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Reseña | Un ático con vistas, Eleanor Rigby

Por Flordecereza @NovelaRomantica
Reseña | Un ático con vistas, Eleanor Rigby

UNA SERIE DELIRANTEMENTE DIVERTIDA. ÚNETE A LAS AVENTURAS DE LA COMUNIDAD DE VECINOS MÁS LOCA Y CHISMOSA QUE PUEDAS IMAGINAR. PORQUE TODO ES MEJOR CUANDO ESTAMOS... JUNTOS Y REVUELTOS.

¿Quién es Julian Bale, el hombre que vive en el ático del 13 de la calle Cortázar, y por qué nunca se deja ver? Esa es la pregunta que atormenta a los chismosos de su comunidad de vecinos. Incluida a Matty, que, aunque no vive en el edificio, conoce la expectación que provoca el ermitaño y siempre lanza una mirada curiosa a su balcón.

Un anuncio en el tablón de entrada, en el que Julian se manifiesta por primera vez, se presentará como la oportunidad perfecta para resolver el misterio que gira en torno a su legendaria figura. Solo Matty se atreverá a adentrarse en la guarida del lobo, y lo que encontrará no será exactamente lo que imaginaba... como tampoco lo que esperaba él.

PORQUE ¿QUIÉN DIJO QUE SERÍA NECESARIO SALIR DE CASA PARA ENCONTRAR EL AMOR?

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Reseña | Un ático con vistas, Eleanor Rigby

¿Os habéis planteado alguna vez hacer una segunda reseña de una novela que ya reseñasteis hace tiempo? Confieso que a mí nunca se me había pasado por la mente hacerlo, pero cuando vi que publicaban en papel Un ático con vistas de Eleanor Rigby, obra que reseñé para el blog hace dos años, ni me lo pensé dos veces pues la lectura de este libro fue una de mis favoritas en 2020 y quería comprobar si pasad un tiempo lo seguiría siendo. Os confirmo que así ha sido pues he vuelto a encontrarme con una historia que atrapa desde el principio por ese toque de humor de los personajes donde es imposible no quereros y con una pareja protagonista como la noche y el día, muy diferentes entre sí, pero complementados a la perfección, que van creando su romance poco a poco y a fuego lento, aunque durante el camino seremos testigos de la innegable química y atracción que existe entre ellos.

Nos situamos en el número trece de la calle Julio Cortázar, en un edificio de vecinos como cualquier otro, aunque con la diferencia que aquí sus inquilinos son especiales. Cada uno lleva su vida, pero son muchos los que también les gusta ser espectadores de la vida de los demás por lo que cuando el misterioso inquilino del ático, Julian Bale , pone un anuncio en el tablón donde busca asistenta, todos empiezan a elucubrar quién es, a qué se dedica y porqué durante dos años nadie lo ha visto salir de su casa. Las teorías son muchas y a cada cual más disparatada, tanto es el misterio que incluso Matilda Tavera , amiga de Tamara y Eli del 4ºB, se pregunta quién será el desconocido del ático. No obstante, pronto podrá descubrirlo por sí misma ya que un infortunio de la vida hace que pierda su trabajo, se mude con sus amigas y por insistencia de éstas acepte el empleo que el señor Bale ofrece. De esta forma, Matilda acabará trabajando para un hombre que nada tiene que envidiarle a los modelos de las revistas, guapo, alto y en forma, un aspecto muy alejado de lo que todos pensaban ya que algunos llegaron a sugerir incluso que era un prófugo de la ley o incluso cosas mucho peores. Sin embargo, ninguno pensó que el encierro de Julian era voluntario, una persona que por hechos pasados carga con un gran dolor emocional que le impide relacionarse con las personas, no se siente seguro salvo estando en su casa y no se fía de nadie excepto de su hermana Alison. Así, cuando Matilda entre en su vida, formará un brusco cambio en su día a día, esa chica con su alegría y despreocupación será lo que Julian necesite para ir avanzando en una posible recuperación, aunque él se niegue a verlo en un principio, solo la insistencia de Matty y que empiece a sentir algo por ella harán que Jules se proponga nuevas metas en su vida, tal y como será querer conocer a los vecinos e incluso salir de su hogar por primera vez en mucho tiempo. De esta manera, pasarán de no aguantarse a iniciar una amistad donde ambos compartirán hechos de su vida, Matilda le contará porqué es así, cómo un revés en su juventud le hizo abrir los ojos y disfrutar de cada segundo pues nunca se puede saber cuándo será el último. Por su parte, Julian le irá contando datos de su pasado hasta que definitivamente le cuente el horror que padeció y que hizo que se aislara del mundo, unos hechos desgarradores que encogerán el corazón de Matilda. Asimismo, no todo será tristeza pues ambos descubrirán lo que es el verdadero amor cuando decidan entregarse el uno al otro, un romance tierno y especial donde Matty se sentirá deseada por primera vez y donde Julian comprobará que puede ser amado sin que sientan pena por él y su situación. No obstante, el camino a la felicidad no es fácil y algunos baches harán acto de presencia en la de Matilda y Julian complicando su relación en incluso poniéndola en riesgo de que acabe antes de que se consolide, obstáculos que deberán sortear para ver su amor afianzado y así tener ese final que tanto han deseado.

Eleanor Rigby ha vuelto a conquistarme con esta novela, una lectura que me ha traído a la memoria dulces sentimientos que nacieron en mi corazón cuando conocí a Julian y Matilda por primera vez, sin duda una pareja muy especial para mí. Con su relectura he vuelto a deleitarme con una prosa fresca y dinámica, sencilla y cercana que incita a leer sin parar, asimismo, volver a encontrarme con sus personajes ha sido toda una delicia porque conforme iba leyendo, capítulo tras capítulo, recordaba cada una de las tramas que se van dando ya que gracias a Julian y su disposición a escuchar tras la ventana del patio nos vamos enterando qué se cuece en esas casas. Seremos testigos de historias divertidas y tiernas, pero también veremos el lado amargo de la vida, una trama que por desgracia se da en la realidad más de lo que queremos, así, cada vecino aportará algo a la obra, pero también a la vida de Julian ya que gracias a ellos se sentirá vivo y parte de esa comunidad ya que sin haberlos visto siente que los conoce a todos. Esto mismo le ocurrió con Matilda cuando la escuchó reír por primera vez, una risa que entibió su alma y que le hizo desear más. Gracias a ella veremos como Julian va recuperando la ilusión del día a día, cómo su alma va sanando paso a paso, a su ritmo y sin prisas logrará ir recobrando la vida que dejó de lado. Sin embargo, no todo será fácil, volver a confiar en las personas es algo que le costará hacer en un principio, Matilda ha sido el inicio y ahora debe incluir a más personas en su rutina, un hecho que le supondrá mucho ya que sabe que piensan que es un bicho raro. Aún así, no todo estará perdido, como os he dicho esta comunidad de vecinos es especial y todos pondrán de su parte para darle la mejor bienvenida a su círculo. Hablando de secundarios serán muchos los que nos deleiten con su presencia, algunos más y otros menos, pero la mayoría se harán de querer, además, la autora ha escrito varias novelas de algunos de ellos, algo que no estaba cuando la leí por primera vez por lo que no sabéis la ilusión que me ha hecho descubrirlo pues sin pérdida de tiempo ya estoy con el segundo de la serie Juntos y revueltos que lleva por título Desde mi ventana, y en espera tengo además el siguiente que no es otro que Bajo el mismo techo, dos lecturas que estoy deseando hacer pues sé que las voy a disfrutar muchísimo. En definitiva, os recomiendo, al igual que ya lo hice en su momento, que os dejéis tentar con la lectura de esta novela ya que conoceréis a una comunidad de vecinos atípica, pero especial, donde Julian y Matilda os seducirán con una historia de amor vibrante y llena de pasión, aderezada con un toque de inocencia y diversión, que calentará el corazón de todo aquel que se deje atrapar por un romance sin igual.

Un ático con vistas de Eleanor Rigby es una historia muy especial para mí, con ella descubrí la pluma de la autora y gracias a ella conocí a dos personas, Julian y Matilda, que se han grabado en mi corazón, dos almas necesitadas de amor, amistad y de alguien en quien confiar y amar, un romance dulce forjado poco a poco que nos enseñará que, aunque la vida se empeñe en ponernos trabas hacia la felicidad y nos deje a veces en la más absoluta oscuridad, siempre habrá alguien que nos ilumine el camino llevándonos hacia la luz que sanará las heridas que el pasado nos haya podido causar.

· Gracias a B de Bolsillo por el ejemplar ·


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