Revista Cultura y Ocio
Hace poco fui a ver al cine Buscando a Dory y caí rendida a sus aletas: es tierna, divertida y toda una aventura para mayores y pequeños. La pececita azul se ha vuelto a ganar mi corazón en una historia con un ritmo fantástico y unos personajes inolvidables. Como siempre, los doblajes son todo un acierto.El regreso al océano no podía haber sido mejor: un nuevo viaje, en esta ocasión para ayudar a Dory, que de repente recuerda lo que buscaba al toparse en la anterior película con el padre de Nemo. La olvidadiza pez estaba buscando el camino a casa, a sus padres. Así comienza esta secuela, que equipara en calidad a su predecesora. Lo mejor de todo es que Dory es la reina indiscutible del film, en el que los protagonistas de la anterior cinta quedan en segundo plano acompañados de nuevos personajes que me han arrancado más de una sonrisa, como el serio pulpo Hank, la miedosa beluga Bailey (que es de sexo masculino) o la cegata tiburón ballena Destiny, además del breve reencuentro con las tortugas surfistas y unas locas apariciones de varios leones marinos con los que todo el cine estalló en carcajadas. No recurriré a tecnicismos, porque huelga decir que, como cabría esperar, la animación es soberbia, así como el guion y la banda sonora. Esta es, sin duda, una película para toda la familia.Añadir que el corto previo es una verdadera preciosidad. ¡Me encanta ese pajarito!¿Y vosotros, os habéis zambullido en esta historia?
Lo mejor: Dory bebé, sus escenas son puro amor.Lo peor: nada.
Mascotas es una película que cumple con su propósito pero que constantemente comparaba al verla con otras aventuras como Salvaje, Madagascar o, cómo no, Buscando a Dory y Buscando a Nemo: animales fuera de su hábitat en una aventura sin igual. Cuando eso sucedía, en el momento en el que equiparaba esta con otras propuestas similares la nueva apuesta de Illumination (creadores de Gru y Los Minion) perdía la partida. Pero lo cierto es que si dejamos a un lado las comparaciones, que como bien suele decirse son odiosas, Mascotas nos adentra de manera divertida en el mundo de los animales caseros y nos muestra esa otra cara, la que nosotros no vemos cuando cerramos la puerta o los ojos. Pronto lo cotidiano queda atrás y los protagonistas se embarcan en un viaje por la ciudad en busca de Max, un perro casero que se ha perdido y que cae en las garras de animales rechazados por el hombre, seres abandonados que se han puesto en pata de guerra contra los domésticos y sus dueños. Así pues, nuestros acomodados amigos deben dejar las correas, jaulas y comidas enlatadas atrás y adentrarse en frías alcantarillas y oscuros callejones demostrando el poder de la amistad y la importancia de dejarse llevar a veces por el instinto.Animales de distintas especies unen garras, patas y pezuñas para lograr su objetivo, eso es lo mejor de todo: la variedad de personajes, las locas situaciones que atraviesan y el mensaje que prevalece, uno que habla sobre la fuerza de la amistad.
Lo mejor: la escena de las salchichas, simplemente genial.Lo peor: que hay altibajos de ritmo.