Revista Libros
Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com
Inédita Editores, Julio 2010
Género: Novela
392 páginas
Año 1782. Los apaches han atacado la población de Tucson. El capitán Allande, al mando de la guarnición, comprende que la actuación de los indios en esta ocasión es distinta a las anteriores.
Los apaches tienen un nuevo jefe y ya no se limitan a robar o a secuestrar a alguna joven, ahora quieren expulsar a los españoles del territorio. Y es algo que éstos no están dispuestos a consentir.
* * *¿Qué había antes del western? Porque los territorios de Arizona, Nuevo México o Texas no brotaron de la nada el día en que el primer yanqui sacó un revólver y se lió a tiros con los pieles rojas. Los españoles ya estaban allí, protagonizando los primeros episodios del Salvaje Oeste. Y Alber Vázquez ha recreado uno de ellos en esta novela.
Lo primero que llama la atención al adentrarnos en su lectura, es el estilo con el que está escrita. Vázquez ha optado por presentarnos la historia desde el punto de vista de los españoles, de los militares y colonos asentados en Tucson, en la frontera del virreinato de Nueva España. Una zona hostil e inhóspita y una vida más que dura para un puñado de personas que tratan de sobrevivir a toda costa.
Lo más asombroso es el tono que utiliza, como si el autor fuese contemporáneo de sus personajes y expusiera sus opiniones acerca de los indios: seres sin alma, salvajes que no son capaces ni de comunicarse, gente vaga y ruin que no sirve para trabajar y que sólo sabe robar, personificaciones de Satán… y todo un sinfín de expresiones peyorativas acerca de los apaches muy en consonancia con la época y con el modo de pensar de aquellos tiempos. A veces incluso utiliza la segunda persona, increpando al propio lector, que se siente irremediablemente unido a la narración y que la sigue con deleite.
Los indios no tienen voz, apenas si tienen rostro, y son los españoles, especialmente los militares, los que llevan el peso de la trama. Una trama bien construida, bien estructurada, con un ritmo magnífico, equilibrado, cierta dosis de humor ácido y mucha aventura. Si a todo ello le añadimos una prosa incisiva, cínica en ocasiones, dura y contundente, tenemos como resultado un libro que te engancha desde la primera línea, que te sacude y que te hace vibrar.
La ambientación es magnífica, cuidada en los detalles, los personajes tienen mucha fuerza y la atmósfera es capaz de transmitir ese miedo que sentían los habitantes de Tucson ante los posibles ataques de los apaches.
Una estupenda recreación histórica en la que es un placer zambullirse.