Respeto: Camino hacia la convivenciaPor: Luis Oswaldo Bernal correaLicenciado en filosofíaIntroducción a una perspectiva.La convivencia no es un valor, no es una condición… es un resultado. No hablamos de convivencia cuando vemos personas viviendo unas junto a otras, no hablamos de convivencia cuando vemos familias cada una en su casa y cenando juntas. La convivencia, tampoco es un objetivo como si fuera algo que pudiera alcanzarse simplemente con trazar un plan, unas metas y poner manos a la obra.
La convivencia como tema de estudio es relativamente reciente; no obstante, lo que subyace al tema de la convivencia es el debate del “reconocimiento del otro”; la “Otredad”; la “Diferencia” y puntualmente, todo esto se encarna en el “Otro”, ese otro que lo reconozco gracias a sus diferencias especificas y particulares.
En el marco de reflexión sobre “cómo relacionarme con el Otro” aparecen temas como el de la tolerancia, el de la aceptación, el de la igualdad, el de los Derechos y los Deberes, el de la comprensión, la interculturalidad, la globalización, la identidad, entre otros. Ahora bien, estos temas se entrelazan de manera tan particular que intentar abordarlos completa y profundamente aquí sería sencillamente imposible, pero precisamente la complejidad e importancia que entrañan estos temas para la construcción de la realidad humana me impelen a describir uno de los puntos básicos para posibilitar la convivencia: EL RESPETO.Elementos de una perspectiva de la Realidad HumanaLa convivencia, como señalé, no es sino un resultado, pero a su vez es uno de los mejores resultados que podemos esperar. Es fruto de una perspectiva que se convierte en actos, no es que en el mundo haya “buena” o “mala” convivencia, sino que en la práctica “hay o no hay convivencia”.Esto implica que la convivencia es un resultado magnífico fruto de una perspectiva que comprende el mundo y las diferencias allí expresadas como elementos sobre los cuales podemos llegar a acuerdos, lo que implica que no asumimos posturas privilegiadas para relacionarnos con otras personas creyendo por principio que tenemos la razón y que otros no. Ahora bien, tampoco esta perspectiva acepta que “todo vale” o que “todo se acepta” por el simple hecho de que otro lo diga.Esta perspectiva está en construcción, y de hecho, no tiene ni siquiera 100 años, esta perspectiva es la “realidad humana”. Resulta desconcertante para muchos reconocer que los seres humanos tal como los conocemos hoy, libres, autónomos, con derechos, con deberes, iguales y a la vez diferentes, hombres y mujeres, no hayan existido con toda la potestad y las cualidades que hoy reconocemos en nosotros mismos sino hasta la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Fue hasta conocer los efectos macabros de la II Guerra Mundial que se optó hacer esta declaración intentando establecer límites a la manera como nos comprendemos, y por ende, a la manera como actuamos entre nosotros.La realidad humana concebida en los DDHH[1] se basa en la esperanza de que como seres humanos nunca más llegaremos a justificar la eliminación de otro miembro de nuestra especie por creerlo diferente y de menor valía, por eso la declaración señala, los que para mí son los parámetros de esta perspectiva de comprensión de la Realidad Humana.Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros
Artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
Artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos HumanosEl primero señala nuestra igualdad, y los parámetros de igualdad: razón y conciencia. Que nos permitirán reconocer en el otro a un igual sobre el que no tengo potestad especial, así como él tampoco la tiene sobre mí. Y acto seguido, el segundo artículo señala lo que todos conocemos…nuestras infinitas posibilidades de ser únicos, de ser Diferentes.Ahora bien, la convivencia es el resultado de una perspectiva que se alimenta de libertad, responsabilidad, derechos, deberes...de muchos rasgos que se han ido construyendo y que se siguen construyendo día a día… con actos como esta celebración virtual de la Convivencia.Por esto, y reconociendo que la convivencia es un resultado magnífico de lo que nuestra naturaleza puede crear, pero a su vez recordando que no hay formulas mágicas dada la mutabilidad de nuestra naturaleza, es preciso señalar un elemento básico en la perspectiva de la que he venido hablando, un acto cotidiano que nos ayudará a construir la realidad humana que esperamos: EL RESPETO.RESPETO como actitud básica y necesaria.Hoy se profesa la tolerancia porque sí, porque no, porque somos iguales, porque somos diferentes…pero lo cierto, y lo dejo apenas enunciado es que la tolerancia también es un resultado, y bien entendida es un resultado favorable.Pero sólo llegaremos a niveles profundos de compresión del otro y sus diferencia si decidimos actuar con RESPETO. El respeto, contrario a lo que muchos afirman, no es algo que se “gane”. No. Ni tampoco es algo que se merezca. No. Por el contrario, el respeto es algo que se otorga, pero no al otro, es algo que nos otorgamos a nosotros mismos y que enriquece nuestra perspectiva, y que enriquece la perspectiva de los otros.El respeto es una valoración gratuita y positiva que hacemos del otro sólo por el hecho de existir. Independientemente de que el otro nos agreda, nos ofenda, nos moleste o no nos agrade…el respeto debe primar como parte de nuestra visión.Así las cosas, el respeto debe convertirse en un principio que esté más allá de aquellos actos en los que creemos que “nos han perdido el respeto”, porque las actitudes básicas que tenemos hacia nosotros mismo y hacia los otros no deberían estar sujetas a situaciones particulares en las que nos veamos afectados negativamente.Respetar, entonces, es un punto de partida para llegar a la convivencia con los otros seres humanos. El respeto se construye cotidianamente, es un actitud, no un “gen” de nuestro genoma, es frágil como la libertad y la justicia. El respeto es tan valioso que puedo discutir con otras personas hasta la saciedad, incluso tener peleas profundas con personas que tienen puntos de vista distintos a los nuestros, y aún así el respeto permanecerá.La libertad, el respeto y la responsabilidad son perspectivas, maneras de comprender el mundo, a los otros y nuestros actos. Son manera de Existir que se consolidan día a día, y que de mantenerse servirán de base para la convivencia entre personas.Pregúntense si hay alguna situación de genuina convivencia en la que el respeto no esté presente, y descubrirán que es el pilar de la convivencia, y la paz que le es propia.Finalmente, comparto con ustedes una de las más sencilla e imponentes expresiones de respeto que conozco: “No estoy de acuerdo con nada de lo que dices, peroestoy dispuesto a dar mi vida por defender elderecho que tienesadecirlo. (Voltaire)
La pregunta final que les hago apreciados lectores es: ¿Qué acto o situación no podríamos respetar bajo ninguna circunstancia?
[1] Existen claros y conocidos antecedentes legales de los DDHH, no obstante, ninguno se compara en su amplia visión y en la repercusión sobre el mundo que los sucedieron.
Referencias Imágenes:http://sgm.galeon.com/logosgm.jpghttp://contraelfascismo.files.wordpress.com/2008/10/respeto.jpghttp://blog.espol.edu.ec/vicenteriofrio/files/2009/09/respeto-para-blog-tabla.jpghttp://www.metanoia-nea.com.ar/blog/images/stories/6billones(3).jpghttp://www.infolibres.com/wp-content/personasdif.jpghttp://saladehistoria.com/wp/wp-content/uploads/2009/02/las-cruzadas.jpg