Mucho tiempo ha pasado desde mi último post, pero la creatividad también tiene sus etapas de reposo...
De pronto alguien te dice que si le harías algo con algunas cosillas que tiene... ¡Claro! ¡Sí! ¡Dime lo que quieres! - No, si confío en ti - Te dicen. ¡Ooooohhhh! Ahí le han dado al interruptor de la creatividad. El cerebro se pone a tope, salen ideas a borbotones... ¡Ufff!.
El caso es que me han hecho cuatro encargos que poco a poco iré publicando según los vaya haciendo.
Y este es el primero...
Una caja de frutas, en este caso en su época fue utilizada para leche, lo se porque al lijarla emanaba un olorcillo característico que deja la leche.
No tuve que hacerle gran cosa. Primero le di una primera lijada a mano, tras la cual le di un producto preventivo y curativo contra las carcomas, ya que tenía rastros de haber sido atacada.
Una vez seco, volví a lijarla...
Después solo fue darle un par de manos de barniz y quedó estupenda.
Ahora ya está en casa de sus dueños. Felices ellos y más feliz yo por haber conseguido el resultado esperado.
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