Título original: Dylan dog: Dead of Night. Director: K. Munroe. Guión: T. D. Donelly y J. Oppenhaimer. Protagonistas: B. Routh y S. Huntington. Fotografía: G. Hall. Montaje: P. Hirsch. Música: K. Badelt. EE.UU. 2011.
Un episodio de Buffy. Eso es Dylan Dog: Los muertos de la noche. Por tanto una película muy mediocre. Ni la historia ni el presupuesto dan para llenar casi 2 horas.
Desconozco el cómic. Un clásico moderno del pop italiano que ha tardado más de 2 décadas en ser publicado en nuestro país. El principal cambio ha sido trasladar la acción de Londres, frío, céltico y europeo, a Nueva Orleans, cálida, francesa y estadounidense, con el único motivo de abaratar costes ya que no sólo no se ve sino que no aporta nada a la historia. La película y la dirección son tan cortas que los planes generales brillan por su ausencia y los panóramicos (vitales para crear atmósfera y oxigenar) no existen. Por el mismo camino va un guión gris y predecible que mete vampiros y hombres lobo porque están de moda, las actuaciones (salvo del sidekick gracioso que como siempre quien lo interpreta es el mejor actor de toda la película) y todo lo demás incluyendo unos efectos digitales de compromiso.
Así pues Dylan Dog: Los muertos de la noche no tiene nada de lo que hace que el cine tenga que verse en un cine. Es una película que, tal y como está pues otra cosa hubiera sido si alguien hubiera aportado creatividad y pasión, llega 3 décadas tarde. Estos productos son demasiado escasos en una época de tele competitiva y entradas caras. Ha llegado a las salas para rellenar.
Valoración: 3. Aburrida.