"bemsalgado dijo...
Amigo José, cada día un poco más cuanto mejor te conozco.
Yo no me siento orgulloso por nada, no tengo motivos por lo que he hecho, cuanto más por algo en lo que no me cabe mérito alguno, como es el lugar en que vi la luz, la familia en que me nacieron, o el lugar donde comencé a andar y aún vivo, aunque a todos ame porque son los míos. Y no me siento parte de lo que se conoce por el éxito (¿qué m. se entiende por éxito?) alcanzado por quienes me rodean en cualquiera de esos ámbitos, y en cambio próximo de ellos en sus males, que también son los míos.Soy gallego, sin añadidos. Ni necesito ser otra cosa, ni mucho menos reniego de serlo. Por qué había de serlo, por qué me lo niegan. Pero lo cierto es que casi exclusivamente entre catalanes, vascos y gallegos, en diferentes grados, se entienden del mismo modo estas cosas. ¿Por qué con el resto no? No me parece tan difícil.
Dicho lo cual, amigo, cuántos españoles como tú harían falta para que todos nos sintiéramos y quisiéramos ser lo mismo, como quiera que eso se llamase, como construcción colectiva. Contigo ya lo somos. Y cuanto me alegra y agradezco, que te manifiestes como lo haces.
Alguien, no sé quien, afirmó que “el problema de España eran los españoles”. Conociendo a gentes como tú creo que es todo lo contrario, el problema de los españoles, es España.
Ayer, justo después de ti, metí el siguiente comentario en Público, relativo al rechazo del TS de la inscripción de SORTU:
“ETA existe, y dios y el diablo, también, y existirán siempre, hasta el final de los tiempos.
Cada día, reencarnada en cada vasco integrante de una lista electoral que no esté bajo el amparo de las siglas PP / PSOE, porque ETA tiene tantos planes diabólicos como letras el alfabeto, y cuando lo haya agotado, continuarán con el alfabeto árabe, el chino.....
Por los siglos de los siglos. AménPalabra de Oreja. Te alabamos señor al oído.”
Desde la ironía, pretendían poner en evidencia a quienes parecen interesados, y desde que miserables intereses, en que ese problema no encuentre vías de solución, encarnados de forma ostensible por la mayor Oreja del Reino, que cuando no oye, inventa.
Bien, pues tuvo más votos negativos que positivos. Que le vamos hacer.
Un abrazo
PD. Ayer te envié un correo. Supongo que lo habrás leído.
28 de marzo de 2011 18:27".Creo, Bemsalgado, que tengo muy pocos amigos, pero que éstos son muy buenos, de modo que la calidad compensa, de sobra, la cantidad, de tal modo que no tengo más remedio que escribir una de dos cosas, "dios, qué buen vasallo si obiera buen senyior", o algo así, o también: "caramba, bem, si no existieras yo no tendría más remedio que inventarte, porque nunca nadie me había tratado tan bien como tú".Casi todos los día, me acosa la idea de dejar de escribir aquí, de cerrar definitivamente el blog y dedicarme a leer todos esos miles de libros que compré para devorar cuando me jubilara y que me rodean por doquier con gran disgusto de mi esposa.Y hay varios motivos que me empujan a hacerlo:1º) que, como te decía el otro día, contestando a tu comentario en el que me trasladabas tu cansancio, yo también estoy muy cansado y con razón porque a un cuerpo como el mío, de 82 años y muchas y muy duras enfermedades, que han ido minando poco a poco mi natural resistencia, se une el cada día peor estado de salud de mi mujer, que precisa continua asistencia y sólo me tiene a mí para ello;2º) si no lo hago, si no me voy, es por una especie de terquedad que siempre me ha empujado a no abandonar lo que he comenzado, pero, me pregunto: ¿vale la pena plantearme, cada día un tema aquí, en el blog, que, a lo peor, sólo me interesa a mí, cuando tengo todavía que corregir y completar las que iban a ser las faenas de mi vida: una autobiografía de Leonardo da Vinci, El códice secreto, y sólo ensamblar y corregir otros 2 trabajos virtualmente concluidos: un ensayo, Progreso y regresión, que recoge toda mi ideología política, amasada durante tantos años de lecturas y trabajo, y una novela casi autobiográfica sobre el último pleito que llevé ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, Ensayo sobre la justicia.El problema, mi gran problema, es que soy el hombre más perezoso que conozco, que todo me cuesta un enorme trabajo que no me atrevo a emprender, que me asusta hacer algo realmente positivo, objetivo, real, por poco que sea, de modo que mi mesa está que se hunde de tantos papeles y yo sólo soy capaz de sentarme aquí, ante el ordenador y darle al teclado, todo lo demás es una montaña que yo me siento incapaz no ya de escalar sino tan siquiera de intentarlo.Pero hay algo que me llena de temor. Al principio, no había nada capaz de distraerme fuera de la prensa, que también leo en el ordenador, pero, ahora, he comenzado a robarle horas a este potro de tormento de manera que veo algunos partidos de fútbol, al que yo jugué mucho de joven, y, ayer, sacrilegio, sacrilegio, vi una horrible película, Angeles y demonios, sobre una novela de Dan Brown, creo que se llama, el mismo autor de El Código da Vinci, tan mala película como tan mala novela era aquélla. En fin, como te digo es sólo un síntoma, pero un mal síntoma, sólo un principio, pero un principio de alejamiento de aquí, porque si uno escribe en un blog, no nos engañemos, es para que lo lean y, si nadie, más que tú y Fernando Mora, pasáis por aquí de vez en cuando, ¿para qué vale la pena que yo escriba aquí, todos los días?Ya te digo, es un síntoma o un principio, pero algo ha comenzado a moverse allá, dentro, en mi cabeza, porque el fútbol y el cine, del que fue crítico profesional y respecto al que soy realmente muy exigente, son “peccata minuta” pero concluir bien, debidamente, trabajos que ya tengo tan avanzados, no sé, creo que pueden representar una verdadera excusa para dedicarles todo mi tiempo.Pero es que, claro, no es lo mismo venir aquí un rato, leer la prensa y teclear cualquier cosa que se me ocurra, que dejarme los sesos sobre textos de una enorme dificultad, lo que realmente me asusta.En fin, que paso por un momento delicado, como te darás cuenta.Gracias, amigo bem, y un abrazo,