He tardado en escribir esta reseña, pero sigo pensando lo mismo que cuando vi la película: tiene una combinación de acción y suspense que angenchará a los amantes de ambos géneros. La historia trata de un hombre poderososo que, a punto de morir de una enfermedad terminal, es captado por una organización que a cambio de una importante suma de dinero le promete la inmortalidad. ¿Cómo?, cediéndole un cuerpo sin daños. Él acepta, su esencia es tranferida y comienza una nueva vida, pues no puede seguir abrazando su antigua identidad, pero retazos de recuerdos que no le pertenecen le sacuden a diario, trozos de la memoria del hombre al que perteneció ese cuerpo. ¿Cómo lo consiguieron y qué queda de él en esa carcasa ahora ocupada por el magnate? Ciencia y moral de nuevo enfrantadas en una película que recuerda en algunos puntos a Trascendence y que engancha por su trepidante ritmo.
Lo mejor: que entretiene y tiene algunos giros interesantes.Lo peor: quizá no aporte nada nuevo al género y algunos giros argumentales son previsibles.
Si algo se le debe conceder a Shyamalan es su capacidad para sorprender con historias originales. La visita no es menos. Seguimos a dos hermanos que van a pasar unos días a casa de sus abuelos, a los que no han visto nunca, debido a unos problemas que tuvieron con su madre. La cosa comienza bien, pero poco a poco los ancianos comienzan a mostrar extraños comportamientos. La película parece en algunos momentos que va a meterse en terrenos paranormales, pero en todo momento es una historia de ficción apegada a la realidad y que sustenta el terror en los problemas psiquiátricos y no en entes sobrenaturales. Shyamalan logra sorprendernos con un giro que no esperábamos y que hace que las cosas se precipiten y la cinta gane ritmo.El suspense gana al terror en una película que, sin ser de lo mejor del cineasta, la recomiendo para quienes quieran ver algo diferente hecho a partir de elementos utilizados con frecuencia.
Lo mejor: el final.Lo peor: que la comedia anula en ocasiones al terror, convirtiendo la cinta en algo difícil de etiquetar.