Tengo que reconocer que se me está haciendo más que dura la espera del tomo nº 15 de Los Muertos Vivientes y ya no sé cómo hostias llenar ese vacío que han dejado en mí estos seres putrefactos. Bien podría ver los episodios que me quedan de la 2ª temporada de The Walking Dead, pero es que no me cansaré de repetir que el cómic deja totalmente en braguetas a la jodida serie de televisión. Pero bueno, que no cunda el pánico que ya me he enterado que ese mencionado tomo sale el mes que viene, así que habrá que esperar cual adolescente que sueña con que llegue el día en que palpe un tetamen.
El caso es que hace unos días decidí darme un chute de zombies para mi cuerpazo forjado a base de bollos con el visionado de esta película que me encontré casualmente. Y es que cuando me aburro y no sé qué ver, suelo decantarme por films chungos de este jaez. Ciertamente me la jugué a base de bien, pues salta a la vista que es uno de esos largometrajes rodados para televisión (pero vamos, que en peores plazas he “toreao”…).
La trama arranca meses después de que una epidemia haya acabado con 90% de la población estadounidense, y un pequeño grupo de supervivientes tenga que abrirse camino entre las hordas de zombies para poder llegar a un refugio sin podridos, del que han oído rumores y que se encuentra en una isla.
Todo este argumento da pie a un film muy discretito con un uso abusivo del CGI (mal hecho de cojones, por cierto) que le da un toque demasiado serie B al conjunto. A mí en cierto modo me recordaba un poco al videojuego Left 4 Dead con toda esa variedad de personajes y de armas de las que hace gala el largometraje. Y es que aquí veremos a los protagonistas haciendo uso de bates, llaves inglesas, pistolas, espadas, martillos étc…, pues cualquier cosa es buena para reventar la cabeza a un zombie de un hostión.
Al menos el film no caerá en los manidos clichés del género como suele ser el del típico grupo de supervivientes refugiados en un lugar cerrado impidiendo que los zombies entren. Aquí les veremos moviéndose constantemente de un lugar a otro siempre alerta de no ser sorprendidos por una horda de seres putrefactos. Por cierto, tampoco veremos al sempiterno personaje que ejerce como elemento desestabilizador por su cobardía o por el hecho de que lo único que le importa es salvar su pellejo (demostrándose así que a veces los humanos pueden ser peores o más peligrosos que los zombies). Y es que aquí tendremos a un grupo unido y compacto con muy buen rollo entre ellos y donde todos se ayudarán entre sí con el fin de llegar a salvo al destino al cual se dirigen.
Como nota curiosa hay que destacar la aparición de rostros conocidos como el bueno de Ving Rhames, quien ya hizo sus pinitos en el género de zombies con aquel peliculón que fue el remake de El amanecer de los muertos (desde entonces tengo a este menda en un altar). Por cierto, a los fans de Me llamo Earl les agradará saber que también sale el famoso “hombre cangrejo” de esa mítica serie (Eddie Steeples). Mención especial también para la chavala protagonista (Lesley-Ann Brandt), que yo no sé de dónde coño la han sacado, pero si está más buena revienta. El caso es que con su espada me recordaba un poco al personaje de Michonne (del antes mencionado cómic de The Walking Dead).
En definitiva, Zombie Apocalypse me ha resultado una película pasable (si no eres demasiado exigente) y poco más. Un argumento más simplón que el Tato de Manos a la obra, maquillajes un pelín cutres y unos FX un poco ratoneros, lo cual entorpece el conjunto pero que al menos se deja ver. Únicamente la recomiendo para los más frikis del género o para los que quieran ver a la pedazo de jaca de la prota repartiendo hostias y mandobles…
Sr. Grifter