“Cuando eres actor te pasas la mayor parte del tiempo intentando impregnar al personaje con tu esencia para que cobre vida. Para que todo lo que hagas resulte veraz. Cuando lo has conseguido y el público no puede imaginárselo de otra manera, cuando ya no puede separarse de él y son incapaces de diferenciar la realidad dela ficción, en lugar de felicitarte por haberlo conseguido y disfrutar, te pasas el día justificándote, haciendo ver a todo el mundo lo diferente que eres de él. Recordándoles que lo que han visto no es real, que tú no eres el personaje.
Pero ya es demasiado tarde. Por mucho que huyas e intentes desprenderte de tu alter ego, su esencia ya se ha mezclado con la tuya y jamás volverás a ser el mismo."
Jon lleva veinte años interpretando a un asesino en la serie más longeva de la televisión española y, pese a que la fama y el dinero le acompañan, vive tan atormentado por el personaje que representa que decide abandonarlo todo y retirarse a una casa perdida en un bosque aledaño a un pequeño pueblo. Solo tiene que asegurarse de que nadie se entere de que vive ahí y evitar a toda costa que la prensa y los paparazzi lo arruinen todo. No sospecha que librarse de su alter ego no será tan fácil. Sin embargo, al poco de instalarse una serie de escabrosos sucesos alterará su tan ansiada tranquilidad y tendrá que luchar por que los secretos que ocultan esos bosques no traigan de vuelta al personaje que tanto teme. Aunque quizá nunca se haya ido.
“Él sigue admirando el agua con el reflejo de la luna: la pintura es de calidad discutible, pero posee una enorme fuerza.
—Lo del agua es una vieja leyenda musulmana. Fátima ha seguido la dirección de su mirada.
—Cuenta que, si miras detenidamente un cuenco de agua en el que se refleja la luna y luego te lo bebes, adquieres parte de su energía.
Fátima se calla que a Greta le encanta ese cuadro, que estuvo a punto de regalárselo cuando se fue a Londres y si no lo hizo fue solo porque su amiga prefirió que se quedara aquí, «para contemplarlo juntas».
Dice que lo poderoso de ese lienzo —Agua de luna, lo llama— es la enorme fuerza de la unión de dos contrarios, la oscuridad y la luz. Y solo el agua puede obrar el milagro.”
Sin apenas darse cuenta, la joven Greta, aspirante a actriz, se ve envuelta en un terrible secreto que rompe con toda su vida presente y amenaza a su propia familia. Cuando desaparece, Julio Noriega, su padre, inicia un viaje en paralelo al de ella, que llevará a ambos a un territorio de frontera entre el bien y el mal, la verdad y la mentira. Un universo tan cercano como peligroso y desconocido en el que se entrelazan el dolor y la esperanza. Un mundo al revés lleno de ángeles y demonios. Desvelará ese secreto, aunque tenga que ponerse en manos de asesinos. Aunque tenga que desafiar al hombre tranquilo."PENITENCIA"
Dos cosas me llevaron a “Penitencia”:
--Saber si la impresión que me dejó la primera novela de Toni Alcántara, perdón. . ., de Pablo Rivero (y eso que solo vi las primeras temporadas de la serie de TVE "Cuéntame cómo pasó", porque me cansé muy pronto de ella) “No volveré a tener miedo” cambiaba o se mantenía firme. Aquí podéis leer la reseña.
--Conocer un poco por encima la trama: eso de que un actor que se ha pasado años interpretando a un violento asesino en serie en la televisión y que ha llegado a sentirse saturado y repelido por su propio personaje, por la fama que le ha aportado, de repente tenga que volver a enfrentarse a él, volver a exteriorizarlo, pero esta vez en la realidad pura y dura, nada de ficciones, me pareció interesante.
Esta es la historia de cómo Jon se convirtió en su personaje o, lo que es lo mismo, de cómo su personaje se adueñó de él y cambió el rumbo de su vida para siempre.
Mi mente calenturienta imaginó irremediablemente al actor Michael C. Hall y su Dexter, mi Dexter, me imaginé al actor convertido en su vida real en ese personaje que no puede dejar de matar, que tiene la necesidad de hacerlo.
Había sido capaz. Había hecho justicia. Él por fin había pagado su penitencia. Cerró los ojos y deseó que el destino también se pusiera de su parte al día siguiente.Los puntos fuertes de la novelaTemas interesantesEntre sus páginas se habla de ese lado oscuro de la fama y las redes sociales, el precio que los famosos deben pagar por ella, la venganza planificada con premeditación y alevosía (una “Penitencia” en toda regla), la búsqueda de saber quienes somos en realidad y no como otros nos ven.
Lloró todo lo que no había podido llorar hasta ahora. Lloró como un niño al que por mucho que intentara hacer las cosas bien, estas siempre se le torcían. Lloró porque la que debía ser su salvación se había convertido en su tortura.Novela de pocos personajesComo a mí me gusta. . . El del protagonista, Jon Márquez, me ha parecido curioso, un actor famoso inseguro (preguntándose el porqué a todo), con una personalidad bastante oscura y dual (¿actuación?/¿su forma de ser real?), y cierto toque de perversidad. Por un lado simpático y seductor, pero con unos pensamientos a veces bastante perturbadores e inquietantes. Y te preguntas ¿puede un actor llegar a convertirse realmente en lo que está interpretando?
Algún pequeño contra Ya puestos a detectarle fallos (aunque igual no sean fallos y sea algo subjetivo mío, os cuento que nada más comenzar me llamó la atención la cantidad de preguntas que se realiza el personaje protagonista a sí mismo, constantemente, a todas horas. Demasiados interrogantes, no sé, eso no me ha gustado me ha saturado un poco y considero que no era necesario. Para que os hagáis una idea, algo así, pero repetitivamente:
Por fin era dueño de su porvenir, pero ¿resultaría todo como había planeado? ¿Realmente encontraría lo que estaba buscando? ¿Dejaría atrás todo aquello que le perturbaba y que temía que acabara sacando lo peor de él? ¿Conseguiría volver a ser el mismo de siempre?
Impresión general, un "sí pero..."
La impresión general no ha sido mala, no. La trama me ha parecido original, perooooo, aunque me ha gustado más que “No volveré a tener miedo”, si os soy sincera (ya sabéis que por aquí solo se dicen verdades) no me ha emocionado, ni impactado. Me ha parecido una especie de "quiero, pero no puedo". No creo que vuelva al autor.
Resumiendo: "“Penitencia” es un thriller psicológico con algunos toques de novela negra, que no está mal escrita, se lee bien, el argumento engancha, aunque el comienzo sí es verdad que es algo lento, pero va de menos a más. Tiene varios giros que no te esperas, muchas verdades a medias y un final más o menos a la altura. Pero, a pesar de ello, terminé la lectura sintiendo que no me había convencido al cien por cien.Mi nota esta vez es la intermedia:
"AGUA DE LUNA"
Y más o menos lo mismo me llevó a leer “Agua de luna”:
--La curiosidad (a pesar de los prejuicios) por saber cómo escribe Juan Ramón Lucas Fernández, un periodista cuya trayectoria profesional conozco un poco. Sé de él que se le puede ver y escuchar en radio, televisión y prensa, y que actualmente dirige el programa de Onda Cero “La Brújula”. Sé también que le han sido otorgados dos Premios Ondas y que hace dos o tres años publicó la novela “La maldición de la Casa Grande”, que no he leído.
--Conocer también por encima los cimientos de la novela: la captación de jóvenes occidentales (en este caso una mujer española) por los yihadistas, por las redes de terroristas islámicos y tener la certeza de que, por parte del autor, ha habido una extensa y concienzuda labor de documentación para poder escribir sobre ello.
Los puntos fuertes de la novela
Temas siempre de actualidadLa captación y el destino de las mujeres (de los jóvenes en general) que se unen al Estado Islámico, por desgracia siempre está de actualidad, además de ser al mismo tiempo un tema tan atractivo como aterrador. Pero la trama también aborda el peligro que encierran las redes sociales, lo vulnerables que somos frente a ellas, y la fina línea que a veces puede separar la verdad de la mentira, el bien del mal.
Una buena documentaciónParece que Juan Ramón Lucas se ha documentado rigurosamente para poder escribir la novela. Ha llegado según él mismo cuenta, a varias conclusiones que pongo aquí porque me parecen interesantes:
“Los captadores manejan muy bien la psicología occidental. Entienden muy bien las redes sociales. Sin redes sociales, el Estado Islámico no existiría. Tienen mucha facilidad para desaparecer y no dejar rastro. Es muy difícil para los servicios secretos penetrar en sus redes... Y hay algo más. A ver: el yihadismo es la semilla del mal, no tengo ni la menor duda. Pero esa semilla se siembra en un suelo de descontento. La gente no nace radicalizada, busca algo que los libere de sus frustraciones, políticas o no. En Occidente tenemos una parte de responsabilidad por no cuidar a los países en los que crece esa semilla del mal”.
“El perfil de personas que se pasan al Estado Islámico desde una posición cómoda en Occidente tiene que ver con algo que me preocupa: la inseguridad, la insatisfacción, la falta de horizontes, la baja autoestima, y cómo todo eso nos hace vulnerables. Lo que yo he querido contar es una metáfora de nuestra propia vulnerabilidad. Es una historia que te propone mirarte dentro para salir de la oscuridad. En realidad, todos somos tremendamente vulnerables ante las redes sociales o ante el ciberterrorismo y el ciberacoso”.
Una prosa sorprendenteLo que más me ha llamado la atención, sin duda es la forma de escribir de Juan Ramón Lucas, en serio me ha dejado con la boca abierta, no me lo esperaba para nada quizás por mis absurdos prejuicios (me cuesta encarar obras escritas por famosos de la tele). Un estilo bonito, hasta poético diría. Bonito por cómo lo dice y también por lo que dice, que incita a anotar párrafos y párrafos sin parar.
Nada resiste al paso torpe de la rutina si le permites campar a sus anchas y devorar lo que encuentra, como la termita que vacía una viga; solo te das cuenta cuando, descompuesta, se desploma sobre ti. Hay descensos de vértigo que no llegamos a advertir, caídas que no reconocemos como tales hasta que irrumpe el momento del impacto. Soledades y derrotas que solo se hacen presentes cuando un viento feroz y repentino nos despoja del débil camuflaje de hojarasca con que creímos blindarnos de la intemperie.
Resumiendo: "Agua de luna" además de tratar sobre el yihadismo, es una historia de padres e hijos. Una historia que persigue conocer qué es lo que puede pasarle por la cabeza a una joven occidental de clase media-alta, con una familia que la cuida y la quiere, con una vida relativamente cómoda, para que de repente decida abandonarlo todo y convertirse en yihadista, pasarse al lado oscuro del terror islámico, dejando además a sus padres sumidos en la desesperación con la única certeza de la desaparición ¿El amor? ¿la curiosidad irresponsable? ¿la posibilidad de salir de la rutina?
Mi nota esta vez sí es la máxima: