
Reseña: Una historia que su autora presenta narrada en primera persona, lo que nos hace meternos más si cabe en la personalidad de su protagonista principal, Laura. En un primer momento nos la encontramos con 17 años terminando sus estudios en el instituto. Y que parece tener muy claro en todo momento lo que quiere: no seguir con la tradición familiar: convertirse en abogada y trabajar en el bufete de sus padres. Es por ello que decide convertirse en periodista, que es lo que más le gusta. Es en estos años que conoce a Jorge, un trabajador de sus padres, abogado, con buena planta y del que ella está si no enamorada, poco le falta. ¿Amor platónico? Decir que la diferencia de edad entre ellos es amplia pero no tiene por qué influir. El tiempo pasa y nos encontramos a estos dos mismo personajes trece años después. Y al parecer las cosas no han cambiado demasiado en lo que atañe a los dos personajes principales. Laura sigue enamorada de Jorge, pero él tiene su vida hecha. Es en este momento, cuando ambos comienzan una relación de viejos amigos que se conocen desde hace años sin ser consciente ninguno de los dos de los verdaderos sentimientos de ambos. Surge aquí la pregunta de ¿por qué en ocasiones nos callamos lo que sentimos por alguien? Tal vez la diferencia de edad, el hecho de que Laura sea la hija de sus jefes... Razones que han hecho que dos personas que sienten lo mismo el uno por el otro, se hayan acabando distanciando con el tiempo y haciendo sus vidas, para después de todo venir a reconocer sus verdaderos sentimientos. Y es aquí con este punto de partida donde la autora fragua una historia que no tiene desperdicio alguno. Al hilo del tema de la edad, la madre de Laura, no ceja en su intento por hacer que su hija encuentre una pareja. La típica situación de que <<ya vas teniendo una edad para asentar la cabeza>> aparece en repetidas ocasiones a lo largo de la novela, y en boca del personaje de la madre de Laura. Por contra su padre, parece algo más cercano a ella, y en parte no le concede demasiada importancia. Me ha llamado la atención este personaje, porque ve venir las cosas, e intuye situaciones que después se desarrollan. Esperaba tal vez que fuera la madre de Laura la que viera venir la situación en la que se metía su hija. El personaje de la madre, también me ha dejado un sabor de boca agridulce porque en ciertos pasajes de la historia, prefiere creer a otras personas antes que a su propia hija. Hay una especie de rechazo en ocasiones porque tal vez Laura no esté haciendo o comportándose como ella misma espera. El colmo es cuando la busca una pareja a Laura y poco menos que lo mete por los ojos. Tal vez está demasiado metida en este aspecto de la vida de su hija, que no ve la realidad como si hace su padre. No quiero desvelar mucho del argumento porque prefiero que los lectores lo descubran. En la relación entre Jorge y Laura hay altibajos, desconfianzas, sorpresas... Es una relación que viene condicionada por la situación personal de él: en mitad de un divorcio. Esta situación complica en gran modo alguno la relación y que Laura en alguna que otra ocasión tenga que replantearse si merece la pena continuar. Vive en una continua montaña rusa de emociones y no sabe si al fina descarrilará. Hay muchos más temas pero quiero centrarme ahora en la prosa. La manera de escribir de la autora me ha parecido espectacular. Una narración muy cuidada y detallada. La novela te absorbe de tal manera que ni puedes plantearte dejarla, ni te das cuenta de lo rápido que pasan la páginas. Y se debe principalmente a la manera en la que la propia autora construye la historia. No hay cabos sueltos, ni hay escenas precipitadas, ni sensación de que echas en falta algo. En una historia redonda que tiene continuación. La manera de escribir es amena, delicada y directa. No hay información de más, que sirva de relleno para completar un capítulo. No. A mi modo de ver está muy bien equilibrada y la autora consigue que el romance entre Laura y Jorge, no sobrepase a la trama de los abogados, divorcio y demás. Hay un perfecto equilibrio entre ambas. Ni la historia de amor es tan melosa como en algunas novelas románticas tradicionales. Es una historia que se forja despacio y que convence al lector. Me ha encantado que la trama se sitúe en mi ciudad. ¡Qué puedo decir! Me he visto recorriendo sus calles con la propia Laura. Acompañarla a los lugares a los que ha ido. Aunque es pequeña, como dice Laura, tiene su encanto, el cual la autora ha conseguido plasmar. Una novela que sin duda no se puede dejar pasar, aunque en estos tiempo se prefieren leer otros géneros u otras variedades dentro del género romántico. Un gran acierto y una buen escritora la que tengo el gusto de leer.