco de miedo, porque cuando entré a Goodreads y me fijé las reseñas, todas eran malas. O la mayoría. Y tenían (o parecían tener) muy buenas razones para puntearlo con tres estrellas, dos o incluso una.
La verdad me terminó encantando. Capaz no conecté con todos los personajes (y no porque el malo me pareciera maléfico y no lo quisiera, sino porque capaz alguna que otra personalidad no me pareció del todo creíble y demás), pero lo disfruté de principio a fin. Los styx son diabólicos, pero me encantan; Rebecca me parece uno de los personajes más inteligentes que conocí en mis 18 años a lo largo de tantos libros leídos. Y, sin embargo, hay algunas cosas que no me terminaron de cerrar.
La principal, y creo que como siempre, es la familia de Will y su estructura.
Creo que hace tiempo no leo un libro con padres más o menos normales, y por normales no hablo de un padre argentino, con el que yo pueda sentirme identificada, sino un padre inglés, estadounidense, italiano, de donde sea el libro o donde esté ambientado. No hablo de un libro con padres como los míos, sino de unos padres al menos verosímiles.
Entiendo que, quizás, el padre de Will necesite ser un loco por la arqueología, dejar de lado su familia tooodo el tiempo para poder enfocarse en su hobbie como para que la novela funcione. Quizás en el próximo libro (por el cual ya estoy llorando porque está $215 y yo tendré $300 ahorrados como muchísimo) reaparezca la madre, un poco más cuerda, aunque lo dudo por cómo quedaron las cosas en el final. De todas formas, como libro introductorio en esta última parte se quedó bastante corto: ¿por qué la madre está tan desentendida de su familia? ¿Por qué es Rebecca la que hace las cosas de la casa, teniendo sólo 12 años (y olvidando lo que descubrimos sobre ella y sobre Will en cierta parte de la novela)? No me parece real. No conozco casos de una nena de 12 que se haga cargo de su familia teniendo a ambos padres vivos y un hermano mayor (aunque seguramente debe de haber), por eso no me creo esa parte.
Hasta cierta parte, la lectura se hace algo pesada. No su contenido, porque te mantiene enganchada de principio a fin, sino que tenés que ir leyéndolo despacio para captar todo lo que pasa y poder bajar con un poquito de agua toda la información; en ningún momento se vuelve aburrido y por más que no te guste la arqueología como a mí, seguramente te engancha por alguna parte.
Túneles es un libro que hay que tomar con pinzas. Leí varias reseñas que lo tildaban de malo en Goodreads, y varias tienen razón en algunas cosas. Acá van los ejemplos (traducidos, así ahorramos en traductores o espacio inutilizado en el blog) de algunas cuestiones que quiero recalcar; les dejo los links para que lean sus reseñas completas:
Elizabeth S (una estrella): "A veces la gente se queja de historias en las que el autor debe mostrar más y contar menos. Esta [historia] es quizás lo contrario-- la detallada construcción es mostrada, pero no contada. Nadie pregunta quiénes son los Styx o cuáles son sus motivaciones (...)"
Elizabeth tiene razón: a Will nos lo venden como un chico curioso, que jamás se queda quieto, que investiga hasta la mínima partícula existente. Y, sin embargo, acepta inmediatamente la pirámide social del mundo subterráneo enseguida, con los styx a la cabeza. Acepta que los demás se queden callados apenas él pregunta alguna que otra cosa, nunca terminamos de saber quiénes son los styx (porque no parecen humanos, y sus antecesores, en teoría, son los humanos que crearon el mundo subterráneo). Entonces, ¿con cuál Will nos quedamos?
Jaclyn (una estrella): "Junto con la falta de una historia de buenos vs malos, no hubieron moralejas para tomar del libro. No necesito que todo lo que leo sea una parábola o fábula moral, pero hubiera sido bueno que, después de arrastrarse durante 464 páginas de una ambigüedad sombría, lúgubre, oscura y sucia, hubiera tenido algo para mostrar. Y no lo tiene."
En esto coincido. Túneles me encantó y tiene incluso una muy buena nota en mi opinión, pero siento como si no hubiera aprendido nada. Osea, creo que es un libro para disfrutar al leerlo, para que un chico lo lea y se interese por cosas como la arqueología o las civilizaciones antiguas, pero no creo que deje una moraleja. Como Jaclyn, no soy partidaria de que toooodo lo que leo tenga una moraleja, pero capaz está bueno que te deje algo como para seguir pensando una vez terminado el libro. Yendo al otro extremo, ya que nada tiene que ver con Túneles, en Los Juegos del Hambre, guste o no guste su lectura, hay una estructura social y una historia muy por el fondo que uno tiene que filtrar para lograr entender algunas cosas-- y quizás así pueda entender cosas en la propia sociedad y el mundo. Capaz que no es necesario dejar una moraleja, pero sí me gustaría que te deje pensando sobre algún asunto, sea social o no (puede ser la existencia de un mundo subterráneo realmente, por ejemplo, que uno puede seguir pensando pero por cuenta propia, no por la decisión de el/los autor/es).
Ojalá esto cambie con los demás libros (que pienso seguir leyendo).
En fin, redondeando la cosa porque esto se hizo medio largucho, creo que Túneles es un libro interesante y divertido, que te engancha si lo agarrás en el momento indicado (o no tan indicado, como en mi caso). Creo que vale la pena leerlo, que te lleva a un mundo sin descubrir y que te encandila con una luz verde y con una historia que vale la pena ir descubriendo de a poco.