Reseñas cine: “Alps”

Resulta virtualmente imposible abordar una reseña de “Alps”, la película de Giorgos Lanthimos que se estrena el próximo viernes en nuestras carteleras, sin hacer mención al anterior largometraje del realizador, “Canino”. Aquel film supuso para un servidor una de las sorpresas más destacadas (por lúcida, por impredecible, por corrosiva) de la cosecha cinéfila del 2010: una cinta sórdida, no exenta de un negrísimo humor absurdo, que reescribía los códigos de las relaciones humanas (la familia, el sexo, la educación) en una fábula inquietante que tanto podía referirse al brutal caso real del “monstruo de Amstetten” como ser susceptible de una lectura socio-política de mayor envergadura.

Sin embargo, ese gusto por el absurdo que tan bien funcionaba en “Canino” se nos aparece en “Alps” como algo inexplicable y, peor aún, impostado. Sus protagonistas, un variopinto colectivo de usurpadores de identidad que se apropian de las vidas de personas recientemente fallecidas con el fin de hacer más llevadero el luto a sus seres queridos (que participan de la farsa de forma voluntaria), resultan totalmente inverosímiles porque no poseen ningún punto de contacto con la realidad; menos aún con el espectador. Lo cual en “Canino” resultaba asumible porque ésa era la base argumental del film (unos jóvenes educados/alienados en cautividad por sus padres sin tener acceso al mundo real), pero aquí parece más bien el capricho de un guionista desnortado en busca de un excéntrico sello autoral.

Pese al esfuerzo evidente por parte de un elenco actoral de fisionomías poco glamourosas, a la capacidad de Lanthimos para lograr una convincente puesta en escena naturalista (cámara en mano, largos planos estáticos, rudo acabado digital) y a que muchas de las situaciones que plantea el libreto consiguen generar la incertidumbre de no saber si tal o cual personaje es realmente lo que a priori parece ser (en tanto que todos usurpan personalidades ajenas y Lanthimos juega constantemente al despiste), “Alps” fracasa estrepitosamente en su insistente ambición de ser la nueva película del director de “Canino”.

Poco importa lo prometedor de su propuesta argumental (que no estaría tan lejos del “Blanco Humano” de Peter Milligan si no fuera porque Lanthimos se esfuerza sobremanera en ser el más rarito de la clase); los 93 fatigosos minutos de “Alps” le dejan a uno desconcertado, aburrido y perplejo: frustración más que suficiente para recomendar únicamente el film a aquellos amantes de lo insólito que no encuentren en la cartelera actual ninguna otra película que tiente a sus neuronas ávidas de extravagancia.

(“Alps” se estrena en los cines de España el próximo 13 de abril).