Revista Cultura y Ocio
Con estos anticiclones que nos sorprenden en pleno invierno, los alérgicos lo tiene claro y los de nueva generación, aun peor. Personas que hasta ahora disfrutaban de la primavera oliendo flores, paz y amor, acuden ahora a las desbordadas consultas de los alergólogos pidiendo a gritos un antihistamínico eficaz, cada vez lo son menos. Los síntomas han empezado más pronto que nunca. En enero ya tuvimos los primeros sustos, en febrero, cuando los arbustos florecen, vuelven más virulentos si cabe. Pero no todo es polen lo que ahoga. El debate de la contaminación atmosférica está que arde aunque Ana Botella se escaquee diciendo que lo que verdaderamente asfixia al ciudadano es el paro y no la contaminación aunque conociendo las perlas verbales de esta señora, acuérdese de las manzanas y las peras en referencia a las parejas gay, pues eso ni caso pero mientras tanto ella desaparece mientras en Madrid no se puede respirar. En fin esta semana las cifras y las fotografías que las corroboran, sobre el nivel de contaminación de nuestro país debe preocuparnos y mucho. Más cuando se intentan ocultar estos datos cambiando de sitio las estaciones de medición a otras zonas menos congestionadas o simplemente diciendo que no hay ningún problema cuando en Madrid por ejemplo ves a policías locales con mascarillas puestas. Valencia no se salva y Castellón tampoco. Figuran picos de contaminación incluso peores que los de Madrid o barcelona en zonas de la capital y en provincias, en Almassora, en Onda, en la Vall d'Alba... El Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea nos da el toque. una denuncia a España por no controlar ni tomar medidas eficaces para reducir los altos niveles de contaminación atmosférica actuales con altos riesgos para la salud humana. Vamos, que no hemos hecho ni caso. Problemas respiratorios, cardiovasculares cánceres, disminución del funcionamiento pulmonar...Las borrascas atlánticas prometen limpiar la atmósfera pero no es la solución. No le das importancia al aire que respiras hasta que un día vas y te ahogas y de golpe, te conviertes en un alérgico más, como poco.