Hace algunos meses que se vienen juntando firmas a favor del parto domiciliario. Entre tantas otras cosas, se pide considerar la libertad de elegir, se pide respeto.
También se está movilizando mucha gente para combatir el maltrato obstetrico, porque las mujeres por parir y los bebes por nacer tienen derecho a ser tratados de forma amable, cariñosa y respetuosa.
Entre las cosas que nosotros buscamos para la crianza de nuestro cachorro es que lo respeten como ser individual.
Durante años me sentí combatida al decidir no comer carne. Era mi decisión, por gusto, por opción, muchos se sentían nunca-entendí-porque-mal y me atacaban, pasando por alto mi derecho a elegir.
Una de mis grandes amigas inició los trámites de adopción, junto a su marido. Ella en poco tiempo se encontró con una cantidad enorme de comentarios que discriminan su decisión y no la respetan.
Con el nombre de nuestro cachorro, una persona a la que apenas conocíamos nos dijo con la mejor desubicación "le arruinaron la vida".
En algunas situaciones pedimos que nos traten con el respeto que merecemos. En otras lo exigimos. Otras tantas veces, lloramos en privado las faltas de respeto hacia nuestras decisiones, nuestros gustos.
Creo que el respeto de pide y se enseña. Y que la sociedad en la que vivimos lo perdió. Si, creo que perdió todo el respeto que podía tenerle a muchas cosas. No se respetan las normas de tránsito, no respetamos a nuestro prójimo, no respetamos a las otras formas de vida. ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar la diversidad? No solamente somos diferentes por características físicas, también lo somos por nuestros pensamientos y gustos.
Mi mamá toda mi infancia me repitió que cada uno era importante y diferente. Y que eso era valioso. Para mi todo ser vivo es importante y debe ser respetado.
El respeto es entender las decisiones del otro. Nos gusten o no. Hablando de decisiones coherentes con la convivencia, claro. Cada quien es dueño de si mismo. Cada uno debería tener la libertad de poder expresar cómo es.
Tal parece que cada vez más en nuestra sociedad esto está mal visto. Si decidís por vos mismo, los demás te sienten equivocado, te combaten, quieren que vuelvas al rebaño. No entienden tu decisión, no la respetan, se burlan, te dan discursos angustiantes y amenazantes "por tu bien", te exigen cambiar o te tratan de loco. ¿Es realmente tan difícil entender que el otro es otro?
Soy vegetariana, usamos fular, no queremos un mega cochecito de bebe, usamos pañales lavables, mi hijo tiene un nombre quechua, no quiero tener un auto, estamos armándonos una huerta, hacemos compost, hago las compras y llevo mi bolsa o el changuito, hay productos que no consumimos, no vemos la tele, me gusta vestirme de colores, me gusta hacerme la comida... soy diferente, igual que cualquiera de ustedes. Creo que es un lindo ejercicio diario ver las diferencias y valorarlas. Aceptarlas y respetarlas.
Les dejo para que disfruten una canción de Georges Brassens "La Mala Reputación"