Como muchos de mis últimos domingos desde que abrazo la treintena (ains… qué viejuno), me fui derechito al cine con la intención de ver alguna peli palomitera con la que pasar el rato. Entre todas las que había, en vez de elegir alguna de las nominadas a los Oscars (craso error), nos dio por entrar a ver EL SANTUARIO, ya que estaba producida por el mismo director que AVATAR (James Cameron), y que personalmente me encantó en su día (si no la has visto te animo a verla, y si puedes, en 3D). Dado que el señor James Cameron ha puesto pasta y su nombre en esta película, me daba la sensación de que iba a ser al menos interesante, y sobre todo pensé que al igual que Avatar, los efectos 3D estarían muy logrados.
Aquí es donde empiezan los despropósitos de esa tarde/noche de domingo.
Antes de hablar de la película en sí, me gustaría quejarme del precio del cine. Veo medianamente aceptable pagar una media de 8 euros por ver una película, pero me parece excesivo que te aumenten el precio por verla en 3D hasta los 10,5 euros. Como no suelo ser consumidor de este tipo de películas (me refiero a las 3D), tampoco me importa pagarlo de vez en cuando, pero siempre que la película haga buen uso de esos efectos que están ahora de tan de moda. En el caso de El Santuario, como diré más adelante, estos efectos parecen metidos con calzador. Esto es fallo mío por no documentarme suficiente (aún cuando tenía un aviso de alerta de parte de mi amigo Hunter). Quizás todo esto habría pasado desapercibido si no fuera por el hecho de que ahora no te dan las gafas al entrar en la sala, si no que tienes que comprarlas, o en su defecto traértelas de casa. Esto ya me tocó las pelotas. ¿Acaso por 10,5 euros no merezco que me dejen unas putas gafas y devolverlas al finalizar el visionado de la película, tal y como se hacía antes? Pues parece que no. El ansia viva por recaudar pasta les puede. Espero que la señora Sinde me devuelva parte de mi pasta que usa financiando películas españolas que yo no pienso ver, para que como buen español pueda financiarme la compra de unas buenas gafas 3D (modo tocapelotas off).
Dando por terminada mi pequeña pataleta con el cine en cuestión, hablaré de la película que fuimos a ver. Tengo que decir que no tenía ni pajolera idea de qué iba, sólo que estaba producida por James Cameron, y que hacía uso de los efectos 3D tan bien logrados en Avatar. Como comenté un poco más arriba, mi compi de curro Hunter me avisó que los efectos 3D ni fu ni fa, y que tampoco la peli decía mucho. Aún así, me agarré los machos y fuimos a verla.
El Santuario nos muestra las peripecias que pasan unos submarinistas que se encuentran explorando unas cuevas subacuáticas cuando reciben la visita de una tormenta tropical que les pondrá las cosas difíciles. La dichosa tormeta les obligará a internarse en las profundidades de las cuevas, donde incluso nunca antes fueron visitadas por humanos, con la intención de escapar de la inminente inundación de la cueva. La propia naturaleza pondrá a prueba el instinto de supervivencia de los protagonistas y sacará a relucir qué tipo de cosas es capaz de hacer el ser humano con tal de asegurar su vida.
Es cierto que durante algunos momentos de la película se consigue trasladar al espectador la sensación de claustrofobia que sienten los protagonistas al explorar cuevas super reducidas y con bastante falta de luz, pero da la impresión de que en algún momento te acostumbras a ella, por lo que se pierde uno de los aspectos fundamentales en los que se debería basar. Como fui sin saber de qué iba la película, me esperaba que en cualquier momento se encontrarían con algo sobrenatural dentro de esas cuevas, despertarían de su letargo a un bicho asesino come hombres, o incluso que apareciese algún bichillo de color azul y dientes puntiagudos. Pero nada, la peli sólo cuenta cómo los submarinistas luchan contra la naturaleza para intentar salir de la cueva en cuestión. Qué rollo, ¿no?
Además de todo esto, creo que el efecto 3D no hacía más que entorpecer todo, o al menos, al salir del cine, me daba la sensación de que la película me habría transmitido lo mismo si la hubiese visto sin las gafas de torcuato 3D. Sólo merecen la pena un par de cinemáticas donde los efectos 3D molan, pero a mi parecer sobra y entorpece cuando los tipos están metidos bajo el agua.
En definitiva, una peli que no dice nada, aún cuando el argumento de la película no está mal, pero se nota sobremanera que usa el nombre de Avatar y su buen hacer en la moda 3D para atraer a pobres tontorrones como yo (debería recordar para futuras películas que Cameron dirigió el gran truñaco Titanic).