Tras analizar la definición que ofrece la Real Academia Española de la Lengua (RAE), se puede conocer que resiliencia no es más que el potencial que tiene el ser humano para asumir con tranquilidad las situaciones que pudiesen ser exasperantes, pero que no se convierten en una limitación para sobreponerse a ellas.
Sin embargo, en el campo de la psicología, el concepto de resiliencia toma otra valor importante, ya que se asume como aquella capacidad para afrontar o soportar cualquier crisis que generalmente son traumáticas; pero que al pasar la tormenta resultan beneficiosas para el crecimiento personal.
¿Que es la resiliencia?
La resiliencia en su máxima expresión habla de la nueva estructura de los recursos mentales y psicológicos ante nuevas necesidades y circunstancias que se presenten en el camino. Así que, las personas que son resilientes, además de tener la virtud de poder sobreponerse a las diferentes adversidades que se presenten en su vida, pueden dar un paso más y tomar dichos acontecimientos para desarrollar un potencial.
La persona resiliente no vive rodeado de quejas ante una vida dura o complicada, sino que asume los momentos difíciles como parte el proceso normal y natural a los que puede enfrentar. Por ende, no es más que un método positivo y diferente para ver la vida; pues este optimismo les permite ser conscientes que la calma llegará después de la tormenta.
Incluso, tanto puede ser la buena actitud que, quien es resiliente disfruta de una buen sentido del humor y suele sorprender al resto en medio de las dificultades, lo que hace cuestionarse sobre cómo es posible sonreír ante un panorama tan gris.
¿Cómo se puede ser más resiliente?
Cabe destacar que no se trata de una cualidad empírica o innata en el ser humano. Es decir, no está presente al nacer ni mucho menos en nuestros genes; aunque sí puede existir una especie de tendencia genética el hecho de contar con un carácter pasivo. Pero, lo interesante del tema de la resiliencia es que puede ser desarrollada por cualquier persona a lo largo del camino, sin importar la edad ni las circunstancias.
Existen personas que hacen suya la resiliencia porque han sido sometidos a un enseñanza calmada y tranquila; con resiliencia, por lo que han tenido un ejemplo a seguir. Mientras que otros, han logrado ser seres resilientes por sí solos con ayuda de algunas circunstancias de la vida. Lo que quiere decir que, todos disponemos de la capacidad de ser resilientes, solo sí realizamos cambios notorios en los hábitos cotidianos.
Aquí es donde aplica muy bien la famosa frase de que, no hacen sino que se hacen, con relación a la persona resiliente; pues ha sido víctima del fracaso, de frustraciones, de problemas, pero estar al borde de tales problemas lo ha impulsado a desarrollar habilidades interesantes para seguir adelante con los retos del día a día.
¿Cómo saber si una persona tiene resiliencia?
Posee consciencia de sus limitaciones y potencialidades
Cuando una persona se conoce a sí misma, es mucho más fácil que pueda enfrentarse a los problemas, pues usan tal capacidad a su favor, porque conoce desde sus fortalezas hasta sus habilidades, al igual que los defectos y limitaciones. Esto ayuda a la persona resiliente a trazar objetivos realistas que abarquen sus deseos y sueños, pero también aquellos recursos con los que podrá salir adelante.
Tiene creatividad
Una persona con capacidad de disfrutar del arte de la resiliencia no se enfoca únicamente en pegar al vaso roto y dejarlo así, pues va un poco más allá y busca transformar su apariencia, con un mosaico por ejemplo, todo para aflorar algo llamativo y creativo de lo que pudo ser una ruina.
Confía en sus capacidades
Como ya poseen un conocimiento previo de sus limitaciones y cualidades, entonces la persona resiliente aprende a confiar en sí mismo y en lo que puede hacer. Además, todo ello le ayuda a la persona resiliente a no perder de vista sus objetivos, así como tener la seguridad de que podrán cumplir con eso y más. Claro, también están muy conscientes de la relevancia del trabajo en equipo y están abiertos a recibir ayuda cuando es necesario.
Asume las dificultades como una oportunidad para aprendizaje
La mayoría de las personas experimentan problemas que desmotivan y causan mucho dolor, pero al tratarse de alguien resiliente, tal dificultad pasa a ser un verdadero aprendizaje para no caer en el camino. A raíz de tal situación, crean el ambiente ideal para generar cambios en su vida, en su actitud y hasta en su personalidad, todo para que sea posible crecer y aprender de los errores.
Capaz de aceptarse plenamente
La resiliencia le permite a la persona disfrutar de aceptación plena, por lo que viven el presente en su máxima expresión; entendiendo que el pasado ya no es una prioridad y el futuro no les genera mayor incertidumbre o preocupación. Así que aceptan lo que les toca vivir sin buscar desniveles, únicamente se enfocan en sacar el máximo provecho a la situación para disfrutar de los pequeños detalles que esconden gran valor.
Vive con objetividad sin perder el optimista
Son seres muy objetivos gracias a que conocen cuáles son sus capacidades, limitaciones y alcances reales, pero siempre de la mano con una actitud optimista; ya que no pierden de vista que siempre existe algo positivo en cada reto.
Se rodea de personas con actitud positiva
Aquellos que practican el arte de la resiliencia aprenden a cultivar buenas amistades, generalmente con las mismas características; por lo que se rodean de esa actitud positiva de las personas y se alejan de aquellas que puedan ser perjudiciales para mantener su resiliencia. Además, estas relaciones les permitirán apoyarse entre sí cuando se vivan situaciones mucho más difíciles.
Controla sus emociones
El estrés siempre se ve asociado al querer controlar cada aspecto que sucede en la vida, por lo que al no lograrlo la culpabilidad siempre toca la puerta. Pero, en el caso de la persona resiliente, conoce que no vale la pena controlar todo y cambiar la realidad, sino más bien mantener el control de las emociones.
Es flexible ante los cambios
Aunque la persona con resiliencia tiene claro lo que va a lograr, también cuenta con la flexibilidad sufiente para modificar sus planes y cambiar las metas si es necesario. Es decir, al ser resilientes están completamente abiertos a los cambios y analizar nuevas alternativas, sin verse limitados a una sola salida.
Cumple con su propósito
Con relación al punto anterior, no quiere decir que tengan sumisión para renunciar a las metas u objetivos que tengan; pues al contrario, afloran una excelente capacidad de perseverancia y lucha por lo que desean lograr con la motivación correcta para mantenerse firmes hasta el final.
Afronta los momentos complicados con humor
Pueden sonreír, hacer una broma o hasta reírse de los problemas mientras están sucediendo, ya que el humor representa un aliado vital para mantener el optimismo a tope, permitiendo así que el enfoque en los aspectos positivos sea esencial.
Busca ayuda y apoyo social en los otros
En el momento en que una persona resiliente pasa por un momento traumático, la necesidad de superación lo motiva a buscar ayuda y apoyo, entendiendo la importancia que esto puede tener en su vida.
Características principales de la resiliencia
- Detectan rápidamente las causas del problema.
- Controlan bien sus emociones.
- Mantienen la cama ante los episodios de mucha presión.
- Tienen una visión realista.
- Confían plenamente en lo que son y lo que pueden hacer.
- Disfrutan de empatía propia y con los demás.
- Pueden auto-motivarse.
- Actúan inmediatamente sin esperar que lleguen malos pensamientos.
¿Los niños pueden ser resilientes?
Para que los pequeños de la casa puedan afrontar los problemas circunstanciales de la vida de la mejor manera, es importante que cada niño pueda construir un ambiente de resiliencia; por lo que el ejemplo resulta vital para lograrlo con éxito.
Claro, no se trata de evitarles la caída o los golpes; sino más bien de enseñar a levantarse con optimismo, y eso va de la mano a que los padres confíen plenamente en el niño. Tampoco es lo correcto exponerlo a escenarios complicados para que puedan aprender.
Pero, con pequeñas acciones se puede colaborar para que los niños disfruten de la capacidad de la resiliencia, como por ejemplo; al pasar por una situación complicado, tener la disposición de preguntarles: ¿qué aprendiste de lo que te pasó? ¿Ves algo bueno en todo lo malo que sucedió?
Esto les ayudará a los niños a visualizar un panorama de oportunidad aunque no todo haya salido bien, siempre con empatía, optimismo y confianza. En todo este proceso el apoyo familiar, sobre todo el de los padres, es fundamental para afrontar cualquier dificultad con la debida confianza.
Ciertamente no es una tarea fácil, ni para los niños ni para los adultos, pues muchas veces la parte emocional puede apoderarse del organismo y evitar que la visión sea clara y positiva. Sin embargo, como ya lo mencionamos al principio no es una tarea difícil ni imposible, con dedicación, la motivación correcta y esfuerzo, se abre la posibilidad de lograr ser una persona con resiliencia.
Consejos para tener resiliencia
Para llegar a ser resiliente, es importante trazar algunas metas claras y sencillas en el día a día, esto permitirá que poco a poco la capacidad de ser resiliente sea algo normal y cotidiano, no sólo para ti sino también para el entorno que te rodea. Estos son algunos consejos que puedes tomar en cuenta:
- Confía en lo que haces y puedes lograr.
- Fomenta amistades de calidad con buenos valores.
- Anímate a realizar cambios.
- Analiza 3 factores positivos en cada problemas que vivas.
- Busca compañía en momentos difíciles.
- No pienses en el por qué sino en la solución.
- Plantea metas y realistas que puedas cumplir diariamente.
- No te cierres a otras alternativas de solución ni ayuda.
- Evita auto-confrontarte y convertirte en un enemigo personal.
- Actúa con determinación y decisión.
Además de todo ello, es importante tomar en cuenta los factores que sostienen la resiliencia, como son:
- Las relaciones familiares que se fomentan en la buena relación de confianza, apoyo personal y comprensión, permite que la persona que desea aumentar sus niveles de resiliencia se sienta con la capacidad correcta.
- El tener una visión realista, sin caer en extremismos positivos o negativos, ayuda a visualizar soluciones factibles sin fantasear en cosas imposibles.
- Al disfrutar de autoestima propia es fundamental para que la persona no se estanque en el querer seguir desarrollando resiliencia en su vida, ya que se sentirá respaldo consigo mismo.
- La inteligencia emocional es la base principal de ser resiliente, que a pesar de requerir mucho trabajo y esfuerzo, permite que se conozcan las capacidades y limitaciones frente a las dificultades.
Al seguir estos consejos, se estará mejor preparado para afrontar no solo los problemas que se presenten en el camino; también la oportunidad de aprender, crecer y disfrutar de un panorama claro, optimista y positivo del porvenir. Además, permitirá que la persona encaminada a la resiliencia se sienta fuerte y capaz para seguir.
Cabe destacar que la importancia de desarrollar una capacidad como la resiliencia, así como puede ayudar personalmente a tener un mejor actitud frente a la vida, mejora en gran manera el bienestar del organismo, evitan el estrés, las preocupaciones, y por ende; las enfermedades consecuente que pueden sobrevenir.
Así que al comenzar a observar las cosas desde otra visión o perspectiva, automáticamente los problemas van a empezar a cambiar, no para desaparecerse por sí solos, sino para contar con una apariencia sin tanta presión, angustia o preocupación. Incluso, la manera de ver las cosas puede cambiar tanto, que hasta podrás disfrutar del proceso mientras sonríes plácidamente.
Si después de leer toda esta interesante información aún consideras que no puedes llegar a ser una persona capaz de ser resiliente, no olvides que todos podemos desarrollar la resiliencia en su máximo esplendor.