Después de una larga espera, este fin de semana llega a nuestras pantallas el último film de Steven Soderbergh: Indomable (Haywire). Cargada de acción, emociones fuertes y numerosos rostros conocidos se nos plantea un thriller que sin hacer las delicias de todos contentará a unos pocos.
Sinopsis: Mallory Kane (Gina Carano) es una agente encubierta que trabaja a las órdenes de Kenneth (Ewan Mc Gregor) realizando incómodas misiones que los gobiernos no podrían llevar a cabo legalmente. Tras liberar a un rehén en Barcelona, Mallory se dirige a Dublín para reunirse con Paul (Michael Fassbender) y ultimar una nueva operación. Una vez allí, el plan se desmorona y Mall se verá envuelta en una trampa a gran escala cuyas consecuencias la obligarán a vengarse de todo aquel que la traicionó.
Si uno ha seguido mínimamente la filmografía de Soderbergh identificará con rapidez su estilo visual y narrativo y para empezar habrá satisfecho con ganas, si así las tiene, su deseo de contemplar su último film. Pero el relato, es otra historia… y nunca mejor dicho. Si bien cintas como “Erin Brockovich” “Ocean´s eleven” y “Ocean´s twelve” se vendían solas tanto por elenco como por guión, ésta se queda en el elenco y de ahí no pasa.
Por un lado nos encontramos a Gina Carano, una superwoman encarnando lo que sería la versión femenina de Jean Claude Van Damme, pero cuyas motivaciones relucen por su por su ausencia y sin personalidad suficiente para encumbrar el papel protagonista. Por otro lado, y entorpeciendo sus coreografiados combates, la acompañan un desaprovechadísimo, y hago hincapié en el –ísimo, grupo de actores de indudable talento como son el veterano Michael Douglas, los tan de moda Michael Fassbender y Ewan Mc Gregor, el incipiente Channing Tatum, el patrio Antonio Banderas y el secundario por excelencia Bill Paxton. Como habréis comprobado a todos los precede un merecido adjetivo y no se entiende la mediocridad de sus personajes, poco definidos y sin trasfondo ni maldad tangible, que se presupone, por lo menos, deben tener para encabezar la lista de malos malísimos que vende la película.
No puedo olvidar un detalle importante: se pasan toda la película corriendo todos detrás de todos y te pasas hora y media esperando algo que no llega nunca, vamos, lo que definiríamos una carrera de fondo en la que Soderberg no se lleva ni el premio de consolación. Para mí, una tremenda decepción.
Si queréis ver curvas femeninas, chicos wapos, peleas cuerpo a cuerpo y sobre todo muchas carreras, esta es vuestra película, sino, mejor descartarla.
Yolanda Díaz