Reseñas Cine-Nowhere Boy

Pocas biografías cinematográficas, y menos de músicos populares, se han hecho con un mínimo de solvencia. Con el ánimo de solventar dicha carencia llega a nuestras pantallas con muchísimo retraso Nowhere Boy el biopic que narra la adolescencia de John Lennon, dirigido por la realizadora Sam Taylor-Wood. Este es su debut cinematográfico y está protagonizado por Aaron Johnson, más conocido por ser el bobalicón apaleado de Kick-Ass. La película se basa en Imagine This: Growing Up with my Brother John Lennon, libro escrito por Julia, hermanastra del artista. Thomas Sangster (el niño de Love Actually) se encarga de dar la réplica a Johnson en el papel de Paul McCartney, y la seductora Kristin Scott Thomas se enfunda el traje de la severa, pero al final decisiva, Tía Mimi. Además, el guión corre de la mano del autor de Control, el largometraje sobre Ian Curtis y Joy Division. Muy buenos mimbres, en definitiva, para una historia que satisfará tanto al que no le importe lo más mínimo el cuarteto de Liverpool como a los seguidores más acérrimos. Estos últimos, por cierto, deberían ver Nowhere Boy en versión original, pues Johnson clava la voz de Lennon con un detalle que les llenará de nostalgia.

El espectador es testigo de todo lo que formará a un genio. La ausencia de una madre irresponsable a la que tiene idealizada, la vida con su tía, que hará lo que haga falta para sacar al joven adelante ante su incomprensión, su reticencia a usar unas gafas que luego serán su sello de marca, el descubrimiento y aprendizaje de una vocación, el encuentro decisivo con Paul McCartney, siempre diplomático, y su rivalidad como dos cachorros que miden fuerzas y se enseñan los dientes, a la vez que su profunda sintonía. En definitiva, la formación del carácter de un hombre en eterno contraste, fanfarrón y desamparado, como sería hasta el final de su vida. Pero a su vez pesa el interés del conflicto interno de las dos mujeres y del muchacho atascado entre ambas. Nowhere Boy es, pues, una historia de sentimientos, un relato que al espectador medio engatusará por las emociones que transmite, y a su vez lleno de detalles que capturarán al conocedor. Kristin Thomas está espléndida, como de costumbre, y exhibe una interpretación llena de matices como una mujer que tras su aspecto austero oculta profunda humanidad mientras se esfuerza por educar a un muchacho rebelde y pendenciero, y su vez perdido e inseguro. Y es que no es necesario que Nowhere Boy vaya más allá. Estamos hablando de un patrimonio de La Humanidad.

Fran G. Lara

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