La Responsabilidad Social Corporativa no es un concepto vano de obligado aprendizaje memorizado que puede ser repetido hasta quedar implantado como aquella máxima que saca de varios apuros.
La Responsabilidad Social Corporativa parte de una necesidad imperiosa de cumplir con los criterios que precisa el mercado para tener la certeza de que tu proyecto tiene intención de permanecer en la comunidad como un miembro influyente de la misma.
La Responsabilidad Social Corporativa es:
- Un concepto que debe convertirse en acción.
- Una acción que debe cumplir con un código de conducta.
- Un código de conducta que debe convertirse en acciones.
- Las acciones deben implementarse para convertirse en herramientas de relación y comunicación.
- La herramienta debe ser útil construyendo Reputación.
- Y una Reputación, un concepto, que se construye a si mismo como Valor de Responsabilidad Social Corporativa.
La implantación de la Responsabilidad Social Corporativa, en todos los equipos de trabajo, requiere de la desestimación de viejos procedimiento y el cambio a nuevas estructuras. El concepto del empleado, precisa de revisión constante hasta que, los hábitos perniciosos, desaparezcan por completo y así, lograr la consecución de una Imagen de Marca correcta.
Si un empleado debe asumir la mecanicidad para la ejecución de sus tareas, un embajador, debe asumir su tarea como un núcleo que estará expuesto a millones de interferencias que obligan a ejecutar acción en pleno movimiento.
Lograr el tipo de fidelización que se precisa para cumplir con los requisitos que sostendrán un Valor de Responsabilidad Social Corporativa óptimo, no se lograrán encontrar en aplicación de formulaciones de aprendizaje académico, no hay forma académica real que pueda lograr la implantación de conceptos a la realidad cotidiana, si ésta no es estructurada en función de la experiencia que aporte al que aprende la posibilidad real de comprobar los beneficios reales que le genera de forma personal y le ayude a desarrollar las habilidades y las capacidades necesarias para que pueda gestionar esos conocimientos generando nuevas formas de aplicación a la tarea o encuadre preciso.
Es reto, pues de los gestores de Responsabilidad Social Corporativa en colaboración directa con el dpto de Branding los que deben encontrar estructuras de formación que no figuren solo, en papel, con resultados de éxito. Para que una fórmula pueda ser considerada beneficiosa debe cumplir con los parámetros que incluyen un aprendizaje teórico, un espacio que provoque in site, un darse cuenta de que lo anterior no tiene valor ante el valor encontrado, un entrenamiento que ayude a mecanizar las nuevas fórmulas, un desarrollo de las capacidades que les ayudarán a diseñar, gestionar e implantar lo aprendido en tareas concretas y la habilidad máxima de expresión y comunicación de todo el proceso acometido, en función, de la consecución de sus objetivos y es este un reto, que ha de ser conseguido, en todos y cada uno de los departamentos que conforman el tejido empresarial del modelo de negocio.
El departamento de Branding, además, debe asumir que todo este proceso lleva a la plaza en la que la gestión de talento es su máxima prioridad y el diseño de espacios de comunicación bidimensional que les ayuden a generar el encuadre correcto de forma constante, la única forma real de gestión que debe esforzarse en crear.
Potenciar la creación de talento y la gestión de talento real, es el objetivo prioritario de todos aquellos proyectos empresariales que están en vías de creación de estructuras para la consecución de Valor de Responsabilidad Social Corporativa.