Restaurante 80 grados: bocaditos de alta cocina en Malasaña

Hay cenas en las que te apetece todo y nada a la vez. La compañía es estupenda, habladora, bulliciosa y apetece picotear cosas y cosas mientras sigues charlando sin parar con todas esas personas a las que te alegras tanto de ver. Hasta que de repente, un bocado silencia la mesa. Todos miran sorprendidos el pequeño tarrito que tienen delante. Es el huevo trufado del restaurante 80 grados, en el barrio de Malasaña, el culpable. Pero no es el único plato que deja sin habla. La carta de 80 grados está plagada de pequeños bocados de alta cocina en formato XS (y precio acorde) para disfrutar en esas cenas en las que la comida ha de acompañar las vibraciones de la mesa.

La cocina de 80 grados tiene distintos lugares de montaje, especializados en cada uno de los platos, todos de pequeño tamaño y muy sabrosos. Sin embargo, lo curioso es que no hay fuegos porque prácticamente todo se cocina por debajo de la temperatura que da nombre al local manteniendo.

Alta tecnología para cocinar al vacío, en frío, en horno o con una rapidísima freidora en la que los cocineros son casi expertos de laboratorio. Aunque lo más sorprendente es la ametralladora de croquetas, una especialísima máquina capaz de preparar 2.000 croquetas a la hora. Así, 80 grados puede sacar al comedor hasta 150 kilos de croquetas de sabores diferentes a la semana.

"No se tarda más de cinco minutos en preparar un plato y no hay orden preestablecido para sacarlos. Según están listos, salen a la mesa", afirma José Manuel Vidal, jefe de sala y uno de los dueños. El cotizado huevo trufado tarda solo 7 segundos en salir. Igual de ágiles son los fingers de pollo, las ensaladas de quinoa (deliciosa) o de rúcula y pollo, el tartar de salmon con aguacate y gazpacho de mango, las empanadillas de langostino con ketchup de cereza (riquísimo el contraste) o los postres, donde la estrella es la leche con galletas y chocolate. Pídela, porque vas a rejuvenecer 20 años.

Este laboratorio gastronómico a precio asequible es fruto de las ideas de José Manuel Vidal y Óscar García, dos cocineros que se conocieron en Mallorca hace casi 10 años de una manera un tanto abrupta. Óscar era el responsable del restaurante S'atic en Port Soller (Mallorca), un establecimiento de alta cocina que, en 2008, en la más ardua crisis, dio la vuelta a su concepto y bajó su precio medio de 130 euros a 35€. Con un menú corto, Óscar siguió haciendo alta gastronomía con una materia prima que le permitía acercarse al gran público. Reventó el aforo.

José Manuel llegó a la cocina de S'atic un verano pero apenas puso un dedo en un fogón: a los tres días se partió los dos pies usando un monociclo. El accidente de José Manuel hizo que Óscar se preocupara por su salud y naciera su amistad, que años después les unió en Madrid. "Mallorca era una locura, la temporalidad, las jornadas infinitas... Quería otra vida para mi familia", detalla Óscar.

De nuevo, el destino, el primer sitio al que José Manuel llevó a Óscar cuando llegó a Madrid fue el desaparecido Nina, exactamente donde ahora se ubica 80 grados, con sus neones y su decoración industrial. El ambiente y la música son especialmente importantes porque esas cenas bulliciosas han de acabar, necesariamente, en una copa. Y lo que acaba en coctel ha de empezar por un distinto, un tinto de verano con espuma de limón que es el imprescindible del local. Lleva a tus amigos, a tus compañeros de trabajo, a tus primos a picar, compartir y disfrutar de esta fast food de alta calidad. Te lo agradecerán y la noche también.

Los datos: 80 grados Malasaña. Calle Manuela Malasaña, 10. 91 445 83 51. Horario: de lunes a jueves, de 13:30 a 16:00 y 20:30 a 0:00. Viernes, de 13:30 a 16:30 y 20:30 a 2:00; sábados, de 13:30 a 16:30 y 20:30 a 2:00 y domingos de 13:30 a 16:30 y 20:30 a 00:00. Precio medio: 20€. Más información en su web. Tienen otro establecimiento en Las Tablas.