Reseña | Un mes para seducir a una dama, Diane Howards

¿A QUIÉN SEGUIR CUANDO EL CORAZÓN TE GRITA QUE TE ENAMORES DEL JOVEN APUESTO QUE HACE QUE LA PASIÓN DESPIERTE EN CADA PORO DE TU PIEL, PERO LA RAZÓN TE DICE QUE ES OTRO EL ADECUADO?

Becca Grant ha decidido enamorarse del nuevo profesor de arte. Ese hombre debe ser el adecuado, pues es apuesto, culto y le hace sentir un ligera expectativa, así que se lanza a una serie de encuentros no tan casuales para llamar su atención. Pero en su camino se interpone el señor Miller, que se va a quedar en Minstrel Valley unas semanas y ha decidido hacer de ella su conquista, con él todo se convierten en deseo de aventura.

Desde el momento en que Patrick ve a Becca el resto de mujeres dejan de existir. Tiene poco tiempo para hacerla suya así que se ve obligado a utilizar métodos poco sofisticados para llamar su atención. Pero cuando la traición cae sobre su amada se da cuenta de que no todo vale en el amor y que si tiene que esperar toda una vida por ella, lo hará.

PORQUE CUANDO LOS SENTIMIENTOS SON VERDADEROS, EL AMOR ESPERA PARA SIEMPRE.

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Decir que estoy enamorada de la serie que Selecta nos está trayendo estos meses es quedarme corta, las novelas que la componen son un deleite para los sentidos y ofrecen al lector una línea argumental perfecta que hace que las historias que la forman se complementen unas con otras. Así, como no podía ser de otra forma, aquí os acerco la reseña de su sexta entrega, Un mes para seducir a una dama de Diane Howards , una obra sencilla y sin muchos giros argumentales, pero que presenta una trama sólida donde conoceremos personajes nuevos y ahondaremos en otros que ya se presentaron en novelas anteriores. Sinceramente ha sido una lectura amena, llena de romanticismo, con sentimientos confusos que tardarán en aclararse y unos protagonistas que despertarán a una pasión sin límites, la cual los pondrá a prueba más de una vez.

Rebecca Grant sabe que ya es hora de experimentar el amor, por este motivo ha decidido poner sus ojos en el nuevo profesor de arte. Su estancia en la Escuela para Señoritas de Lady Acton tiene un objetivo concreto, convertirla en una Dama Selecta y proporcionarle un marido adecuado, sin embargo, ella desea vivir la pasión y el afecto que le proporcionaría un hombre cariñoso y atento, por ello no quiere dejar en manos del azar la elección del candidato y sabe que el señor MacArthur cumple perfectamente los requisitos, pues su corazón siente que debe ser él el elegido. No obstante, los sentimientos son demasiado aleatorios para planificarlos y la expectativa que el apuesto profesor despierta en ella no puede competir con el anhelo que le produce la presencia del señor Miller, un tunante demasiado atractivo que ha aparecido en su vida para alterar su paz mental. De esta forma, Becca tendrá que convencerse de que lo adecuado es elegir al culto señor MacArthur y no dudará en proporcionar diferentes situaciones donde demostrarle su interés, sin embargo, el apuesto escocés que se ha colado en su mente poco a poco despertará en ella el deseo y la pasión, una aventura a la que parece no poder resistirse.

Patrick Miller ha llegado a Minstrel Valley para ayudar a su primo Dunhcan Bissop, el dueño de las caballerizas y el profesor de equitación, quien ha creído que un cambio de aires le vendría bien al más joven de la familia. Así, su intención es quedarse solo unas pocas semanas y después partir hacia Alepo para cerrar un trato muy importante para su primo y de paso hacerse un nombre dentro de los criadores de caballos. Precisamente por eso no desea aferrarse a nada que lo ate al lugar y enamorarse no entra dentro de sus planes, no obstante, cuando su camino se cruce con el de Rebecca Grant su mundo dejará de girar y no le importará nada más. La joven es una belleza rubia que ha despertado en él un sentimiento de posesión muy hondo, desea seducirla a como dé lugar y no descartará ningún método para que la muchacha caiga rendida ante él. Un juego peligroso que no solo afectará a Becca sino también a su propio corazón, ya que la dulzura, el encanto y la inocencia de ésta lo llevarán a experimentar sentimientos mucho más profundos que lo harán desear algo más de tiempo para cortejar a la dama.

Desde el primer momento tanto Becca como Patrick sentirán que entre ellos hay una conexión muy especial. Las emociones que experimentan cuando están juntos son totalmente novedosas para ambos, él porque la desea fervientemente y un sentimiento de protección muy fuerte lo lleva a utilizar los métodos que conoce para seducirla. Ella, en cambio, porque no cree que el apuesto escocés sea el hombre adecuado para compartir su vida, por esto ha puesto sus ojos en el nuevo profesor de arte, una persona culta y atractiva que cumple todas sus expectativas, o eso cree ella, pues la atracción que despierta el señor Miller la tiene totalmente confundida. Así, con sus miras puestas en un hombre, será otro el que se cuele en su corazón poco a poco, un ataque silencioso que le demostrará muchas cosas cuando la desilusión le haga abrir los ojos y sienta que el amor que le está ofreciendo Patrick es de esos que duran toda la vida y no te sueltan jamás.

Diane Howards nos ha deleitado con una novela repleta de sencillez y encanto, pues la falta de giros argumentales no ha aportado monotonía a la trama, todo lo contrario, el lector ha tenido la oportunidad de disfrutar de un romance pausado, sin prisas y en el que la seducción en la que han estado envueltos los protagonistas se haya saboreado mucho más. Asimismo, con una prosa ligera, pero donde la autora no ha olvidado los detalles esenciales para que continúe con el espíritu del resto de novelas de la serie, he podido disfrutar de una lectura preciosa y adictiva donde volvemos al corazón de Hertforshire, pues Minstrel Valley se ha convertido en el centro del condado, un lugar donde la magia del amor existe y sus habitantes viven rodeados de historias preciosas y leyendas llenas de pasión y misterio. Como he dicho antes, el libro no se aleja de la línea argumental que el resto de escritoras han marcado en sus obras, es más, volvemos a saber de personajes que ya conocimos y descubriremos a otros que se presentan por primera vez. De esta forma, tanto secundarios como principales son muy importantes en la historia, ya que cada uno de ellos juega un papel esencial en el universo que se ha creado con esta serie. Aquí la autora nos ha presentado a dos personas que ven el amor de manera muy diferente, así, Becca quiere enamorarse pero no cree en el destino, desea que el hombre que la quiera sea el prototipo de la persona ideal, algo que Patrick no parece representar, pues al principio lo cree un seductor y no confía en sus intenciones. No obstante, el paso del tiempo, los acontecimientos que sucederán a lo largo del libro y su propio corazón le demostrarán que el joven es el amor que tanto esperaba. Su actitud será la que más cambie a lo largo de la historia, pasará de una personalidad coqueta e infantil que se ha empecinado en tener razón a alguien más maduro que comprenderá las emociones de los demás y le hará reconocer lo que verdaderamente quiere. Patrick, por su parte, comenzará su relación con la muchacha como un juego de seducción, un deseo feroz que le instiga a conseguir a la dama, sin embargo, no será hasta más adelante que descubra que lo que siente es mucho más profundo, dejando que sea la joven la que tome la decisión final, pues sabe que el amor que hay en él no va a modificarse. Un romance precioso que no estará exento de momentos difíciles y decisiones que podrían cambiarlo todo, sin embargo, sus sentimientos son fuertes y verdaderos, algo que los mantendrá unidos. En definitiva, una nueva entrega de la serie Minstrel Valley que volverá a deleitar a los asiduos al género y con la que seguro disfrutaréis si estáis tan enganchadas como yo a sus novelas.

Un mes para seducir a una dama de Diane Howards es una deliciosa novela donde Becca descubrirá que el amor no está planificado, solo el destino y la fuerza de los sentimientos le harán ver que Patrick es el hombre que siempre ha esperado, el único que despertará su pasión y le dará un final feliz para siempre.