Título: Un mundo nuevo (The Young World Trilogy #1)Autores: Chris Weitz
ISBN: 9788490431221
Editorial: Montena
Páginas: 430
Precio: 16,95 €
Nueva York está dividida en bandas de adolescentes que intentan sobrevivir en un mundo devastado. Una terrible epidemia que ha eliminado a adultos y niños y ha dejado a la sociedad sin ninguna de las comodidades que el viejo mundo ofrecía.
Jefferson es el joven líder del Clan de Washington Square; y junto con sus compañeros intentarán hallar el antídoto contra la enfermedad. Cruzarán la ciudad, rumbo a Long Island, donde vive el único hombre que ha logrado sobrevivir y que puede ayudarlos. Pero no será un camino fácil y deberán enfrentarse a duros enemigos que no están dispuestos a ponérselo fácil.
La ciudad de Nueva York ha sido devastada por una enfermedad que ha borrado del mapa a los adultos y los niños dejando a los adolescentes al mando para organizar la lucha por la supervivencia de la especie humana.
Con todas las novelas postapocalípticas que emergen a las librerías en estos tiempos resulta difícil encontrar rasgos peculiares que las distingan, las distancien y realcen del resto. Así que esperaba que esta novela cumpliera con los tópicos y aportara ese puntito distintivo a su función de entretener.
No voy a obviar el detalle de que Un mundo nuevo goza de esos elementos ideales que la conviertan en una novela adorada por los lectores aficionados al género. Su punto fuerte es que tiene una trama bien estructurada a la que basta con añadir mucha acción, amistad y un manual de “Cómo mantener una relación tras el fin del mundo” muy de fondo para que el complejo de héroe propio de los protagonistas no quede deslucido.Como protagonistas y narradores, en una primera persona muy amena y agradecida, tenemos a Donna y a Jefferson. Componen un dúo atípico. Ella se propone como una narradora fiable al lector y sus capítulos son una transmisión de los hechos de forma literal que aligera con la perenne presencia de la nostalgia hacia el modo de vida anterior a los efectos de la Enfermedad, contándonos todos aquellos detalles que les aportan trasfondo como personajes.
Jefferson es un narrador más convencional, pero no es hasta después de que asistamos a la muerte de su hermano Wash que descubrimos su esa faceta de héroe que le lleva a querer curar el mundo, rescatar la esperanza e iniciar un futuro; da a su relato ese tono idealista tan propio de las novelas postapocalípticas. En conjunto son tan distintos, con intereses tan dispares, razonamientos tan distantes que dan a la historia una dinámica cautivadora y absorbente.
También encontramos otros personajes que conforman nuestro equipo de superhéroes postapocalípticos dispuestos a salvar el futuro de la humanidad, en general son elementos que cumplen su función, no se alejan mucho del estereotipo del que parten y aportan frescura, originalidad, ironía e hilaridad al relato. El detalle más destacable es que encontramos ejemplos claros en los que identificarnos, como cuando queremos hacer lo correcto y al otro lado tenemos lo que realmente haríamos en una situación así.




