Esta novela me ha llegado de mano de la propia escritora, Melisa S. Ramonda. Esta ha sido uno de sus primeros trabajos, un universo lleno de demonios, maldiciones y poderes sobrenaturales.
Willhemina Bancroft, ve como en apenas unos días, su vida cambia por completo. Tras la noticia de la muerte de su padre, del que desconocía su paradero, se convierte en la heredera de todas sus propiedades entre las que se cuentan un título y un castillo. En este lugar nada es lo que parece, un aura de misterio lo rodea y pronto Mina descubrirá que unido a estas propiedades, heredará una responsabilidad de la que nadie quiere hacerse cargo. Muchos son los años que su familia ha custodiado el secreto que guarda esta mansión, con la ayuda inestimable de una serie de demonios ligados a él y que darán su vida por protegerlo.
En las primeras páginas la escritora nos pide que seamos benévolos con esta historia, una de las primeras que salieron de su mente y a la que le tiene mucho cariño, aunque ella misma reconoce que no es de sus mejores creaciones. Tal vez en un futuro se anime a seguir trabajando en ella y reescribirla. Creo que eso sería una idea formidable ya que aunque en líneas generales me ha parecido una buena historia, bien narrada y con una trama coherente e interesante, me he encontrado con algún que otro elemento que de ser modificado mejoraría su obra, dotándola de mayor calidad.
De la mano de Mina iremos descubriendo un mundo desconocido para los humanos, un pequeño grupo que día a día lucha para proteger el equilibrio entre el bien y el mal. Casi la totalidad de la historia se desarrolla en el castillo Bancroft, e iremos descubriendo todos sus secretos casi al mismo tiempo que la protagonista, lo que aporta misterio e intriga a la trama, ya que no será casi hasta la mitad de la historia que no seremos conscientes del peligro que corre la humanidad. Esta manera de narrar es sin duda, uno de los puntos fuertes, así como la ambientación llena de detalles e imaginativos, ya que la escritora no deja ningún detalle al azar.
Como en todas las historias es primordial hablar de sus protagonistas; en ésta nos encontramos con Mina, una chica sencilla que se convierte de manera fulgurante en la esperanza de mucha gente y que tendrá que hacer frente a numerosos peligros, así como a sus recelos y dudas sobre de quién debe fiarse. Pero no nos podemos olvidar de Leyra, el vigilante y defensor de la mansión desde hace muchos años, que solo espera que la heredera legítima acepte su responsabilidad. Entre ellos surgirá cierta atracción pero que para mi pesar no queda más que en insinuaciones y comentarios, que nos dejan ver esa necesidad que comienza a nacer entre ellos. Creo que la escritora no ha sabido explotar al máximo su historia, pudiendo ofrecer al lector un poquito de acción por éste lado; tenía las bases para una historia de amor de esas que me gustan a mí, con unos personajes carismáticos, y un vigilante nocturno de lo más interesante, guapo, alto y con un aire amenazante, uno de los demonios más poderosos del averno, pero me he quedado con las ganas.
Nos encontramos por lo tanto con un misterioso castillo, que está vivo y se protege, que será el escenario de una historia llena de secretos e intrigas, todo ello narrado con gran imaginación. Sienta las bases de una gran saga, que no me importaría seguir conociendo. Solo espero que si Melisa decide reescribir esta historia ofrezca a nuestros protagonistas la posibilidad de enfrentarse no solo a demonios y maldiciones sino también a la pasión, que eso anima la vida de cualquiera. Esta es sin duda una historia que promete. Hasta la próxima lectura lectómanos.
Willhemina Bancroft, ve como en apenas unos días, su vida cambia por completo. Tras la noticia de la muerte de su padre, del que desconocía su paradero, se convierte en la heredera de todas sus propiedades entre las que se cuentan un título y un castillo. En este lugar nada es lo que parece, un aura de misterio lo rodea y pronto Mina descubrirá que unido a estas propiedades, heredará una responsabilidad de la que nadie quiere hacerse cargo. Muchos son los años que su familia ha custodiado el secreto que guarda esta mansión, con la ayuda inestimable de una serie de demonios ligados a él y que darán su vida por protegerlo.
En las primeras páginas la escritora nos pide que seamos benévolos con esta historia, una de las primeras que salieron de su mente y a la que le tiene mucho cariño, aunque ella misma reconoce que no es de sus mejores creaciones. Tal vez en un futuro se anime a seguir trabajando en ella y reescribirla. Creo que eso sería una idea formidable ya que aunque en líneas generales me ha parecido una buena historia, bien narrada y con una trama coherente e interesante, me he encontrado con algún que otro elemento que de ser modificado mejoraría su obra, dotándola de mayor calidad.
De la mano de Mina iremos descubriendo un mundo desconocido para los humanos, un pequeño grupo que día a día lucha para proteger el equilibrio entre el bien y el mal. Casi la totalidad de la historia se desarrolla en el castillo Bancroft, e iremos descubriendo todos sus secretos casi al mismo tiempo que la protagonista, lo que aporta misterio e intriga a la trama, ya que no será casi hasta la mitad de la historia que no seremos conscientes del peligro que corre la humanidad. Esta manera de narrar es sin duda, uno de los puntos fuertes, así como la ambientación llena de detalles e imaginativos, ya que la escritora no deja ningún detalle al azar.
Como en todas las historias es primordial hablar de sus protagonistas; en ésta nos encontramos con Mina, una chica sencilla que se convierte de manera fulgurante en la esperanza de mucha gente y que tendrá que hacer frente a numerosos peligros, así como a sus recelos y dudas sobre de quién debe fiarse. Pero no nos podemos olvidar de Leyra, el vigilante y defensor de la mansión desde hace muchos años, que solo espera que la heredera legítima acepte su responsabilidad. Entre ellos surgirá cierta atracción pero que para mi pesar no queda más que en insinuaciones y comentarios, que nos dejan ver esa necesidad que comienza a nacer entre ellos. Creo que la escritora no ha sabido explotar al máximo su historia, pudiendo ofrecer al lector un poquito de acción por éste lado; tenía las bases para una historia de amor de esas que me gustan a mí, con unos personajes carismáticos, y un vigilante nocturno de lo más interesante, guapo, alto y con un aire amenazante, uno de los demonios más poderosos del averno, pero me he quedado con las ganas.
Nos encontramos por lo tanto con un misterioso castillo, que está vivo y se protege, que será el escenario de una historia llena de secretos e intrigas, todo ello narrado con gran imaginación. Sienta las bases de una gran saga, que no me importaría seguir conociendo. Solo espero que si Melisa decide reescribir esta historia ofrezca a nuestros protagonistas la posibilidad de enfrentarse no solo a demonios y maldiciones sino también a la pasión, que eso anima la vida de cualquiera. Esta es sin duda una historia que promete. Hasta la próxima lectura lectómanos.