Terminamos la semana y el mes con un nueva reseña. Esta vez de la mano de las chicas de Books Around the Magic World: Zona Prohibida de Kris Pearson. Durante el mes de noviembre me centraré en Última entrega de Bela Marbel dentro de la selección RNR y Ediciones B. Y Hamilton Heaven de Anabel Navarro. No tengo hueco para más. Lo siento.
Vamos con Kris Pearson.
Título: Zona Prohibida
Autora: Kris Pearson
Editorial: Amazon
Año: 2014
Extensión: 190
Sinopsis:
El guapísimo Anton es un arquitecto sexy y seguro de sí mismo, y podría ser exactamente el hombre que necesita Jetta para superar el miedo que la paraliza.
Pero, ¿podrá permitir que se le acerque lo suficiente? ¿Y querrá él hacerlo?
Un desastre a medianoche no le deja otra opción a Jetta, cuando él la arrastra a la única cama que queda en la casa dañada. La horroriza descubrir lo mucho que desea al hombre que planea echar al suelo su herencia. Anton se queda igual de sorprendido cuando su compañera de casa, que tan mal carácter tiene, intenta seducirle.
ATENCIÓN: Contiene un hombre ambicioso de corazón tierno y un cuerpo de infarto, y una improbable seductora con una antigua copia de ‘El placer del sexo’.
Reseña: Es la segunda novela que leo de esta autora neozelandesa y debo decir que tras la grata impresión que me causó su anterior novela, La cama del constructor de barcos, aquí me lo vuelve a conseguir. Una historia moderna, adictiva, sin complejos y con dos personajes que se conocen desde niños. Pero que ahora, gracias a una jugada del destino, van a cambiar esos juegos por otros sentimientos. Dos posturas diferentes frente a la misma situación. Ambos ha recibido como herencia la mitad de una casa, y mientras Jetta Rivers quiere mantenerla y restaurarla, Anton tiene la idea de derribarla para construir pisos más acordes a los tiempos que corren. Es entonces cuando surge el inconveniente: ponerse de acuerdo. Anton decide ayudarla a desenvolver todo lo que la abuela de Jetta ha dejado y mientras tanto poco a poco se irá dando cuenta que Jetta lo atrae bastante. Con sus shorts y sus camisetas cortas y ajustadas marcando sus pechos, es capaz de encender al hombre más frío que pueda conocer.
Pero hay una inconveniente. ¿Son parientes? Ese tema planea a lo largo de la trama y el lector se ve envuelto en ese misterio. Si la supuesta abuela de ambos le ha dejado la casa a los dos, ¿qué reñlación los une? Es aquí que surge una traba que puede impedir que ambos, y en más ocasiones Anton se lance a por Jetta.Es entonces cuando surge el tema de averiguar quien es en realidad Anton. Planea la duda de si es un estafador que lo que busca es dinero fácil y por ello intenta engañar a Jetta. Es la una de las impresiones que asaltan a esta. Sin embargo, poco a poco vamos siendo testigo de como la burocracia legal aclara la situación. (No revelaré este dato porque entonces me cargo media novela) Pero ya os puedo decir que es enrevesada y a la vez muy cierta.
El otro tema que aparece en la novela es el la niñez de Jetta con su tío y los abusos por parte de este. Un tema delicado que sin embargo, la autora ha sabido manejar con maestría. Jetta tiene miedo a lo que pueda sucederle con Anton si accede a sus impulsos sexuales. Siente la pasión y el deseo pero los recuerdos de una infancia marcada por los hechos con su tío sin duda que la reprimen. Cuando Anton descubre la verdad percibimos en él un cambio en su forma de actuar con Jetta en cuanto al tema del sexo. Siente el deseo de llevarla a la cama pero ya no de una manera urgente. Se toma su tiempo para descubrirla y para que ella coja confianza en él antes de entregarse. En ese punto es muy llamativa la escena en la que él va poco a poco seduciéndola, desnudándola hasta acabar haciéndole el amor. Me ha gustado en especial el tacto y la delicadeza de la autora al narrarlo. Como ha dotado al personaje de Anton de una sensibilidad que llama la atención.
Un historia de amor divertida y muy entretenida que cuenta con sus dosis de flirteo entre los dos; sus escenas llenas de sentimiento, risas y demás. Tal vez el único pero que puedo ponerle es que la atracción y deseo surgen desde la primera página, algo precipitado. Aunque posteriormente la cosa va más despacio y se estabiliza.