Residuo Cero: Podemos Hacerlo Mejor

RETORNA es una iniciativa sin ánimo de lucro, fundada en 2009 e impulsada por diversas organizaciones de Recicladores, Consumidores, Sindicatos y Ecologistas. El objetivo final: Residuo Cero. Su principal propuesta es mejorar la actual gestión implantando un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno. Esto consiste en convertir la compra de los envases de un solo uso en un “alquiler” con fianza: en el precio inicial del producto va incluida una cantidad por el envase, de manera que cuando el consumidor lo deposita en cualquiera de los puntos habilitados para tal fin, recupera el importe.

Los argumentos para instaurar el SDDR son poderosos:

Desde el punto de vista económico, supondría reducir la importación de materia prima al utilizar en la fabricación la procedente de reciclaje. Dando al envase un valor monetario, se estimularía al consumidor a depositarlo correctamente en lugar de tirarlo a la basura común o en lugares públicos. Se ahorrarían los gastos de limpieza y destrucción de esos envases convertidos en basura, que realmente van a cargo de los impuestos.

Desde la perspectiva ambiental, la ganancia es aún más importante. Se estima que con el SDDR es posible recuperar más del 90% de los envases no reutilizables, reduciéndose en la misma proporción las emisiones contaminantes procedentes de su destrucción. Las playas, parques, aguas y espacios públicos en general quedarían libres de desechos de este tipo.

En este vídeo queda diáfanamente explicado.

Esta información es parte de una campaña muy amplia y muy apoyada por grandes sectores de la población, que finalmente consiguió ser tenida en cuenta a la hora de legislar. La Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, recoge el principio de que quien contamina, paga, y estipula que se podrá obligar a los productores a adoptar y participar en un SDDR. Los reglamentos de aplicación pero, sobre todo, las autoridades autonómicas y locales son las que finalmente lo convertirán o no en realidad.

Los SIG (Sistemas Integrales de Gestión) se encargan actualmente de la recogida, gestión y tratamiento de los envases de un solo uso (contenedores amarillos e iglús de vidrios): son entidades sin ánimo de lucro costeadas por las aportaciones de los fabricantes. Tienen su propio punto de vista, el opuesto al de RETORNA. El debate está en todos los ámbitos y foros afectados: comerciantes, consumidores, ecologistas, instituciones, partidos políticos, recicladores, fabricantes…  Es difícil acordar y establecer prioridades con tantos intereses encontrados.

Como en tantos otros aspectos de este mundo del siglo XXI, es muy complicado alcanzar un equilibrio. La sociedad cambia, y esos cambios  terminan reflejándose en todo lo demás: en la industria, en el comercio, en las leyes. Sin salir del país y hasta el comienzo de la crisis, los hábitos de consumo se habían visto significativamente alterados en los últimos 25 años. Entre otros, por factores sociológicos: los adultos trabajaban fuera y se hacía la compra mensual en el hiper; no se guisaba y se consumía mucho precocinado. La población single aumentó, gente de toda edad y condición viviendo sola, y los envases de ración o los alimentos envueltos individualmente eran muy valorados aunque costaran más. Primaba la falta de tiempo,  había dinero para pagarlo y nos daba sensación de abundancia. En estos tiempos, herederos de aquellos, la sensación es de precariedad, cuanto menos. Dar su auténtico valor a cada cosa nos hará sentir de nuevo ricos, merecedores y esperanzados.

Vamos recorriendo una espiral, y ahora estamos de lleno en un tramo oscuro y espinoso. Pero para el ser humano, superviviente nato, esto ha de ser una oportunidad de, precisamente, reciclarse: deshacerse de lo tóxico, reconvertir lo obsoleto, y RENACER.

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