Título original: End of watch. Dirección y guión: D. Ayer. Protagonistas: J. Gyllenhaal y M. Peña. Fotografía: R. Vasyanov. Montaje: D. Dorn. Música: D. Sardy. Productoras: Hedge Fund Film Partners, Le Grisbi Productions y Crave Films. EE.UU. 2012.
Sin tregua es una película mala porque es incoherente ya que su director no ha conseguido conjugar el falso docudrama con el melodrama más barato e industrial. Como ambas cosas son contradictorias, verosimilitud y caricatura, el resultado es una película con 2 almas que ni se funden ni encajan entre sí. Por tanto es fallida; y de lo más corriente.
Del guión destaca el contraste entre unos diálogos magníficos por realistas e ingeniosos y el esquema del melodrama al uso. Así, constantemente chocan los intentos de verosimilitud con la evidencia de que estamos viendo algo industrial, es decir, artificial y precocinado. Por tanto, da igual que los actores estén bien, sobre todo M. Peña que lo da todo, ya que el material que reciben es tan tópico y típico que sus interpretaciones (y sus personajes) nunca pueden ser tomadas en serio por un espectador mínimamente formado. Por lo demás Sin tregua es corriente y comete el error de ser demasiado pelota con la Policía. Los polis tienen mucho mérito y los estadounidenses que les toca lidiar en los lugares más peligrosos del planeta tienen mucho valor, por tanto, nunca está demás hacerles un elogio, pero si se cruza la línea, como en este caso, se cae en la adulación y la cosa queda como algo repulsivo. Por otra parte, para hacer un homenaje no es necesario recurrir a los clichés de siempre.
En fin, Sin tregua es una película mala y sin ambición (como demuestra que el título original revela como acaba la película). Lo mejor es que en ella se puede ver como los chicanos han adelantado a los negros en ser el mejor amigo del estadounidense blanco (uno de los objetivos de la película es revelar que ambas culturas tienen los mismos valores: machismo, agresividad, etc.) y en la falta de autocrítica de EE.UU. Los estadounidenses son buena gente pero son incapaces de sentir la viga en su ojo. Sin tregua te muestra el agujero negro de EE.UU. por medio del prisma deformante del maniqueísmo. Los peligrosos delincuentes son malos (y extranjeros) porque sí ya que no existe la pobreza, la injusticia, la desigualdad y la explotación. La reducción de todo a una peli de buenos y malos en la que ellos invariablemente son los buenos porque sí, es lo que convierte esta buddy movie mal mezclada con melodrama femenino en un producto inane y fallido en el sentido que no cumple con sus objetivos.