Revista Maternidad
Sonsoles de Respetar para Educar escribió un maravilloso artículo sobre un tema complejo y difícil Abusos Sexuales. Recomiendo totalmente su lectura, es muy concreto y muy claro. Por mi parte, como siempre con sus artículos me dejo pensando y reflexionando.
Creo que para la vida en general y para casos como este en particular, es vital transmitirles a nuestr@s hij@s (esto es enseñarles desde la vivencia) que su NO vale, que lo escuchamos y sobre todo lo respetamos.
Es muy común que l@s adult@s desestimemos a l@s niñ@s, sus pedidos, sentimientos y/o deseos por considerarlos “pequeños”. Es como si actuáramos movidos por la creencia que la vida de verdad, la seria, la importante empieza cuando te haces adult@, mientras eres niñ@ todo es superfluo y poco trascendente. Lo que se nos olvida es que las experiencias primarias, las de la infancia, son las que forman la idea de lo que podemos esperar de “la vida”. Son estas vivencias las que determinan como nos relacionaremos con y en el mundo… ¿cuántos adult@s conocemos (incluso somos) que consideran que no son importantes, que sus pedidos no serán escuchados, que para que se desgastan si total nadie los va a escuchar o apoyar?
De la misma manera que desestimamos sus pedidos, sentimientos y/o deseos lo hacemos muchas veces ante sus negativas, incluso a veces he escuchado a adultos reírse de los NO de l@s niñ@s, como si fuera algo muy gracioso. No niego que a veces a mi, ciertas situaciones con Kyara me generan ternura y sonrisa, pero me pregunto ¿qué mensaje les estamos transmitiendo si ante sus negativas nosotros no reímos y lo que es peor las ignoramos? En lo pequeño está lo grande, en lo cotidiano lo extraordinario, es una de las tantas mentiras que nos contamos creer que podemos respetarl@s en lo que importa e ignorarl@s en lo superfluo, primero porque no existe eso de lo importante y lo superficial mucho menos en materia de amor y respeto (en lo pequeño está lo grande, repito) y segundo, porque en todo caso quien debe marcar esa diferencia es quien vive la situación no su observador, tendría que ser el niño quien dijera “esto no es importante” no nos compete a nosotros los adultos con nuestros juicios y prejuicios hacer esa interpretación. Creo sinceramente que comportarnos de esa manera es un acto de violencia que ejercemos sobre ell@s.
¿Cuántas veces l@s llevamos a rastras por encima de sus NO? ¿Cuántas otras l@s vestimos entre llantos y gritos? ¿En cuántas oportunidades ante su negativa l@s tildamos de egoístas, caprichosos, malcriados? ¿Cuántas comidas han terminado en batalla campal? ¿Cuántas veces ni siquiera registramos que dijo NO? Entiendo que existen muchas situaciones donde necesitamos de su SI aunque no estén de acuerdo, pero por lo menos que medie el diálogo, que medien las explicaciones y sobre todo la escucha. Que no sea: “es así porque yo lo digo”, démosle espacio a su NO, a expresar su inconformidad. Y también démonos el espacio para evaluar cada situación concreta, para determinar si verdaderamente en esa ocasión es SI a todo a costa o somos nosotr@s quienes podemos cambiar de parecer o si incluso podemos llegar un plan b.
Tristemente, en muchas oportunidades l@s niñ@s dejan de manifestar su negativa no porque estén de acuerdo, si no porque les hemos hecho entender que no sirve para nada, que no tiene ningún sentido, que ya pueden gritar, llorar y patalear su NO, no vale. Y lo siento, pero l@s niñ@s, no tiene porque entender nuestra escala de prioridades y la tabla según la cual ahora te escucho, ahora te ignoro (una escala que considero una excusa además), para ell@s simplemente l@s hem@s ignorado, su NO, no fue siquiera escuchado, para que seguir intentándolo, “si total mamá y papá me aman más cuando soy buen@ y digo a todo que SI”
Es lo mismo que defendemos en asuntos de abuso sexual en adult@s, un NO es un NO, no es tal vez, ni a lo mejor, muchos menos es si, es NO, aunque a nosotros nos parezca que no es importante ni legitimo, que es un tontería. Si les enseñamos a l@s niñ@ desde la vivencia y en las situaciones cotidianas que su NO vale, sentirán seguridad y sobre todo vía libre para decirlo cuando estén en situaciones de peligro. Van a sentir que tiene sentido hacerlo porque la experiencia les ha demostrado que son escuchad@s y tenid@s en cuenta cuando lo hacen. Y si en una situación concreta no reciben este trato sabrán que han sido irrespetados y violentados, lo más seguro es que buscarán amparo allí donde lo han encontrado.
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