Título original: Le fils a jo. Guión: P. Guillard. Director: P. Guillard. Protagonistas: G. Lanvin, V. Moscato y J. Duvall. Fotografía: L. Colbein-Justin. Montaje: E. Codaccioni y S. Lavezzi. Música: A. Rault. Productoras: LGM Cinéma, Hatalom, Gaumont, uFilm y TF1 Films Production. Francia 2010.
Cuando una película desconocida tarda en estrenarse es porque es floja. Esta regla la cumple a la perfección Mi hijo y yo. Una película francesa familiar, para todos los públicos, machista, porque va dirigida al público masculino, de tema deportivo. Sobre rugby nada menos, ese deporte que mueve masas en nuestro país. Sí, exactamente. Pienso lo mismo. ¿En qué estaba pensando el distribuidor cuando adquirió este film? ¿Qué oscuro trato realizó que tiene como peaje el estreno de esta chorrada?
El cartel publicitario describe la película como un hermoso canto a la amistad. Una frase que ya era ridícula y cursi (fíjense en el tipo de letra del cartel) cuando se acuñó por primera vez que no hace más que transmitir lo que es Mi hijo y yo. La publicidad nunca engaña. Una chorrada. Una película intrascendente sin ningún valor cinematográfico.
Está ya más que comprobado que los relatos blancos y familiares son inviables porque carecen de todas las cualidades necesarias para interesar y emocionar. Los cuantos tradicionales son como son porque la sabiduría popular dio con la mejor forma de crear una historia de valores que enganche al gran público. Sin embargo, los que en la posmodernidad van de listos y buenos quieren inventar la rueda así que nos regalan relatos más irreales que los cuentos además de más tontos y aburridos. Además de presentar una historia sin interés, Mi hijo y yo la cuenta mal. El tema es el típico drama deportivo-familiar del cine estadounidense. Esas tediosas y tontorronas películas en las que mediante el deporte una familia disfuncional vuelve a ser funcional. Pero Guillard no sabe seguir el esquema amortizado de esas películas de modo que su guión es una tontería que sólo funciona porque el espectador ya tiene interiorizado ese esquema. La historia de amor es inexistente (lo que hace esta película a los personajes femeninos es delito), el conflicto paterno-filial no es tal y el villano casi ni aparece así que todo es un edificio que se derrumba porque sus cimientos son débiles.
En fin, que Mi hijo y yo es una película mala y demasiado convencional y blanca. Tiene que haber una manera mejor de inculcar valores y proteger a los niños de la realidad que se van a encontrar en el futuro. Si no la hay que dejen de hacer este tipo de películas. Tirar el dinero de esta manera cuando hay quien se muere de hambre es inaceptable.
Valorción: 3. Mala.