UN LUGAR LLAMADO LIBERTAD
Título: Un lugar llamado Libertad.
Autor: Ken Follett (Cadiff 1949, Reino Unido). Tras estudiar filosofía en la University College de Londres, trabajó como periodista en el South Wales Echo y en el Evening News. En 1978, con a penas veintisiete años, publicó su primera novela, El ojo de la aguja, que obtuvo gran éxito de inmediato y fue adaptada al cine. Tras este éxito editorial, comenzó a publicar novelas de género policíaco como La clave está en Rebeca o Triple, consolidándolo como escritor de éxito. Pero el verdadero reconocimiento no llegó hasta la publicación en 1989 con la publicación de su novela más famosa Los Pilares de la Tierra, una novela ambientada en la Edad Media que le valió estar entre los libros más leídos durante varios años. Follett también es el autor de Un mundo sin Fin, continuación de Los Pilares de la Tierra y de La Caída de los Gigantes y El Invierno del Mundo y El Umbral de la Eternidad, las cuales, que componen la primera, segunda y tercera parte de la trilogía The Century,. Actualmente se encuentra inmerso en el trabajo de redacción y documentación de una novela ambientada en el siglo XVI, trabajo que le ha traído a algunas ciudades del sur de España el pasado otoño. Esta previsto su lanzamiento para el año 2017.
Editorial: Debolsillo.
Idioma: inglés.
Traductor: María Antonia Menini Pages.
Sinopsis: ser minero del carbón en la Escocia del siglo XVIII significa servidumbre y sufrimiento. Por eso Mack McAsh se enfrentó a su amo, lo que le obligó a huir. Para el joven comenzó una odisea, que le llevó a Londres y luego a las colonias de América del Norte, convertidas más que nunca en la esperanza de libertad.
Su lectura me ha parecido: ágil, intensa, ligera, activa, penetrante, nada original hasta cierto punto, condensada, levemente limitada, premonitoria...Queridos lectores y lectoras, en este punto, y sabiendo quién es el autor de la novela que hoy tengo el honor de presentaros y reseñar, creo conveniente abordar un tema del que ya versé en un artículo que elaboré cuando colaboraba con EmBLOGrium. Como muchos bien sabréis, la llamada Novela Histórica ha formado parte, desde el momento de su nacimiento y su difusión en el siglo XIX, de nuestro imaginario literario y de nuestras preferencias a la hora de escoger lectura. Sin embargo, y e aquí la paradoja, muchos se creen que todo lo que se narra en las novelas históricas es cierto, cuando en realidad, no es del todo cierto. Sólo una pequeña parte de éstas se puede considerar verídico, y siempre tiene que ver con el entorno que rodea a los personajes, es decir, el siglo en el que el autor ha decidido enmarcar la novela, aunque en ocasiones, ni eso se asemeja a lo que en realidad fue. Pero lo que de verdad me sorprende es que algunos lectores y lectoras, aficionados o no a la novela histórica, piensen que todo lo que concierne a los personajes: acciones, sentimientos e incluso el lenguaje provienen de una determinada época. Las novelas históricas, no sólo las actuales, también las del XIX, están escritas desde su siglo, pasando por el filtro del momento en el que el autor/a está viviendo. Por ello, las novelas históricas no son una herramienta fiable a la hora de analizar una época del pasado concreta, si acaso, lo cual resulta más interesante si cabe, sirven para analizar el presente del autor, pues, los personajes, aunque crezcan en la Baja Edad Media, se comportan y hablan como hombres y mujeres del XXI por ejemplo. Con esta pequeña introducción, me gustaría comenzar la reseña de una novela que a pesar de estar ambientada en el siglo XVIII, encontramos los cimientos de lo que en un futuro será y ofrece una apabullante reflexión de un asunto de plena actualidad. Un lugar llamado Libertad: la génesis de un estilo propio.
La historia de como Un lugar llamado Libertad llegó a mis manos y pasó por delante de mis ávidos ojos lectores es bastante simple, aunque tiene trasfondo. Como muchos sabréis, sobretodo los que os prodigáis más por este espacio, una servidora es una autentica, no fan, sino entusiasta más bien, de Ken Follett. Desde que lo descubrí durante aquel difícil y estresante segundo de bachiller, entre clases y clases de Historia del Arte, a través de Los Pilares de la Tierra, he devorado cada una de sus novelas históricas. Y aunque no todas me entusiasmaron o no llegaban a ese título tan mundialmente celebrado, es un autor que le tengo gran estima, no como historiadora obviamente, aunque de ellas se podrían extraer algunos aspectos relacionados con el siglo XX, sino como lectora. Pues bien, en lo que respecta a Un lugar llamado Libertad, se reveló ante mi como una gran sorpresa, pues, aunque sabía de sobra que antes de decantarse por la novela histórica Follett había dado sus primeros pasos en la novela policíaca, desconocía por completo este título. La primera vez que lo vi fue en una de mis visitas furtivas a la biblioteca de mi barrio y aunque la edición no era la mejor del mundo y aunque la solapa protectora se cae a pedazos, tenía entre mis manos una autentica novedad y que me hizo preguntarme si éste, al ser anterior a Los Pilares de la Tierra, evidenciaría algunas de las características en cuanto a estilo y forma, es decir, si en Un lugar llamado Libertad se encontraba parte de la esencia de aquella lectura imprescindible. Al finalizar su lectura, descubrí que mis sospechas eran ciertas, sin embargo, también me topé con alguna que otra sorpresa menos agradable.
Centrándonos en la crítica propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Un lugar llamado Libertad, como ya he avanzado antes, presenta una lectura ágil, trepidante y que oscila entre el retrato de una época, más propio de la novela histórica, y la acción propia del género de aventuras. Esta mezcla de los dos géneros proporciona al lector no sólo una peculiar visión de la Escocia, la Inglaterra y las 13 colonias del siglo XVIII, sino además un héroe, un individuo, un protagonista que guíe al lector a través de una trama rápida y que fácilmente puede enganchar al lector. Por otro lado,y ésto si que me resulto algo decepcionante, me encontré como contrapartida con un argumento demasiado flojo, demasiado visto, demasiado explotado para ser claros. Si es cierto que estamos acostumbrados a leer obras en las que se nos retratan las condiciones y la vida de los inmigrantes que llegan a América durante el siglo XIX, sobretodo destaca por encima de todos ellos, el caso de los irlandeses, el caso tal vez más paradigmático, recurrente y con mayor visibilidad. Ese intento de Follett por mostrarnos una cara diferente de lo que viene a ser lo mismo, pero desde el siglo XVIII, cuando América del Norte tenía mayores perspectivas, podría haber resultado un éxito. Sin embargo, y como muchas veces suele ocurrir en su literatura, esa ambición desmedida, la cual ya empieza a percibirse en Un lugar llamado Libertad, lo que hace es contraproducente, y al final, acaba haciendo lo mismo que ya otros antes que él lo hicieron, es decir, hablar de lo mismo, en un contexto diferente, lo que en otras palabras quiere decir trasladar los mismos conflictos y estereotipos de la típica literatura de este estilo. Sin duda, en este sentido me esperaba mucho más y no este tremendo batacazo. Seguidamente, cabe comentar que en Un lugar llamado Libertad encontramos ya personajes tipo, que se repetirán a lo largo de su literatura y que sin duda, le funcionarán bien, a saber: el héroe de origen humilde y que pasa las de Caín, la chica de pasado noble y con carácter adelantado a la época, el malo malísimo, el pretendiente abominable, la secundaria de lujo...Con todo esto quiero decir, para finalizar el apartado crítico que, Un lugar llamado Libertad no es la mejor novela del mundo, no lo es en absoluto, sin embargo, en ella si que encontramos algo bueno, la base de un estilo propio que lo demostrará sin lugar a dudas en las novelas que a día de hoy todos y todas conocemos.
Como ya he mencionado antes, muchas novelas de este estilo, aunque estén ambientadas en otra época o nos parezcan distantes en el tiempo y el espacio, nos pueden proporcionar interesantes reflexiones que contribuyan al enriquecimiento de uno mismo, como lector pero también como persona. En el caso de Un lugar llamado Libertad, no iba a ser menos, pues lectores y lectoras, ¿qué es exactamente la libertad? Pero más concretamente ¿Todavía a día de hoy alguien cree que América del Norte, lo que hoy es Estados Unidos, es sinónimo de prosperidad, oportunidad, pero sobretodo, de libertad? La historia, como bien sabréis, ha demostrado todo lo contrario, que aquel lugar que proyectaba su imagen de "tierra prometida" al mundo no hacía más que entrar, una y otra vez en la contradicción más grande. En la época en la que se ambienta la novela si que se trataría de ese lugar deseado donde poder labrarse un futuro próspero, pero ojo, ese objetivo sólo se alcanzaba si eras blanco, si no, no tenías derecho a ello. Luego está el tema de la esclavitud y de todos aquellos afroamericanos que tenían que ganarse la vida trabajando en la plantación de algodón de turno sin más aspiraciones que esas, tratados como animales y sometiéndolos a trabajos forzados. La victoria del norte en la guerra de secesión supuso la abolición de la esclavitud, sin embargo, y durante décadas la población negra no pudo prosperar, y los pocos que lo lograron, los cuales fueron una minoría, fue a base de muchísimo trabajo y sorteando las dificultades, las restricciones y a las privaciones que tras la guerra todavía siguieron vigentes o se fueron incrementando con el paso de los años. Por otro lado, durante el siglo XIX, Estados Unidos vivió una intensa recepción de inmigrantes, cuyas nacionalidades iban desde irlandeses, italianos, rusos, checos, alemanes hasta puerto riqueños o chinos entre otros. Pues bien, tampoco ellos lo tuvieron fácil a la hora de insertarse en el mercado laboral o de acceder a una serie de derechos básicos, es más, tuvieron que exigirlos, al igual que lo hicieron los afroamericanos en aquellas famosas marchas de los 60 con Luther King a la cabeza. Actualmente, salvo el caso de ciertas etnias o pueblos de procedencia, todavía persiste en algunas zonas el racismo contra la población negra, no hay más que echar la vista un año atrás para rememorar los sucesos y las protestas de Baltimore donde varios policías se vieron implicados. Y no hay más que pensar en lo que sucedería si Donald Trump ganase las elecciones, cuya medida estrella parece ser la construcción de un muro entre EEUU y México. Con todo ello, lectores y lectoras ¿Estados Unidos es un lugar llamado libertad? Un lugar llamado Libertad: una historia de aventuras, pasión, sueños, lucha, perseverancia, amor, deseos...Una historia que los amantes de la novela histórica, pero sobretodo de Ken Follett, no os debéis perder.
Frases o párrafos favoritos:
"Minutos después mientras Lizzie y Jay permanecían de pie en la proa, el barco empezó a deslizarse río abajo. Una fresca brisa del anochecer azotaba las mejillas de Lizzie. Mientras la cúpula de San Pablo desaparecía bajo la línea del horizonte de los almacenes portuarios, ésta le dijo a su marido:
- No se si alguna vez volveremos a ver Londres."
Película/Canción: de Un lugar llamado Libertad todavía no hay programada ninguna adaptación cinematográfica o televisiva, como si se a hecho con otras novelas del autor. No obstante, aquí os adjunto una pieza evocadora que puede recordar al libro:
¡Un saludo y a seguir leyendo!