Sigo alucinando con el trazo de David Petersen, que nos trae en este Invierno 1152 otro excelente libro de ilustraciones acompañado de palabras. Es un cuento ilustrado este Mouse Guard, preciosista y que sabe a auténtico, no en vano es un proyecto personal del autor.
La aventura continúa en ese mundo de ratones animales antropomórficos, situándonos justo después de los sucesos narrados en el anterior tomo. Ahora, se acerca el invierno y las reservas escasean, lo que nos permitirá conocer el particular mapa de esta tierra, imaginado por la mente de Petersen. La Guardia deberá emprender la marcha para obtener el apoyo y alimentos de algunas ciudades, a la vez que se intentan recabar apoyos y que el status quo “político” de las ciudades se mantenga.
Igual de épico que el anterior tomo, en este caso la trama se divide en dos, de forma que asistimos de forma simultánea al intento desesperado de regreso a casa por dos caminos distintos, lo que nos llevará a conocer una antiquísima ciudad excavada por comadrejas y a los peligros de moverse en pleno invierno por la superficie.
El acierto de Petersen es crear un cómic para todas las edades, donde el exceso ha sido sustituido por el sentido común, consiguiendo algunos pasajes que ya los quisieran algunos, con un drama intenso y a la vez natural, mostrando lo salvaje del mundo animal sin que por ello pierda belleza.
Sigo pensando que es un cómic para regalar o ser regalado. Una excelente segunda parte, con mas pausa y profundidad que en el primero de los tomos, donde no quedaba todo tan cuadrado.
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