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Reseñas 2x1: “ANIMAL” de Leticia Sierra y “LA PARED” de Marlen Haushofer

Publicado el 09 mayo 2021 por Marianleemaslibros
Reseñas 2x1: “ANIMAL” de Leticia Sierra y “LA PARED” de Marlen Haushofer
“El cuerpo estaba boca arriba, sobre un gran charco de sangre. Los pantalones y el calzoncillo, a la altura de las pantorrillas, dejaban al descubierto, de forma obscena, el amasijo de carne allí donde antes habían estado los genitales.
La camisa estaba subida por encima del ombligo. Los brazos en cruz con las palmas de las manos hacia arriba. La cabeza, ligeramente ladeada. Los ojos abiertos, con la mirada fija en ninguna parte. Y la boca abierta en una mueca grotesca, desencajada, por donde sobresalían parte de los testículos y el pene."


Reseñas 2x1: “ANIMAL” de Leticia Sierra y “LA PARED” de Marlen Haushofer
“En algún momento faltaré y nadie segará la pradera. Primero se llenará de matojos y después los árboles avanzarán hasta la pared y reconquistarán la tierra robada por el hombre.
A veces se me enmarañan las ideas, es como si el bosque echara raíces en mí y utilizara mi cerebro para sus pensamientos ancestrales y eternos. Y el bosque no desea que el hombre regrese.”Reseñas 2x1: “ANIMAL” de Leticia Sierra y “LA PARED” de Marlen Haushofer"ANIMAL"
De esta novela leí varias reseñas que hablaban bien de ella y me llamó la atención esa cubierta felina que te puede hacer pensar en un precioso y manso gatito, o bien en la representación de ese animal que igual todos llevamos dentro pero que por suerte solo algunos exteriorizan en algún momento de su vida. En este caso ya os digo que se trata de la segunda opción.
De hecho, dice la autora en los agradecimientos del final del libro, que escribió la historia con el objeto de enjaular a ese animal que sentía tener dentro y que en un momento de su vida quiso alimentarse de ella. Decidió que sería más recomendable y rentable, cometer su crimen sobre el papel y así lo hizo. Dice también Leticia Sierra que la novela le ha servido para enfrentarse a ciertos demonios internos que tenía también agazapados y eso me parece maravilloso, que a través de la escritura haya conseguido reconciliarse consigo misma, sacar afuera sus demonios y encima haber construido una buena novela negra. ¿Se puede pedir más? Supongo que no, Leticia.

La tramaComienza fuerte: la aparición del cadáver de un hombre con sus genitales mutilados metidos en la boca, en un polígono industrial cercano a un club de alterne, “La Parada”, en Loira (Asturias). Descubierto por Guadalupe Oliveira, una de las prostitutas que trabajan en el local y que queda impactada porque reconoce al muerto, Guzmán Ruiz, un cliente habitual del club y amigo íntimo del propietario, Germán Casillas. El espectáculo es dantesco, sangriento, brutal. La escena del crimen y el cadáver no aportan muchas pistas: análisis de tóxicos negativo, ni ADN, ni rastro de drogas o huellas. Tan solo una tasa de alcohol altísima en sangre, un pelo de gato en la ropa de este y un coche blanco a toda velocidad que Guadalupe vio huyendo del lugar.
Pronto se descubre que la víctima es un tipo que guarda las apariencias en el vecindario, con mujer, un hijo adolescente y una bonita casa, pero un mal bicho que probablemente mereciera más estar muerto que vivito y coleando. Por eso todo apunta a un ajuste de cuentas o una venganza premeditada, algo movido por el odio. “Guzmán Ruiz era cualquier cosa menos un ser humano. Era un animal. Peor que un animal. Una alimaña con los peores instintos”.
Y en poco tiempo, sucede otro macabro asesinato, esta vez una mujer a la que le han arrancado los ojos y la lengua. Dos muertes bastante seguidas, de dos personas muy relacionadas, con escasas evidencias y pocas pistas.
Hay dos líneas de investigación: por un lado, el equipo del inspector Agustín Castro y el subinspector Gutiérrez, supervisado por la juez instructora del caso, Dolores Requena y, por otro lado, la periodista de “El Diario”, Olivia Marassa, que decide averiguar por su cuenta y riesgo, metiendo las narices en la investigación de tal forma que se ve involucrada, peligrando incluso su propia vida. Si en principio la unión entre periodismo y actuación policial no es demasiado compatible, en este caso Castro y Marassa, muy a pesar del primero, se ven obligados a sumar esfuerzos y trabajar en común, a compartir hallazgos y confiar plenamente el uno en el otro, casi sin conocerse. Y claro, salta la chispa.  Mención especial para . . .Los personajesLos personajes en esta novela, en general son todos buenos, ninguno tiene desperdicio, pero me han gustado especialmente: 
-- Olivia Marassa, la típica periodista todoterreno, joven, con ganas de comerse el mundo, un poco inconsciente y temeraria, superada por el ansia de conseguir exclusivas antes que la competencia. Me ha gustado de ella que, a pesar de estar azuzada por sus jefes y entrometerse demasiado en el trabajo policial, demuestra tener escrúpulos, fidelidad al código ético, una mujer valiente que respeta a sus fuentes y contrasta la información antes de publicarla y que está convencida de que no todo vale para conseguir la noticia. Quedan pocos de esos hoy en día. . . ¿verdad?
-- El fotógrafo Mario Sierra, mejor amigo de Olivia, cuyo sobrino (el hijo de su hermana Carmen) tiene importantes problemas psicológicos en plena adolescencia. Trabajan juntos en el periódico local, pero la relación de amistad, protección, el compañerismo que demuestran tener ambos, y el cariño mutuo que se profesan, me ha parecido especial.
-- El inspector de Homicidios Agustín Castro: un policía para el que el trabajo lo es todo, lo ocupa todo. Y no quiere relaciones que le quiten tiempo, que le distraigan de lo importante, o no quería… Es un policía eficiente y metódico que también intenta hacer bien las cosas.
El asesino justiciero y asesinatos que hacen justiciaCuando leemos una novela en el que hay un asesinato brutal, lo normal es que nos pongamos del lado de la víctima, pero curiosamente, en esta novela no he podido evitar posicionarme del lado del asesino. Lo sé, sé que tomarse la justicia por la mano de ninguna manera puede ser justificada, pero reconozco que cuando las víctimas son de cierta calaña, mala gente que ha acometido sus atrocidades, yo me posiciono pensando “un mal bicho menos en el mundo”, es irremediable y es que a veces las cosas no son como parecen, las víctimas pueden haber sido antes verdugos y los verdugos también pueden convertirse por un giro del destino en víctimas.

Algún pequeño contra sin importanciaLa historia que cuenta no es que sea demasiado original, la verdad, y además a mitad de lectura adiviné quién era el asesino. Prefiero las novelas policiacas que me sorprenden, cuanto más mejor, con finales que no me huela. Pero a pesar de ello, la novela es buena, me ha gustado y la recomiendo. ¿Si hubiera una segunda parte la leería? Probablemente sí.

Resumiendo: “Animal” es la ópera prima de Leticia Sierra. Un thriller potente en el que la autora no ahonda en detalles escabrosos, pero que encierra una trama oscura y siniestra, con proxenetas, pedófilos, pederastas y aunque no destaca por su originalidad, engancha desde el principio, te absorbe por completo. Una historia que nos viene a recordar que el periodismo de investigación existe también en la vida real y que una rigurosa investigación periodística puede obtener resultados tan buenos o mejores que los de la policía. Y que no todos los periodistas tienen porque estar cortados por el mismo patrón.
Al final, el ser humano, hombre o mujer, lleva en sus genes la crueldad. Y el hecho de que ésta se desarrolle en mayor o menor medida no depende del género de la persona, sino de las intenciones, de la necesidad y del carácter de la propia persona.

"LA PARED"
¿Por qué se me metió entre ceja y ceja esta novela? Creo que fue algo así lo que leí en no recuerdo donde: “una novela de carácter distópico que se ha convertido en obra de culto del feminismo y la ecología” ¿Obra de culto del feminismo y la ecología? Pues ¡hala!. . ., adjudicado, no podía ser de otra manera.
Resulta que “La pared” fue escrita en 1963 bajo el título de “El muro” y causó sensación en Austria en aquellos años. Fue premiada con el Premio Arthur Schmitzler pero luego, inexplicablemente, cayó en el olvido hasta que en la década de los ochenta, el movimiento feminista redescubrió la importancia de la obra en relación con el papel de la mujer en una sociedad dominada por hombres, considerándola como una reflexión femenina acerca del lugar de la mujer en la sociedad, e incluso, en una reflexión acerca de la condición de mujer como existencia humana. Parece que algo más tarde, los ecologistas y los pacifistas también la ensalzaron como un alegato en contra de las armas nucleares, como una descripción de la vida tras el apocalipsis nuclear. La tramaUna narradora de la que nunca sabremos su nombre, nos cuenta a través de un informe plasmado por escrito, su total aislamiento desde ese día en el que su prima y su marido Hugo Hugo Rüttlinger, la invitaron a pasar unos días en su coto de caza en los Alpes. Ella ya lleva dos años viuda y sus dos hijas son casi adultas, así que acepta la invitación. Un día, la pareja decide bajar al pueblo en busca de provisiones, pero nunca regresaron. ¿Qué les podría haber pasado?
No escribo por el placer de la escritura; tal como son las cosas, tengo que hacerlo si no quiero perder la razón. No hay nadie que pueda pensar por mí, ocuparse de mí. Estoy totalmente sola y debo intentar sobrevivir a los meses largos y oscuros del invierno.

Al día siguiente, sale a buscarlos con Lince, el perro de la familia que había regresado solo y afligido esa mañana, y en el camino se topan contra lo que parece ser una pared dura, transparente e infranqueable, que parece brotar del suelo en medio del bosque. 
Alargué la mano y encontré algo liso y frío: una resistencia lisa y fría en un sitio donde no podría haber más que aire. Vacilante, lo intenté de nuevo, y otra vez mi mano chocó como contra el cristal de una ventana.

Y detrás de esa pared es como si la vida se hubiera detenido completamente, hasta donde su vista alcanza a ver todo está muerto, animales, vecinos. . . , todo. A partir de ese momento, no le queda otra que aceptar su nueva situación y reinventarse para poder valerse por sí misma. Un trabajo arduo, tan mental como físico. 
En la cabaña tiene de todo para subsistir una buena temporada, hasta un rifle con munición, pero debe pensar a largo plazo y emplea su tiempo tratando de hacerse con las tareas del campo, labrando, cultivando, segando, e inspeccionando casas abandonadas en busca de alimentos u otra alma perdida igual que ella. Tiene suerte de no estar completamente sola, la acompañan Lince, un sabueso bávaro de montaña, una gata (a la que nunca pone nombre, solo es “la gata”) y una vaca a la que llama Bella, que le da mucha leche y sorprendentemente cariño y compañía. Al principio la aparición de la pared está perpetuamente en sus pensamientos, preguntándose qué habrá pasado, si su familia estará también muerta, pero pronto se olvida de todo eso, poniendo todo su empeño y energía únicamente en sobrevivir. 
En mi mundo no existían seguridades, solo el peligro constante y el trabajo duro.
Mención especial para . . .Lo que se narra y cómo se narraEn esta historia no suceden grandes cosas, la narradora nos hace partícipe de su día a día, de sus reflexiones sobre “la catástrofe” ocurrida y cómo enfrenta su nueva vida. Llama la atención la ausencia de capítulos, está contado del tirón, sin pausas, a modo de diario.
Os cuento que esta novela me ha impactado mucho, aunque si me pongo a pensarlo, no tengo claro porqué. Quizás porque me ha resultado emocionante asistir al paulatino aprendizaje y evolución de esta mujer, a veces a base de fracasos, problemas de salud, subidones y bajones de moral, depresiones que intentan aflorar, comprobar que, a pesar de estar sola, en un medio hostil, consigue salir adelante, física y emocionalmente, con la ayuda y compañía de una vaca, un perro y un gato. Y cómo debe obligarse a cazar para obtener carne, por mucho que desprecie y le repugne matar animales.
Es de esas lecturas que dejan poso, que perduran en el tiempo, en tu mente, sé que no la voy a olvidar fácilmente.
La relación hombre-animalTodavía más fascinante me ha resultado la relación que se forja entre ella y sus animales, la peculiar y entrañable familia que forman. El cuidado, cariño y entendimiento mutuo que se demuestran, podría decirse que para mí ha sido lo mejor, lo que más he disfrutado. Y es que la protagonista habla con el perro, con la gata, con la vaca, les cuenta historias, les canta, les baila y ellos parecen comprenderla. Entre ellos se establece una estrecha “comunicación silenciosa”, se llegan a entender solo con la mirada, con las caricias, con los juegos. 
En aquellos días hablaba mucho con él, y a grandes rasgos comprendía todo lo que le decía. Aquel verano olvidé por completo que él era un perro y yo una persona. Obviamente lo sabía, pero había desaparecido cualquier barrera excluyente.

El finalEl final me ha noqueado. Aunque ya la narradora nos va advirtiendo por el camino, nos va ofreciendo pequeñas pinceladas de algunas desgracias que ocurrirán mas adelante, aunque las esperas, noquea igual.
A veces anhelo que llegue un tiempo en el que ya no exista nada en que volcar mi corazón. Estoy cansada de que se me arrebate todo. Pero no tengo escapatoria porque, mientras haya en el bosque una criatura a la que amar, la amaré; y si alguna vez no queda nada, mi vida habrá llegado a su fin.

Resumiendo:
“La pared” es una distopia que no se percibe únicamente como una obra de ciencia ficción, sino que da lugar a múltiples interpretaciones. Para mí ha sido una maravillosa muestra de pura supervivencia, pura simbiosis con la naturaleza, pura transformación, crecimiento y superación personal. Un auténtico modelo de resistencia y un homenaje a la soledad y cómo se puede aprender de ella.
Amar y atender a otros es una tarea muy trabajosa, mucho más difícil que asesinar o destruir.

Mi nota para las dos novelas es la máxima, las dos me han gustado mucho, os las recomiendo, ambas. Pero si sentís especial atracción por el mundo natural, el campo, la supervivencia y además tenéis o habéis tenido una mascota especial, con la que habéis establecido un lazo único e inolvidable, creo que “La pared” es vuestro libro, lo disfrutaréis mucho:
Reseñas 2x1: “ANIMAL” de Leticia Sierra y “LA PARED” de Marlen Haushofer

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