Resistencia pasiva

La voz del pueblo cuando carga, es peligrosa (Esquilo)

Indignados. Fotografía: Luis Pérez Armiño


 El Estado es el único capacitado para ejercer la violencia de una manera institucionalizada. Para llevar a cabo dicha misión, dispone de sus propios instrumentos que puede manejar como más le convenga. Puede articular una legislación restrictiva que imponga trabas legales o que imponga obligaciones fiscales, sociales y económicas desmedidas, aun a costa del bienestar de sus propios ciudadanos. El Estado dispone de medios coercitivos para imponer sus resoluciones, como la aplicación de un sistema judicial ante todo injusto o la imposición de formas de pensamiento único a través de medios de comunicación manipulados a nómina. Como último recurso, dispone de agentes especializados en contrarrestar cualquier forma de oposición mediante el uso de distintas formas de violencia legal. El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha presentado toda una serie de medidas de reforma del Código Penal cuyo objetivo es la criminalización de cualquier forma de oposición ciudadana. Incluso, la resistencia pasiva ante las brutales agresiones de las fuerzas de seguridad podrá ser considerada como un delito contra la autoridad.
¿Para qué nos están preparando?
En estos momentos, me acuerdo de aquel pobre infeliz Ravachol cuando, sabiéndose ya condenado a muerte, se defendía con sabias palabras: “Destruir la miseria, este germen de crimen, asegurando a cada cual la satisfacción de todas sus necesidades… (Leer más)”