Reseñas cine: ‘La mujer de negro’

‘La mujer de negro’, que se estrena este 17 de febrero, no es solo una película de terror. Es el intento de Daniel Radcliffe de dejar atrás su papel de Harry Potter. No obstante, mientras cumple sobradamente su objetivo en lo que al género cinematográfico se refiere, no acaba de lograr olvidar al pequeño aprendiz de mago.

El filme, dirigido por James Watkins, está basado en la novela escrita por Susan Hill y publicada en 1983. El largometraje cuenta la historia de un joven abogado de Londres, apenado por la muerte de su mujer a causa de complicaciones durante el nacimiento de su hijo, que tiene que abandonar la ciudad durante unos días por motivos de trabajo. Hasta ahí todo parece normal. No obstante, el pueblo al que tendrá que viajar está maldito. O al menos eso piensan sus habitantes, debido a los extraños ‘accidentes’ que allí están teniendo lugar.

‘La mujer de negro’ tiene todos los componentes para ser una buena película de terror. Una tétrica casa encantada. Unos vecinos atemorizados. Un protagonista un poco inconsciente. Y una personificación de la maldición que da auténtico pavor. Pero la película no solamente cuenta con los ingredientes adecuados sino que tiene la fortuna de haber caído en las manos de un buen chef, o al menos es lo que se deduce de dicha obra.

Pese a adolecer de una trama basada en el esquema de siempre, el largometraje logra mantener al espectador pegado a la butaca durante todo su desarrollo. Con una mezcla perfecta entre el suspense y los sobresaltos, ‘La mujer de negro’ consigue hacer uso de los recursos del cine clásico de terror en una película que va in crescendo.

Asimismo, la película cuenta con una buena puesta en escena y una correctísima actuación por parte de los actores. Los espectaculares paisajes de las ubicaciones, así como la magistral utilización de la música, los efectos especiales y el silencio, hacen de esta cinta una atractiva opción a la hora de ir al cine.

Sin embargo, el pero de la película -si es que ‘pero’ se le puede llamar- es la interpretación de Daniel Radcliffe. No es mala, pero tampoco buena. Una actuación mediocre y un papel no del todo creíble (me cuesta imaginármelo todavía como padre). Por suerte, ni esto logra desmerecer a la película. Una película en la que la estrella no es el hasta ahora Harry Potter, sino que el protagonista eres tú.