A todos nos gusta rendir al máximo en nuestro entrenamiento. No obstante, muchos factores pueden alterar este estado de progresión y frenarnos en nuestro avance. Hoy vamos a hablar de uno de ellos: el resentimiento muscular.
Para prevenir el resentimiento muscular provocado por el entrenamiento se deben prescribir ejercicios de calentamiento y enfriamiento. Durante años se recomendaron ejercicios lentos de estiramiento estático para calentar los principales músculos al comienzo de la sesión de entrenamiento. Se creía que esa forma de estiramiento evitaba las lesiones y el resentimiento muscular (deVries, 1961). Sin embargo, la evidencia sugiere que el estiramiento antes de la actividad física no evita las lesiones (Pope, Herbert, Kirwan y Graham, 2000). En lugar de estiramiento estático, se debe realizar el calentamiento con 5 o 10 repeticiones de ejercicios de baja intensidad (por ejemplo, al 40% de una repetición máxima). El estiramiento estático lento debe efectuarse en la fase de enfriamiento de la sesión.
Graduar progresivamente la intensidad de los ejercicios en el inicio de un programa de entrenamiento también puede ayudar a evitar el resentimiento muscular. McArdle y cols. (1996) indican efectuar de 12 a 15 RM durante las fases iniciales del entrenamiento. También, evitar las contracciones excéntricas durante el entrenamiento puede ayudar a prevenir el resentimiento muscular.
Bibliografía:
- Heyward, V. H. (2012). Evaluación de la aptitud física y prescripción del ejercicio. Editorial Médica Panamericana.