Revista Cine

Reseñas Cine: Animal Kingdom

Publicado el 31 enero 2011 por Juancarbar

Reseñas Cine: Animal KingdomCon su debut, Animal Kingdom, el realizador australiano David Michôd consiguió el año pasado el Premio del Jurado en el Festival de Sundance. Desde entonces no ha parado de cosechar galardones y parabienes de la crítica. Lo último es la nominación de una de sus actrices principales, Jacki Weaver, para el Oscar a la Mejor Actriz Secundaria. El título de Animal Kingdom alude a un mundo en el que impera la ley del más fuerte, el comer o ser comido, y ya desde el primer fotograma se percibe que esta va a ser una película durísima. No por lo que muestra, sino por la temática que aborda.

Los primeros minutos golpean como un mazazo al espectador. Un adolescente menor de edad espera mirando un concurso televisivo a que llegue una ambulancia para atender a su madre que agoniza a su lado tras una sobredosis de heroína. La indiferencia del muchacho durante toda la secuencia marca el tono con el que reaccionará a lo que le sucede a lo largo del resto del largometraje hasta la medida explosión final. La frialdad del protagonista hace que nos planteemos qué tipo de vida habrá llevado ese chico. La consiguiente conversación telefónica con su abuela para participarle el suceso y la reacción de la misma, una certera Weaver que interpreta un papel desconcertante y demoledor, es reveladora. Ambos reaccionan como si estuvieran pidiendo una pizza. Detrás vienen unos sobrios títulos de crédito que se superponen sobre imágenes de atracos tomadas por una cámara de seguridad. El resultado obtenido es inquietante.


El chico se muda con su abuela y el resto de su familia, unos conocidos delincuentes de medio pelo. Tipos encallecidos que viven juntos en perpetua tensión entre asaltos a mano armada y negocios con drogas. El hermano mayor es el líder. Se oculta de la policía, que está constantemente vigilándolos, y ejerce de figura paterna, siempre pendiente de todo y de todos, hasta de sus vidas privadas. Pero quien verdaderamente dirige al clan es la matriarca, el personaje más rocoso a pesar de parecer una cabeza de chorlito, la que siempre está dispuesta a seguir adelante a cualquier precio. El protagonista se ve en medio de eso y ahí comienza su educación a través de un realista retrato de los bajos fondos. Una vida guiada por el determinismo contada en una película que discurre lentamente, acumulando la tensión hasta culminar con el final del aprendizaje del muchacho.

Las interpretaciones, encabezadas por Guy Pearce, son espléndidas y sin un agujero por parte de los implicados. Un pelín sobreactuados todos los actores hasta en los papeles secundarios (impagable el abogado de la familia), resultan tan pasados de rosca como se espera de la gente que se mueve en estos ambientes. Y este es el único pero que se le puede poner a una película tan bien contada, tan sucia y tan fatalista como es Animal Kingdom. ¿Hasta qué punto me importa la vida de estos tipos? ¿De veras me interesa la hez de la tierra? Pregúntenselo y actúen acorde con su respuesta.

Fran G. Lara


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