
“La mayor de las Oliver salía con sus perros e iba a comprar comida o a pedir un favor cuando lo necesitaba, pero no se dejaba ver mucho ni tampoco se relacionaba mucho. Sólo lo indispensable. Sólo cuando le parecía inexcusable. ¿Debía pararse a hablar con los demás? ¿Debía escuchar reflexiones ajenas? ¿Someterse a las imposiciones del grupo? ¿Dedicarse al cultivo de los afectos? No. No.
Lo que debía hacer era proteger a sus perros y asegurarse de que no se tragaban los huevos emponzoñados que les llenarían el estómago de agujas. Evitar que se envenenaran. Evitar que murieran. Había visto esos vómitos con sus propios ojos unas cuantas veces. Eran incontables los perros que habían muerto así, en un espasmo, babeando, sin nada que hacer. Escupiendo alfileres y sangre. Pero ella los cuidaba, los vigilaba.”

“Ahora estaba allí, en una casa a la que iba a desembocar el camino de tierra que recorría toda la extensión del llamado tramo de Betania (aunque había quien lo recordaba como el tramo del Colono) y que seguía invadida por las hormigas a pesar de lo avanzado de la estación. Si estaba bien allí, debía pensar que estaba bien y no sentirse culpable. Y ahora estaba bien allí. Con los pies en tierra firme.
Después de haber vivido siempre alerta, sin bajar la guardia. Sin confiarse. Al tanto de que no había mejor antídoto que el del cuidado. La precaución. La atención. El establecimiento de una disciplina correcta y continuada. Porque nunca se avanzaba lo suficiente. Nunca. Y había que estar preparada. Levantarse cada día sin impacientarse y dejar transcurrir las horas sin fluctuar, subir y bajar, apartando de la imaginación todo recelo."

La trama sin spoiler de "Las Efímeras"La Ruche es una especie de Comunidad-Santuario que acoge a niños huérfanos o gente sin hogar, les protege y ofrece cuanta ayuda necesiten en todos los aspectos. Anita, la dueña y orientadora actual, ha heredado la casa de tres plantas con estructura circular similar a una colmena, también es la encargada de mirar por todos sus habitantes y conseguir que todos se comporten de forma correcta y disciplinada, respetando a los demás. Ella decide qué es lo correcto y lo adecuado, quién es aceptado y quién no, a quién se les ofrece un techo donde cobijarse y quién pasa a formar parte del grupo de los protegidos, de ese ambiente controlado de creencias similares e iguales propósitos, donde no hay cabida para la violencia o la ira.
Los grupos necesitaban un líder para mantener la estabilidad y continuar desarrollando una actividad provechosa, intensa. Alguien a quien seguir como orientador. Alguien a quien considerar fuerte. Y esa tarea le había venido impuesta desde siempre. Todos eran conscientes de que los hombres se organizaban en grupos y de que lo hacían para defenderse. Para cuidarse de los avances de los otros hombres. De los ataques de los animales.
Las hermanas Oliver viven aisladas del mundo en la casa que fue de sus padres, solas, y no aceptan las reglas ni los mandatos de la sociedad ordenada en que la que viven yningún tipo de intromisión ni advertencias de intrusos, casi no se relacionan con nadie, ni siquiera con los habitantes de La Ruche.
¿Iban a tener que comportarse como buenas anfitrionas con todo aquel que quisiera entrar en sus dominios y contemplar el tipo de existencia que llevaban? ¿Iban a tener que sonreír y llevar una vida de aburridos rituales de cortesía y fingimiento? La respuesta era que no. Por supuesto que no. Nadie podía obligarlas. Y así debía ser. No soportaban la presencia de extraños a su lado, cerca, dominantes, pretendiendo quebrar la solidez de su intimidad. Seguirían subsistiendo.
Dora es la mayor, una mujer solitaria, hosca, ruda, que pone nombres a los árboles, pero no a sus perros, que no soporta el contacto físico ni las familiaridades de sus vecinos y que solo quiere vivir tranquila junta a su hermana pequeña Violeta. Hasta que Violeta comienza a quebrar las leyes íntimas de las hermanas, viéndose con Denis, un muchacho que también vive aislado en su cabaña, otro “desterrado” con un turbio pasado y cierta lacra heredada de sus padres. Una relación que resulta un verdadero problema para Dora, que no quiere que entre nadie mas en su estrecho círculo familiar, por lo que decide tomar medidas estrictas, encerrándola a la fuerza para que se olvide de él. Y Violeta, apresada, dominada, se rebela, Denis se rebela, Violeta desaparece y todo estalla y se descontrola.
Hacía tiempo que Dora Oliver estaba al tanto de que su hermana se había convertido en un tema delicado que debía tratar con astucia. Con suma cautela. Porque de lo contrario podría resquebrajarse y, si eso sucediera, de la grieta sólo brotarían raros fluidos verdosos. Vivía con alguien que constituía un importante problema y a veces pensaba que tal vez no estuviera enfrentándose a las dificultades con la firmeza necesaria. ¿Era eso lo que fallaba? ¿Era ella quien estaba fallando?
La trama sin spoiler de "De bestias y aves"Coro Mae es una pintora de miniaturas y trípticos, demasiado perfeccionista y emocionalmente agotada, por no haber superado la muerte de su hermana en un accidente de la que ella sí pudo salir con vida. En plena crisis existencial, sensación de pérdida permanente e inaguantable soledad, Coro se monta en su coche sin móvil, sin nada que le permita contactar con el mundo civilizado, y conduce sin parar adentrándose en la oscuridad de la noche sin rumbo determinado, siempre hacia adelante, dejándolo todo atrás escapando de sí misma, de su insatisfecha vida. Después de horas transitando autopistas y carreteras secundarias, va a parar a un camino estrecho que se adentra en el bosque, y con el depósito ya medio vacío de gasolina, llega a una verja cerrada donde comienza Betania, un lugar en medio de la nada y una misteriosa casa donde solo viven mujeres, una extraña comunidad de mujeres no menos misteriosas y siniestras que la invitan a entrar y a quedarse allí con ellas.
Eso es lo que cree. Que quiere irse, pero no es cierto. Fue usted quien se presentó aquí. Nosotras no salimos a buscarla. Usted decidió por nosotras… Mire al cielo y quédese con la luz. Olvídese de la oscuridad y recupere la inocencia, querida. Haga uso de ella.
En su inesperado destino, parece haber encontrado una familia que la acoge sin preguntas, las preguntas solo las hace Coro, constantemente, porque recela de la casa, porque sabe que la casa y sus moradoras la están poniendo a prueba. No se fía de esas mujeres que la espían, que hacen oídos sordos a sus peticiones, que nunca le responden y solo piensa en dar la vuelta, en volver a su casa, a su conocida y familiar realidad. Pero quizás lo emprendido sea un viaje sin retorno, sin vuelta atrás, quizás regresar no sea una opción permitida, ¿o sí?
Siempre había buscado el orden, la armonía. En su día a día. En los momentos más silenciosos y en medio de las diatribas de los técnicos, los galeristas, los otros expertos. Orden y armonía. Pero el orden y la armonía resultaban difíciles en su vida porque ella dudaba, se apartaba, subía y bajaba. Y el orden y la armonía huían de espíritus así. El orden habitaba en las mentes estables, firmes, lógicas. Y la suya se había instalado en esa especie de estado intermedio entre el conocimiento y la irrealidad.
Puntos fuertes comunes de ambas novelas
Pilar Adón (1971) es una autora madrileña, traductora y crítica literaria, licenciada especializada en Derecho Medioambiental, que firma bajo pseudónimo. Ha escrito varios libros de relatos (“La vida sumergida”, “El mes más cruel” y “Viajes inocentes”) y poemarios (“Las órdenes”, “Mente animal” y “La hija del cazador”), con los que ha obtenido diversos Premios literarios. También ha publicado cuatro novelas: “Las hijas de Sara” (2003), “Las efímeras” (considerada por la crítica una de las diez mejores novelas de 2015), “Eterno amor” (novela corta, 2021) y “De bestias y aves” (2022). En la actualidad, es la editora de la editorial Impedimenta.
Os cuento que comencé leyendo “Las efímeras” y quedé de primeras cautivada por la prosa de Pilar Adón. El caso es que me sonaba mucho que, en su día, se habló bastante de esta novela, pero por aquel entonces no me llamaba demasiado la atención. Recién acabada, supe que la última, “De bestias y aves” (2022), ya estaba a la venta y no me lo pensé, a por ella que me fui. Ahora me pregunto como he podido estar tanto tiempo sin leer a esta mujer, que ya os adelanto pasa directa a mi lista de “autoras preferidas”
Ambas novelas comparten muchos puntos en común, los temas que se tocan y que se abordan son bastante similares, me di cuenta de ello nada mas comenzar la segunda. Por eso hoy os hablo de ellas de forma conjunta, aunando los puntos fuertes, todo lo que supongo es una especie de “sello-marca de la casa”. Ella misma lo reconoce en esta entrevista y nos dice, “El miedo, la huida y el encierro son temas que me interesan desde El hombre de espaldas, la primera novela que publiqué con 29 años. La idea de huir es algo que tengo muy presente siempre, es un tema que me interesa mucho. Al final, los escritores siempre terminamos escribiendo de los mismos temas que subyacen de las historias. Si piensas en otros autores que te interesen, de los que hayas leído vayas obras, verás que los temas “profundos” casi siempre son los mismos”.
✔ Argumentos sin fechas ni ubicaciones concretas, de universos raros, extraños. Concreta y curiosamente, os cuento que “Las Efímeras” está inspirada en una historia real, en una idea desarrollada a principios del siglo XX, La Ruche. Un colegio donde los niños podrían ser educados con una personalidad e identidad propia, no todos por igual. Estaba pensada como una escuela del futuro, pero La Primera Guerra Mundial echó al traste el proyecto. Subyace también en ambas historias cierto toque siniestro y de irrealidad.
✔ La autosuficiencia como método de vida, el aislamiento (voluntario o involuntario) como opción de vida en Comunidades cerradas que asfixian, comunidades-ratoneras (¿casi sectas?) que transmiten por ello una notable sensación de claustrofobia. Niños que crecen conociendo una única realidad. Comunidades de mujeres (concretamente en “De bestias y aves”), grupos de personas que conviven, que luchan y se defienden juntas, recelando de los extraños. Algo que parece idílico, pero que al final no resulta ser más que una opresiva trampa de las que no se puede, o es difícil escapar.
.-- "De bestias y aves" --.
¿No ha oído hablar de la vida en comunidad? ¿De la simbiosis? —La simbiosis se da entre especies diferentes. Y puede acabar en parasitismo. —Aquí no. Aquí nadie parasita a nadie. Por eso tiene que ponerse a trabajar. Todo participa de un mismo impulso vital. Y estamos seguras de que su llegada nos traerá prosperidad. No es ninguna casualidad que haya llegado a nuestra puerta justo ahora, cuando necesitábamos renovación.
✔ La necesidad de sentir que se encaja en algún sitio, que has conseguido tu lugar en el mundo, que por fin estás donde quieres estar.
.-- "Las efímeras" --.
También ella era fruto de la tierra. Un elemento más del universo. Guiándose por una norma que consistía básicamente en no tratar a los demás como no querría que la trataran a ella. O al revés: tratar a los demás como querría que la trataran a ella. ¿Qué buscaban todas las criaturas del mundo, al fin y al cabo? Alimento. Espacio. Compañía.
✔ Relaciones ambiguas, a veces tóxicas, y, como en el caso de “Las efímeras”, incluso con personajes violentos, que exteriorizan esa agresividad que se ha ido cociendo dentro, a fuego lento. En “De bestias y aves”, la violencia es mucho más sutil, pero la presientes, la sientes. Relaciones de dominación y enfermiza dependencia, y personajes atrapados, dominados, tanto física como emocionalmente por personas que dominan, que atrapan, que intentan controlar de forma soterrada, las vidas de los demás por el supuesto bien del grupo.
.-- "Las efímeras"--.
–Saldrás cuando estés preparada. Esto es temporal. Ya lo sabes.
–¿Temporal? ¿Cuánto tiempo piensas tenerme aquí? ¿Cuándo voy a salir?
--No vas a ver más a ese Denis.
–¿Por qué? ¡Por qué! ¿Qué te ha hecho?
–Lo importante es lo que pueda hacerte a ti.
–¿A mí? A mí me trata bien.
–Para eso ya me tienes a mí.
–No quiero estar aquí. No puedes encerrarme.
✔ La naturaleza, el bosque, son también protagonistas esenciales en estas dos novelas, la ambientación que la autora sabe recrear es magnífica. Lugares entre densas masas de vegetación, en una naturaleza oscura, que ahoga y que puede traicionar y descontrolarse en cualquier momento. Lugares que transmiten olores, sabores, sonidos que casi podemos percibir como el rumor del viento entre los árboles, el agua bajando por el río, todo muy sensorial. Y el agua. . ., también es un elemento esencial, muy importante en el conjunto de las historias.
.-- "De bestias y aves"--.
De qué podría servirle pasar horas ante un cuadro o un teclado cuando tendría que estar sumergiéndose, aprendiendo a convertir en nutrientes el agua y generar oxígeno. Toda una vida de formación, lecciones y trabajo para llegar a su edad y descubrir que lo único que importaba en el mundo era el agua, vivir en ella. Generar oxígeno. El agua era el principio básico. Ahí residía todo. La esencia. Lo más importante de la vida.
✔ Pilar Adón escribe muy bien, su prosa está muy cuidada, es bonita, poética, algo que no sorprende sabiendo que antes que novelista, ha sido y es poeta. Su forma de narrar, su lenguaje, ella misma lo describe como “directo, crudo, incisivo”.
Dejarse rozar por las hojas de las plantas o, finalmente, dejarse caer boca arriba y acceder a que los parásitos hicieran con su cuerpo lo que fuera que hacían los parásitos con los cuerpos. Que el suelo vibrara bajo su espalda y se abriera en una sima para acogerla, envolverla y abrazarla hasta dejarla inconsciente y de ese modo permitir que descansara de una vez. Advirtiendo en su asfixia cómo le entraba tierra en los ojos y los labios. Cómo le arañaba la piel. Cómo le crecía arena en la lengua y arena en la garganta. En la nariz. Sin poder respirar aire, solo masticar guijarros.
¿Os recomiendo leer esta novela? Por supuesto, porque ambas me han parecido maravillosas, peculiares sobre todo respecto al contenido, pero también porque están escritas con un estilo único y característico. Si os preguntáis por cuál de ellas me decantaría si tuviera que elegir, no sabría deciros, quizás “Las efímeras” me sorprendió más porque no me esperaba encontrarme lo que me encontré, pero “De bestias y aves” la disfruté igualmente.
Aprovecho para desearos a tod@s, a los que me leéis, a los que comentáis y a los que no comentáis, ¡Feliz Navidad y Feliz año 2023!!
Mi nota es la misma para las dos, la máxima, para variar, dicho sea irónicamente:
