Las reservas de la biosfera son lugares representativos de los diferentes ambientes naturales del planeta, en los que hay diversidad cultural y formas tradicionales de explotación sostenible de los recursos naturales.
Son espacios orientados a nuevos modelos de desarrollo. En 2013 había un total de 621 reservas de la biosfera en 117 países, 43 de ellas en España.
Desde comienzos de los años 70 la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) puso en marcha el Programa “Hombre y Biosfera” con el objetivo de conciliar la actividad humana y el uso de los recursos naturales en lo que es el actual concepto de desarrollo sostenible. Como parte de ese programa se han ido seleccionando lugares geográficos representativos de los diferentes ambientes naturales terrestres y marinos del planeta.
Las reservas de la biosfera impulsan la integración de las poblaciones locales y la naturaleza, para promover un desarrollo sostenible basado en la participación, el intercambio de conocimiento, la reducción de la pobreza, la mejora del bienestar, el respeto a los valores culturales y la capacidad de adaptación de la sociedad a los cambios.
Lo que marca la diferencia
A diferencia de otras figuras de protección, las reservas de la biosfera dan la misma prioridad de protección a los sistemas tradicionales de explotación de los recursos naturales que a los elementos naturales (ecosistemas y especies).
Los guardianes
La Secretaria del Programa “Hombre y Biosfera” se encuentra en la sede de la UNESCO en París. Su órgano de gobierno es el Consejo Internacional de Coordinación, compuesto de forma rotatoria por los treinta y cuatro países que participan en el Programa.
En España hay un comité que vela por su desarrollo dependiente del Organismo Autónomo Parques Nacionales del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Un territorio ordenado
Una reserva de la biosfera tiene que contar con una ordenación adecuada y un órgano de gestión, responsable del desarrollo de las estrategias y programas de actuación.
La ordenación de una reserva de la biosfera cuenta, al menos, con tres zonas. Las zonas núcleo constituyen un reservorio de biodiversidad. Las zonas de transición están orientadas al desarrollo de las poblaciones locales mediante criterios de sostenibilidad. Entre ambas están las zonas tampón, también llamadas de amortiguación, donde las actividades deben ser compatibles con la conservación de los valores naturales a la vez que dar servicio a la investigación, educación y conservación de modelos tradicionales de uso de los recursos.
Premio Príncipe de Asturias a la Concordia
En 2001 la red de reservas de la biosfera fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia, lo que sin duda ha representado un importante reconocimiento a su función y a su labor.
En 2013, la Red mundial de Reservas de la Biosfera comprende un total de 621 Reservas repartidas por 117 países que trabajan coordinadamente en redes regionales o temáticas.
La Red de Reservas de la Biosfera en España
Las primeras reservas de la biosfera españolas fueron declaradas en los años 70. Por aquel entonces se seguía el criterio de que estos territorios debían haber sido declarados previamente parque natural, parque nacional o reserva natural.
A partir de los años 80 se rompe esta tónica y España propone como reservas de la biosfera dos islas completas, Lanzarote y Menorca, con grandes extensiones carentes de protección, con muchos habitantes y diversos sistemas productivos.
Esto fue, sin duda, un paso gigante hacia el actual concepto de reserva de la biosfera, donde tiene la misma importancia la conservación de la naturaleza, de las tradiciones y del bienestar de la población.
En la actualidad la Red de Reservas de la Biosfera españolas cuenta con 43 territorios que recogen una gran diversidad de ambientes y relaciones hombre – naturaleza.
Las primeras reservas de la biosfera declaradas en España fueron Grazalema y Ordesa Viñamala y las últimas han sido Mariñas Coruñesas y Tierras de Mandeo, Tierras del Ebro y Real Sitio de San Idelfonso.
En Qnatur ya hemos incorporado varias, como la Reserva de la Biosfera de Doñana, la Reserva de la Biosfera de Monfragüe y la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón. Vale la pena visitarlas, no sólo por su interés natural y humano, sino por contribuir activamente a que estos nuevos modelos de desarrollo avancen.
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