TÍTULO ORIGINAL: Shame. AÑO: 2011. DURACIÓN: 99 minutos. NACIONALIDAD: Reino Unido. PRODUCTORA: Film4 / UK Film Council / See-Saw Films. DIRECTOR: Steve McQueen. GUIÓN: Steve McQueen y Abi Morgan. FOTOGRAFÍA: Sean Bobbitt. MÚSICA: Harry Scott. INTÉRPRETES: Michael Fassbender, Carey Mulligan, James Badge Dale, Nicole Beharie, Jake Richard Siciliano, Hannah Ware, Alex Manette, Jay Ferraro, Eric Miller.
Tratar las adiciones del ser humano, hablemos del alcohol o, como en el caso que nos ocupa, del sexo, siempre ha sido una tarea difícil en el mundo del celuloide. Hay que saber tratar muy bien a los personajes, a su entorno y a la deriva que toman sus vidas para poder reflejar y hacer creíble los problemas que se cargan a cuestas cuando alguien es adicto a algo.
El director de "Hunger" hurga esta vez en el problema de la adición al sexo y nos lo muestra todo de una manera cruda y concisa, en una película en la que valen más las imágenes y los silencios que los diálogos.
Brandon (Michael Fassbender) es un tipo frío y callado, que vive por y para el sexo, aunque eso le cueste andar por la vida con una pesada cruz a cuestas y le impida relacionarse con su entorno, especialmente con las mujeres para establecer una relación seria y con su hermana Sissy (Carey Mulligan).
Aunque ese será sólo uno de sus problemas. Su hermana Sissy no deja de mandar mensajes a su contestador hasta que un día se presenta en casa. No tiene donde quedarse y su hermano es su única salvación. Ambos están envueltos en una espiral autodestructiva que tiene mucha relación con su pasado, aunque desconozcamos realmente qué es lo que pasó.
El peso de la trama lo lleva un brillante Michael Fassbender ("Prometheus") y una siempre magnífica Carey Mulligan. El resto es labor de McQueen, que nos sumerge en un mundo asfixiante, perturbado y claustrofóbico en el que una vez que entramos no queremos salir. Una vez terminada la película todo nos ha impactado de una manera dura. Los personajes de la cinta están dibujados con toda la amargura que se les ha podido imprimir y apenas si notamos si son o algún día fueron felices. Ese es uno de los grandes logros de la película, meternos dentro de la frialdad de sus personajes. Seres incapaces de levantarse una vez que han caído, presos de la impotencia desde el primer fotograma hasta el último.