Los contrastes naturales sorprenden por su belleza y justifican su nombre.
Porque Formosa, en portugués y castellano antiguo, significa "hermosa".
Esta cualidad le habían reconocido los conquistadores que, al transitar estas tierras y navegar sus ríos, no tardaron en llamar a la zona "vuelta hermosa" o "punta hermosa".
Los sedimentos también alimentan playas y cauces de agua que desaparecen con la bajante. En este sector crecen comunidades de hierbas, árboles y arbustos típicos de la zona, adaptados a condiciones extremas, al igual que los animales.
Para sobrevivir, las plantas desarrollan hojas de pequeña superficie, espinas y órganos de reserva subterráneos. Los albardones a orillas de los ríos Teuquito y Bermejo modelan un monte tupido de especies como palo amarillo y bolilla, algarrobo blanco, mora y zapallo caspi. Asimismo, son comunes los bosques de sauce criollo y de palo bobo o aliso del río.
El bosque seco, de mediana altura y abierto, caracteriza a la Reserva, con mayor presencia del quebracho blanco y del colorado santiagueño que sobresalen con sus 20 metros de altura del techo arbóreo. A ellos se les suman el mistol, palo cruz, yuchán o palo borracho de flor amarilla y el itín o palo mataco.
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