No es necesario coger el bolígrafo a la hora de hablar de contratos. Este consejo se refiere a contratos, pero también a acuerdos, compromisos, promesas y similares. Cuando damos nuestra palabra debemos de cumplir. Si no los demás no creerán en nosotros y nosotros acabaremos no creyendo en nosotros mismos. Esto ocurre en ocasiones con los niños, les amenazamos con que si no hacen tal cosa ocurrirá tal otra y si al final no cumplimos con lo dispuesto, otras veces no nos creerán. Como todo, no hay que ser radical. Quiero decir que en alguna ocasión hay que romper compromisos. ¡No te vas a casar con un novio que ha resultado ser un peñazo! ¡No vas a continuar toda la vida en un trabajo que te está machacando! Este consejo lo que nos dice es que es mejor mantener nuestra palabra, que no podemos ir diciendo que vamos a hacer y luego hacer lo contrario o no hacerlo. Cuando cumplimos nos sentimos satisfechos y los demás descubren que pueden confiar en nosotros. El consejo 27 de Gurdjieff a su hija fue:
Respeta los contratos que has firmado