Suma de letras || Marzo 2020
752 páginas || Papel y ebook
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Un internado en mitad del bosque.
Una joven en busca de respuestas.
Un gran misterio por resolver.
Suiza, 1939. Santa Ursula acoge a alumnas extranjeras para el nuevo curso. Charlotte, una de las veteranas, será la encargada de integrar a Sara Suárez. Con el paso de los días, las jóvenes fraguan una amistad que se verá interrumpida por la guerra.
Oxford, década de 1970. Caroline Eccleston prepara su tesis sobre los internados suizos en la Segunda Guerra Mundial. El hallazgo del cierre inesperado de uno de ellos enciende la curiosidad de Carol, que no duda en viajar a Zúrich para encontrar respuestas.
Después del éxito de Papel y tinta, María Reig vuelve con una novela conmovedora narrada con fuerza y ritmo. Una promesa de juventud es la deslumbrante recreación de un tiempo de sombra que cincela la personalidad de unas adolescentes que intentan sobrevivir en un mundo lleno de demonios.
'Una promesa de juventud' nos cuenta la historia del curso 1939-1940 de dos internados ubicados en Suiza, uno de chicas, y otro de chicos. Aunque principalmente viviremos entre los pasillos y aulas del femenino, el St. Ursula, la estrecha relación que mantenía con su vecino, el Sankt Johann im Wald, nos hará conocer también lo que ocurrió durante ese año entre los chicos. Así conoceremos a los alumnos y profesores de ambos centros, y todo ello a través del relato de Charlotte, una de las alumnas más veteranas, que cursaba su último curso, el que cambió su vida por completo. Es un relato lleno de detalles, y a pesar de que está escrito en primera persona, ella conocerá lo que ocurría en muchos lugares en los que ni siquiera estuvo presente. El por qué, y el cómo, lo descubrimos a medida que vamos leyendo. No solo nos encontraremos con lo que ella nos cuenta, sino que contaremos con la presencia de Caroline Eccleston, en la década de 1970, mientras realiza su tesis sobre cómo vivían estos centros en el periodo de la Segunda Guerra Mundial. Será ella la que entreviste a Charlotte, y durante todo el libro se mezclará el pasado, a través de los ojos de la alumna, con el presente, a través de los ojos de Caroline. Pero lo que ella descubre, también cambiará su vida para siempre.
Si lleváis tiempo siguiendo mi blog, y leyendo mis reseñas, supongo que sabréis que no encontráis muchos libros históricos entre ellas. No suelo leer el género porque cuando contiene mucha información histórica, consigue abrumarme, y eso me ha pasado en ocasiones con este. Además, es una zona del mundo que no conozco, y leer nombres de lugares que ni siquiera sé cómo se pronuncian, ha hecho que en ocasiones me costara un poco más avanzar. Sin embargo, la parte de la historia de Charlotte y sus compañeros, conocer de primera mano cómo vivieron ese comienzo de la guerra en un país que se mantuvo neutral, pero en el que se vivía con miedo a lo que pudiera pasar, me ha gustado mucho. Además es una historia en la que también descubrimos la relación que se establecía entre los alumnos, o incluso entre los profesores, cuando parecía que vivían en mundos separados, y es eso quizá lo que más me ha gustado. Especialmente la historia de Sara y George, que sin duda se han convertido en mis personajes favoritos.
Bueno, en mi opinión, el amor romántico tiene matices grotescos acentuados por novelas románticas y películas. Pero si hablamos de un amor sincero, saludable, compensado..., diría que uno lo sabe cuando es mejor con la persona a la que cree amar. Cuando aprende y lo anima a ser la versión que más le gusta de sí mismo. Y debe ser recíproco, por supuesto. Lo sabe también cuando una conversación es el obsequio más preciado del día y una sonrisa, el combustible para no perder el juicio. Cuando, de sentirse el ser humano más peculiar y solitario del universo, pasa a saberse acompañado y comprendido en medio de la locura. Cuando las palabras se quedan cortas si existen miradas o caricias. Cuando la sola idea de compartir le produce ese hormiguero que algunos llaman felicidad.Es un libro que me ha hecho sufrir, no lo voy a negar, y con el que se me ha escapado más de una lágrima, y ni siquiera sé muy bien por qué. Pero en cierto momento de la historia, cuando más se siente el miedo a la invasión, a los bombardeos, a la guerra, lo he pasado mal. Y lo he pasado mal porque la autora ha sabido explicar, con pocas palabras, todo lo que sentían esas chicas encerradas en un sótano ante la incertidumbre del futuro. Como le ocurre a Caroline cuando investiga los sucesos de aquel curso que marcaron la historia de el St. Ursula, yo también me he sentido parte del mismo, me he visto caminando por sus pasillos, conociendo a esas alumnas que solo pensaban en el futuro que podrían tener, que empezaban a vivir. Y eso es gracias a la manera de escribir de la autora, que no conocía hasta ahora.
No es una historia real, o al menos no todo lo que se nos cuenta, ya que ambos centros nunca existieron. Pero podría serlo, de eso no tengo ninguna duda. Nunca he asistido a un internado, no sé lo que se forma entre sus cuatro paredes, ni las relaciones que se establecen tras los muros, no al menos en primera persona, porque sí lo sé a través de Iñaki que estuvo unos años en uno, y sé que son amistades que duran para siempre. Y ese amor y esa lealtad incondicional, es algo que también ha sabido transmitir muy bien la autora. En un periodo de la vida en el que todo nos marca, la amistad y el amor son sin dudas las vivencias que más reconocemos y recordamos con el tiempo, y verlo en este libro, es maravilloso.
El hogar es un espacio simbólico con coordenadas geofráficas y físicas. Es ese rincón al que siempre volvemos, en el que almacenamos recuerdos de las diferentes etapas que hemos vivido. Es donde habitan nuestros logros y nuestros fantasmas. Es donde nos reunimos con quienes amamos, donde censuramos a los que detestamos. Es, probablemente, el único lugar en el que somos nosotros mismos; cuatro paredes que conocen lo mejor y lo peor de nuestra alma corrupta.
Pero en esta historia no solo descubrimos cómo fue ese curso, y todo lo que se vivió en el contexto histórico de ese periodo, sino que también tenemos un misterio. Y es que el St. Ursula cerró en 1940, y el motivo que lo llevó a cerrar es lo que quiere descubrir a toda costa Caroline, y el eje central en el que se mueve el libro. Todo gira entorno a ese motivo, todo lo que conocemos, todo lo que relata Charlotte es para llegar a ese punto, a eso que hizo que el internado cerrara sus puertas y nunca volviera a ser el mismo, y cuando lo descubrimos, es algo inesperado, y duro, y triste. Y me ha hecho cerciorarme de lo que ya pensaba de la guerra, de cualquiera, antes de leer este libro. De lo que ya pensaba sobre intentar obtener el poder por encima de todo y de todos. De lo que ya pensaba de no darle la oportunidad a alguien de poder vivir como desea vivir, y con quien desea vivir. De lo que ya pensaba de todos aquellos que ponen por delante de sus propios hijos, su reputación. Nunca compartiré esa manera de pensar, ni de vivir, ni de sentir, y al final, en esta historia, lo que más sientes es impotencia.
Lo cierto es que no sé muy bien que puntuación darle a este libro. Porque aunque la historia me ha gustado mucho, como digo, cuando conocíamos las relaciones, los miedos y las dudas de los alumnos y profesores, los momentos en los que se relataban más los datos históricos, me han abrumado. Y aunque me encantan los epílogos, cuando resuelven dudas, o nos cuentan el presente de los protagonistas años después, en este libro, el epílogo me sobra, y me ha cabreado, y me ha dejado con dudas sin resolver que hubiera preferido no tener. Pero lo que sí sé seguro es que os recomiendo esta historia, y que al menos yo, volveré a leer a la autora seguro.
En resumen, 'Una promesa de juventud' nos habla del último curso que las chicas del St. Ursula cursaron durante el inicio de la Segunda Guerra Mundial. En él conocemos todo lo que tuvieron que pasar, la incertidumbre y el miedo a la posibilidad de la invasión de Suiza, al mismo tiempo que se debatían que los cambios que sufrían ellas mismas al entrar en la madurez. Rodeado de un misterio sobre lo que ocurrió ese año, tanto en el St. Ursula como en el vecino Sankt Johann im Wald, para chicos, Caroline Eccleston será la encargada de descubrir la verdad para su tesis. Un libro escrito de una forma muy delicada, que en ocasiones se me ha hecho algo más pesado por los datos históricos, pero que engancha totalmente con lo que le pasa a las alumnas, y a los alumnos, e incluso a los profesores. Os lo recomiendo si os gustan los libros históricos, ambientados en la Segunda Guerra Mundial, realistas, y con un toque de misterio que te atrapa y no te suelta hasta el final.
Pero no puedo criminalizar a todo mi país por pensar distinto a mí. Tampoco vitorearlos porque compartamos opinión. Es decir, no conozco a la mayoría de la gente que lo conforma. Mi gente son mis amigos, mi verdadera familia. Debemos sentirnos orgullosos de lo que nuestra cultura nos regala, pero no debemos caer en la tentación de pensar que estamos por encima de otros países, de otros seres humanos. Al fin y al cabo, todos cometemos errores.
Gracias a Babelio y a la editorial por el ejemplar.